CAPITULO 05

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CONTRATO Y PALABRA

—¿Necesita algo?—le pregunté cuando estaba frente a mi.

—Si así es, venga siéntese.

Me indicó que me sentará en unos sillones que había en la habitación y así fue, me senté para escucharlo con atención.

—Se que debimos haber echo esto mucho antes, cuando le propuse que se casará conmigo pero todo fue muy rápido. El punto es, que ya estoy aquí, tenga— me entrego una hoja y la recibí.
Era el contrato de la boda, las consecuencias, o las condiciones de casarnos mejor dicho.

             CONTRATO DE LA BODA
1.- Dormiremos en habitaciones separadas.
2.- Habrá muestras de cariño solo si la ocasión lo amerita.
3.- No tendremos relaciones íntimas por lo tanto no tendremos hijos.
4.- El matrimonio durará un año.
5.- Si la ocasión lo amerita puede inventar cualquier historia de tal modo que este teatro no se vea falso.
6.- Último pero no menos importante. Nadie, pero cuando digo nadie es NADIE puede saber que el matrimonio es falso.

                                          
   Dareck                                                                ________________                     _______________
   Firma                                               Firma

Y eso de NADIE me espanto. Su firma ya estaba, así que me apoye en la mesita y hice el ademán de firmar al instante pues, ¿que más podía hacer?.

Apenas puse la pluma sobre la hoja cuando escuché que alguien más tocaba la puerta, yo y el jefe volteamos hacia la puerta y luego nos miramos mutuamente preguntándonos quien era, como no sabíamos, tomé el contrato y lo escondí abajo del sillón, al momento alguien entro, era la chica de antes.

—Hola, oh... —hizo su expresión de sorprendida al ver al jefe mi lado— lo siento ¿Interrumpí algo?, Ay que tonta ¿que me sorprende?, son esposos claro que estarán en la misma habitación y dormirán juntos. Lo siento mucho por interrumpir me dijeron que estarías aquí Dafne y es que olvide mi crema para manos, me preguntaba si me podrías prestar un poco— dijo aquello a un lado de la puerta pues no termino de pasar.

—Si molestas, vete— le ordenó el jefe de mala gana.

Hablé al momento, no sabía por qué estaba tan molesto.

—No te preocupes no interrumpes nada, ahora te doy la crema— le sonreí y fui al baño, tomé una cremita que ya no usaba, salí y se la entregué— aquí está.

—Gracias, adiós ya no los interrumpo— y se fue.

—Si me permite preguntar ¿Por qué se molesta tanto cuando ella se hacerca?— me dirigí al jefe, dudosa y con mucha curiosidad.

—Ja, pero mira a quien le a nacido la curiosidad, ¿Celos?—tenia una cara de burla en su rostro.

—No,— saque el contrato de debajo del sillón y lo señale —claro está que no me case con usted por amor.

—¿Ah no? ¿Entonces, por qué aceptó casarse conmigo?— cuestiono.

—Es que me derrito de amor por usted, por eso me case—respondí sarcásticamente—. Hablando de eso agreguemos en el contrató «Al terminar el lapso anteriormente dicho de matrimonio (1 año), como recompensa comprara una casa para mí y me dará un millón de pesos y un carro», con eso me conformo— le sonreí.

—Entonces ¿Si me ama?—seguia insistiendo.

—Que no, es que acaso ¿No sabe lo que es sarcasmo?. Le explicó para que entienda por qué parece que tiene cerebro de canica— y no me dejó terminar por qué me interrumpió cuando dije canica.

MI JEFE PARALITICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora