C H A P T E R Z E R O

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Al parecer todos se habían ido, en su mente, pocos eran los que quedaban ya vivos, si es que se podía decir aún que lo estaban. Pero ella estaba ahí, parada frente a una pequeña fogata que sus débiles manos lograron hacer, en medio de la nada solo con ese cuervo disecado de la biblioteca a la cual ella solía hablarle con mucha frecuencia.

-Deberíamos escapar-. Se dijo para sí misma o tal vez para ese cuervo tan amigo suyo, esto mientras contemplaba detenidamente las brasas, el ruido que estas emitían y como se iban deteriorando por el fuego mismo poco a poco, algo más rápido de lo esperado ya que tenía un tiempo estando en ese lugar luego de haber dejado atrás a los demás. Su mente estaba en blanco, por primera vez en toda su mísera existencia, pero aun así le era incapaz de estar tranquila. -La verdad es que es un poco aburrido, esperaba que fuera algo mejor, quiero decir, ¡no tengo nada en la cabeza, Ja, ja, ¡ja! Pero aun así se siente de lo más asqueroso posible, que impresionante, ¿no? -. El cuervo disecado no se mueve, como es usual-Pues te podría decir lo mismo, nunca te decides en algo, así que no soy la única que solo cambia de opinión cada que puede, además, que tenga la mente en blanco no significa que no pueda quejarme, solo por haber pasado mi vida entera queriendo que parara un rato, eso no me quita el derecho de poder quejarme-. Inmediatamente una gran ráfaga de viento azota la tranquilidad de (...), si es que pudiera llamarla ella a eso tranquilidad. Retoma su platica con el cuervo disecado con un tono de voz un poco mas sombrío, más vacío...-Deberíamos escapar-. Repite-Quiero decir, míranos, siempre es lo mismo, la fogata... Su mente queda en blanco nuevamente, tratando de encontrar algo, otra cosa, es imposible que no tenga algo más, siempre hay algo más.

-Solo es la fogata-. Una voz distorsionada cubre todos sus sentidos, haciendo que su corazón saltara por un momento del susto, para luego calmarse por ser, al mismo tiempo esta voz, bastante familiar para ella. -Hola Chloe-Dice este espectro, o alucinación, realmente Chloe no sabía a estas alturas qué era este... niño, mirándolo de sorpresa voltea a la fogata y lo ve ahí, siendo uno con el fuego y camuflando su pálida y amarillenta piel con el color rojizo y naranja de las brasas, mientras sostenía en ese abrumador rostro una gran sonrisa, mostrando sus millares de dientes aunque esta vez, había algo diferente en él, sus pupilas por alguna razón no eran esas espirales terroríficas con las que siempre se sintió incomoda, sino que eran mas alargadas, simulando a las de un gato.-¿Aburrida?

Sus pensamientos acerca de esta... curiosa diferencia en la apariencia de "él" la llevaron accidentalmente a perder el hilo de la situación por unos segundos, intrigada más de la cuenta y alarmada por saber el qué podría significar aquello. Cuando retomó el rumbo y notó que estaba bajando la guardia debido a eso, retrocedió levemente, lo suficiente para marcar una cierta distancia entre ella y el espectro en las brasas, pero no tanto para dejar verle que la había tomado por sorpresa. Lo miró nuevamente, no iba hablar hasta que este dijera algo más, ya muchas veces cometió ese error, así que esta vez guardo silencio esperando, por mucho tiempo, a veces le sorprendía hasta donde podía llegar él.

-Al parecer ya has aprendido suficiente como para no decir la segunda palabra después de mí, ¿No es así, Chloe? Aunque, debo decir que me sorprende que recuerdes lo que pasa cuando lo haces...-. Manteniendo una siniestra sonrisa y cada vez abriendo más y más esos grandes ojos que le querían penetrar el alma, sucumbiéndola y haciéndola ceder de temor e inquietud. Chloe seguía callada, evidentemente recordaba todo, en algún punto, empezó a notar todo a su alrededor y, como este le resultaba siempre familiar, haciendo que la muchacha pelinegra experimentara suficientes deja vu como para empezar a sospechar de todo y todos. Su boca se mantenía aún cerrada, sin emitir sonido alguno solo trató de devolverle una mirada intensa, sabía lo que pasaba, quería inducirla y hacer que hablara, quería volver a tener el control sobre ella solo por ese favor que, al parecer, muchas veces le había pedido.

-Bueno...-El espectro avivó por un momento las llamas mientras este soltaba una escandalosa y breve risa, Chloe notó cuan morboso era, un sentimiento de asco la inundó, pero no bajaría la guardia por cuál fueran los sentimientos que le producían aquella situación en la que se encontraba. -No tiene caso que siga intentando que hables, así que vayamos al grano, ja, ja... Me divierte cuando hacemos esto, Chloe, solo que...-. En un instante sintió las llamas cerca de su oído, sintió el viento y como estos arrastraban aquella tétrica voz que parecía querer destruir esa pared de hierro que había querido levantar ante él en ese mismo instante, pero no flaqueó, aun cuando su conciencia captó las primeras silabas de él, se mantuvo serena. -Al parecer la que tendrá el control está vez, serás tú, pequeña.

Pudo reconocer esa frase al instante, no quería mentirse a si misma, sabía y sentía que eso justamente podía significar que él solo fingía no tener el control o, por otro lado, seguía intentando volver a conseguirlo.

No se detuvo tanto ante esa sensación de alarma, se alejó de él y fue buscar lo más calmada a su amigo cuervo. -Cállate, sé lo que hago. Él sabia perfectamente que esas palabras no iban a funcionar para su victoria, al fin y al cabo, esos susurros iban para ese asqueroso cuervo disecado que tantas veces trató de alejar de ella. Vigilando cada movimiento de Chloe vio como esta tomaba un cuchillo, lo mismo de las otras veces... el mismo procedimiento, solo que esta vez la pelinegra se mantenía callada. Intrigado y excitado por saber el cómo iba a terminar esta vez todo, no trato de hacer que la dama hablara para su beneficio. Le ofreció una de sus mejores sonrisas, mostrando sus millares de dientes mientras veía como ella usaba ese cuchillo para tajarse aquel símbolo en la piel, lo suficientemente profundo para que brotara sangre de este y así, hacer el reset.

Como ya era culto, pasó su lengua por esa herida que tan exquisitamente le seducía, haciendo que brotara esa sensación de poder nuevamente, nunca se cansaría de esto, pensó por un momento. Justo antes de decir las palabras escritas en una de sus muñecas, palabras que mucho tiempo llevaban ahí marcadas y yacían como cicatrices en su pálida piel miró por un segundo de reojo a ese maldito cuervo, y como este soltaba lo que parecía ser, una pequeña lagrima de su ojo izquierdo.

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⏰ Última actualización: Feb 07, 2022 ⏰

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