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—¡SEÑORITA POTTER, NO PUEDE CORRER EN LOS PASILLOS! —gritó McGonagall cuando la castaña paso como bala a su lado.
—¡Lo siento, Minnie, el deber llama! —respondió Gwen lanzándole un beso.
Esta suspiro.
—Estos niños de ahora, la pobre es una replica a su hermano. —murmuro la profesora reacomodando sus lentes.
Y si se preguntan, ¿a que se refería con "el deber manda"? Apuesto a que no se lo imaginarían, igualmente, que un adolescente cargue una mochila con metanfetaminas, cocaína y la tan famosa marihuana, no era tan común en la comunidad mágica.
Hogwarts tenia sus secretos y lados oscuros y sucios, Gwen tenia la manía de entrometerse en cosas que no le incumbían, lo que la guio a lugares iguales de impredecibles y desafiantes que ella.
Un día, en uno de sus tradicionales escapes después de ocasionar problemas, termino refugiada en un basurero detrás de cajas y barriles viejos, donde presencio la vendimia entre un dealer y un cliente, que a suerte de Gwen, no le agradaba y podía usar esa información para su beneficencia después.
—Mira quien se dignó a visitarnos. —se escuchó una voz vacilona detrás de Gwen, no necesitaba girarse para ver que era el mismo imbécil de siempre.
—Cierra la boca, Dexter. —se quejó la castaña rodando los ojos cuando el hombre soltó el humo del cigarrillo en su cara. —¿Dónde está Bowie? —preguntó Gwen cuando no vio a cierta chica que había citado.
—Por ahí, metida en sus cosas. ¿Por?
—Creo que voy a volver al negocio... —respondió Gwen en un tono más bajo, fijando su mirada al suelo.
Dexter rio en alto, Gwen lo miro con una cara de molestia. Dexter Keane era algo así como un amigo por beneficencia de Gwen, él y la tan esperada Bowie eran sus socios. Terminando el año pasado Gwen había roto la escoba de James que sus padres recién le habían regalado, James se puso como loco y amenazaba con contarle a Euphemia y Fleamont acerca de todo lo que Gwen había hecho que sus padres no supieran. Gwen en un acto impulsivo le prometió que le compensaría la escoba para antes de vacaciones, siendo que solo faltaba menos de un mes.
Para suerte de Gwen, logro encontrar a Gwen y Dexter, que le ofrecieron un trabajo bien pagado. Solo tenía que meter una mochila a Hogwarts y dejarla bajo el Sauce boxeador un par de veces. En poco tiempo logro juntar el dinero de la escoba de James, claro, Gwen no contaba con que la mochila contenía drogas pero eso era un mal menor. Aun así les pidió que la dejaran fuera de eso y ahora resulta que quería regresar a la movida.
—¿No se supone que ya te ibas a quedar fuera de esto? —Dexter cuestiono, reacomodando sus lentes. Dexter en general era una persona difícil de tratar, era algo tonto y molesto, su aspecto era desalineado y tenía un corte mullet distintivo. Gwen no sabía muchas cosas acerca de él y Bowie, pero sabía que eran de la misma edad y mayores que ella, tal vez tres o cuatro años más.
