Unico capitulo

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El hombre parado frente de él lo observó con un ardiente deseo, notando su forma tan atrevida de vestir, aquellos ónix fijados en su cuerpo lo hizo sentirse intimidado. Pues aquella mirada lo recorría de pies a cabeza memorizando cada parte de él y más avergonzado no se pudo sentir, intento desviar la mirada de la vista de aquel hombre, estaba sonrojado y su pulso estaba desbocado.

Por otro lado aquel hombre se sentía extraño y molesto consigo mismo, se sentía un completo puberto por estar emocionado por una situación como esta, pero aquel doncel era sexy y sensual sin intentarlo, el atractivo traje de conejito le sentaba de maravilla a ese dulce doncel, un color favorable que acentuaba sus encantadores atributos. Y su sonrojo así como su semblante apenado le daba un aura de inocencia, era en completo una futa prohibida. ¿Entonces por qué alguien como él trabajaba en eso?.

No era sitio para una hermosa criatura como el, tan delicada que tuvo el gran sentimiento de querer protegerlo y eso lo enojaba. Había estado con mujeres y donceles antes pero este sentimiento era nuevo para el, cuando el pequeño rubio se acercó a él una nueva necesidad creció en el. No era momento de pensar en eso.

—" date vuelta, inclínate poniendo las manos sobre la pared"— ordeno firme. Y el rubio tembló ante el tono exigente que usó el azabache, tan ronco y lleno de una lujuria que lo excito de una manera que el no pudo describir.

Sin esperar más acato la orden sintiendo su cuerpo tembloroso, contuvo la respiración al oír como el cinturón del hombre caía al suelo y una bragueta era bajada, el mafioso Uchiha Itachi abrió su camisa dejando a la vista su muy bien trabajado pecho y abdomen.

Y se estremeció al sentir un beso húmedo plantarse a mitad de su espalda, cerró los ojos por inercia y sus manos se formaron en puños. Las manos del hombre se posaron en su cintura y luego recorrieron su cuerpo haciendo un mapa mental con los dedos. Sus besos siguieron un delicioso camino hasta su hombro y sus manos el recorrido a sus muslos internos.

Naruto tranquilízate, entrará y saldrá... esto terminará pronto....

Intento tranquilizarse, no era la primera vez y lo hacía por un buen motivo, era su trabajo, un trabajo del que no estaba orgulloso. Las dedos de Itachi pasaron a torturar sus pezones, usando sus dedos indices para estimular el pezon, robando gemidos y suspiros por parte del rubio.

Los besos se ese hombre lo recorrían, su cuello, hombros y espalda, queriendo saborear todo de el, consumiendolo en una ardiente necesidad que por primera vez experimentaba, ese hombre estaba siendo tierno  y delicado con el.

La mano derecha del varon  dejo su tortuoso trabajo y hacer a un lado la braga con la chistosa bolita que simulaba la cola de un conejo, dejando  a su vista la necesitada entrada del rubio.

Y en ves de sentir el miembro del varón arremeter contra su entrada los dedos del hombre hacían una estremeciente estimulación, que lo hizo temblar.

—Señor no tiene que— fue callado cuando esos dedos tocaron un punto en el que no sabía que tenía.

Comúnmente no se preocupaban en su placer sino en el propio, tal y como si fuera un muñeco pero este hombre no era igual. Inevitablemente comenzó a mojarse con su lubricante natural.

—Hasta este punto, es correcto que digas mi nombre—. Le susurró en su oído atrapando con sus dientes el lóbulo de su oreja.

Los dedos de Itachi lo hicieron ver estrellas, la otra mano del varón fue a parar a su olvidado pene.

—¡Ahh!— mordió su labio inferior para reprimir sus gemidos pero una mordida en su hombre fue la señal de advertencia que necesito para dejar que su boca dejara escapar los sonoros gritos de placer, nunca había estado tan cerca de correrse como en ese momento, su cuerpo se sentía cada vez más débil y que casi apoyaba todo el cuerpo contra la pared. Lo necesitaba... quería que se dejara de juegos... nunca se había sentido de esta manera, pero su cuerpo lo necesitaba. El calor que recorría su cuerpo no lo hacía pensar con claridad, solo quería que su sed de deseo fuera saceado.

El es mioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora