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OO4 | LOOKING FOR ANSWERS
—Tenemos que irnos. No podemos quedarnos mucho más aquí —habló Cheongsan, interrumpiendo el silencio tenso que había caído sobre ellos.
—¿A dónde iríamos? ¿Y cómo? —preguntó Woojin, con voz cargada de incertidumbre.
—La manguera de antes. Gyeongsu —lo llamó Cheongsan.
—¿Si? ¿Qué pasa?
—Abre un poco la puerta para que quepa la manguera.
—¿No es mejor esperar a los rescatistas?
—Moriremos todos para ese entonces —advirtió Cheongsan.
—Esto nos matará más rápido...
—¿Esperar es lo mejor que podemos hacer? —intervino Hana, interrumpiendo la discusión con una mirada firme.
El chico parecio reflecionar ante sus palabras, ya que dijo:
—A la mierda —Gyeongsu murmuró—. Es hora de dar lo mejor de mi.
Seguido de sus palabras, abrieron la puerta unos centímetros. Intentaron pasar la manguera por la puerta, pero parecía que Cheongsan no lo lograba.
—¿Lo lograste?
—No —nego con frustracion.
—Yo puedo hacerlo, soy más pequeña y flexible que tú —Hana habló y rápidamente la mirada de su hermano se dirigió a ella.
—Esta bien. No —hablaron Cheongsan y Choi a la vez.
—No me voy a lastimar, confía en mi —la menor murmuro. Choi asintió de mala gana al saber que no lograría hacerla cambiar de opinión. Ella siempre habia sido demasiado testaruda.
Hana se recostó sobre el suelo con cuidado, y después de mucho esfuerzo, finalemnte logró traer la manguera.
—Namra, cuida la puerta —Cheongsan pidió.
Mientras los demás hacían los nudos necesarios en la manguera para asegurar su descenso seguro hacia el piso inferior, Namra se mantuvo vigilante en la puerta.
Gyeongsu fue el primero en bajar y cuando llegó, les aviso a los demás que la profesora Park estaba ahí. Al escuchar que todo estaba bien y que era seguro bajar, los demás imitaron su accion.
Onjo tardó un poco más en bajar, pero finalmente lo logró. Ahora, solo faltaba Cheongsan.
Hana, al ver que su amigo aun no bajaba, se asomó por la ventana y dio un salto en su lugar cuando vio a algunos zombies caer desde lo alto. Su corazón se detuvo momentáneamente mientras miraba hacia arriba, pero en ese momento, vio a Cheongsan aferrado a la manguera y, detrás de él, a Suhyeok sosteniéndolo firmemente. Al ver que estaba sano y salvo sintió como su corazón podía volver a latir con normalidad. Estaba vivo.