PROLOGO

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 Confía...

Esa palabra no había abandonado mi cabeza desde hacía meses.

Confía, había sido una de las palabras de mi madre cuando fui reclamada por los astros. 

Confía había sido la palabra que había dejado Elián, mientras dejaba un beso en mis labios y lo veía partir al galope del caballo.

El tiempo no se había detenido, este seguía su rumbo y el otoño había sucumbido ante su pasar. mi vientre abultado sobresalía con aquel vestido rosa pálido. Había crecido más de lo que había pensado. ¿Quién lo diría?, cuando él se había ido apenas se me notaba el embarazo.

El cielo estaba oscuro a causa de las nubes de tormenta, el rayo ilumino y se abrió paso entre las penumbras de la noche

- ¿Majestad?

Podría reconocer esa voz, Yalena. Al mirar hacia atrás y ver su semblante, me dice que algo está bien.

- ¿Ha sucedido algo malo? – el corazón se me ha acelerado

- No...solo he venido a verte y de paso a ver a mi sobrino. Elián está bien

Agrega, antes de acercarse a mí y tocar mí barriga, supongo que después de tanto sigo siendo como un libro abierto

- Tú más que nadie sabes cómo es la guerra, ten fe, Elián volverá, además Iker y Neyén están con él, no está solo.

Guerra, hasta la palabra me hacía sentir un vacío en el estómago. Años atrás había usado una armadura y una espada, habíamos ganado, pero los precios de esa victoria fueron demasiados altos, perdimos, familia y amigos, familias devastadas, por el horror, la muerte y la atrocidad. 

Quimerea quedo al borde del caos, los años venideros ayudaron a seguir adelante. Pero como si de una nube de tormenta se tratase, esa misma amenazada se cernía una vez más sobre nosotros. Pero ahora no solo éramos nosotros. Nuestros hijos estaban también en este tablero de juego.

Elián y los demás reyes, libraban las pequeñas revueltas en los límites de Quimerea. La guerra había dejado a las criaturas expectantes y listas para atacar. Los territorios eran reclamados y sangre tendría que correr.

- Mary, cálmate. Elián y tú son guerreros natos, y no dudo que ese bebé que viene en camino también lo sea...

- Me aterroriza la idea de que mi hijo no vea a su padre o peor aún, se vea envuelto en otra guerra...- la interrumpo

Ella me mira, sabe lo que atormenta, sabe que en mis hombros hay una carga, sabe de los fantasmas que me visitan en la noche y sabe de toda esa sangre que mis manos han derramado

Dejo que me guie hasta la cama y coloco mi espalda en la cabecera de la cama, no quería estará acostada, desde que empecé a tener leves contracciones Yalena me había prohibido bajar y caminar por las calles, no me dejaba ni asomar la cabeza al jardín, necesitaba salir, ver a mi gente, saber que todo estaba bien y no permanecer dentro del palacio.

- Lo sé, pero no deja de preocuparme que algo le pase, no ahora, no ahora que...

- ¿Sera padre? –Me interrumpió y suspiró – Elián regresara. Y tú debes de estar tranquila, por el bien del bebé y por el bien pueblo, te necesitan fuerte, ahora más que nunca. 

Miro su rostro, la conozco bien, sus miradas, cada una de ella, aun cuando me quisiera mentir no podría.

- Hay algo que no me estas diciendo - Yalena desvía la mirada - ¿Qué es?  - Ella se levanta - Yalena ¿Qué es? - demando esta vez, odio usar ese tono, pero no me queda de otra.

ELEMENTALES : DIOSES Y REYESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora