≽˖՞💜 ۫ ۫։ຼ ۪۪۫۫ mingi atrapó un beso
volador, riendo como
un niño avergonzado.
yunho sonrió encantado,
hasta que el siguiente beso
fue aplastado como a un...
El detective Jeong está a cargo del nuevo caso, no tiene un nombre, ni pistas, pero algo mejor se le presenta. (Menciones explícitas ⚠️)
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Yunho mordía su labio inferior con la cabeza baja y los brazos cruzados sobre su pecho, no había puesto los ojos sobre la víctima desde la escena del crimen. La forense seguía en silencio, continuando con su inspección, tranquila, aunque ya hubiera terminado de hacerlo antes de que Yunho llegara.
Yunho no tenía un compañero, ya que este estaba suspendido hace ya varias semanas y dudaba que volviese pronto. Además de que Seonghwa debía asistir a las terapias que proporcionaba el departamento.
Yunho no podía culparlo, quizás él hubiera reaccionado igual si la víctima fuera tan cercana a él como lo era ese niño inocente para Seonghwa. El caso anterior se metió bajo la piel de Seonghwa y lo orilló a comportarse mal, ahora estaba suspendido y Yunho estaba solo.
Por esa razón, Yunho no quería involucrarse demasiado ahora.
Aunque tampoco era apático. Fue terrible, la escena del crimen de este muchacho, todo lo que le habían hecho había sido horrible y Yunho estaba decidido a hallar al culpable.
―Esto es terrible ―murmuró la forense Yizhuo soltando un pequeño suspiro―. Ni siquiera sé por dónde empezar. Sus pectorales fueron removidos y rellenados con maíz, encontré pedazos de vidrio así que probablemente lo abrió con eso, por fortuna ya estaba muerto cuando eso pasó. ―Yizhuo señaló el área ya limpia―. Lo estrangularon, pero eso no lo mató, fueron los golpes en la cabeza, quizás con un martillo o algo similar. Además del trauma en su cabeza y en sus genitales, encontré pequeños cortes, parecen rasguños, en sus caderas y muslos; aunque no hallé ADN, no habían fluidos, es decir, fue violado con un algún artefacto de madera, ya que habían astillas en su recto. Y mira esto...
Yunho apretó la quijada y asintió escuchando atentamente todo lo que le decían. Miró con pena las facciones pálidas, casi azules, de ese muchacho. Lo habían hallado semidesnudo en un jardín de un complejo de edificios. Todo el mundo había escuchado sus gritos, pero nadie llamó a la policía.
―Es una marca ―murmuró Yunho viendo lo que había en su piel―. Homosexual.
―Sí, es un crimen de odio ―señaló Yizhuo con pena.
Yunho no tenía nada, ni siquiera sabían quién era la víctima, no tenía documentos ni nada que pudiera revelarles su identidad. Estaban prácticamente en la nada, y los testigos no ayudaron demasiado.
(...)
―Escuché los gritos, pero creí que alguien más los llamaría ―dijo una vieja mujer, señalando la ventana donde podía verse perfectamente la escena del crimen.
Yunho gruñó por lo bajo.
―Yo le dije que no se entrometiera ―se metió un señor mayor, apoyando la mano sobre el hombro de su esposa―. Habían muchas ventanas con luces encendidas ―señaló como si así pudiera excusarse.
―¿Sí? Bueno, nadie llamó y ahora ese chico está muerto ―dijo Yunho, rabioso, apretando los puños disimuladamente.
La señora suspiró angustiada.
(...)
Yunho miraba las fotografías, las del muchacho sin nombre y las de la escena del crimen. No tuvo éxito en hallar una sola pista, la víctima no estaba en la base de datos, ni en desaparecidos, no tenía arreglos dentales o tatuajes, ni una sola cosa que pudiera conducirlo.
Yunho estaba cansado, había comido en la estación y estaba cayéndose del sueño, pero no quería parar. Ya habían pasado días.
―¿Quién eres? ―preguntó Yunho con una fotografía en mano, suplicando porque las imágenes le revelaran algo, lo que fuera―. Ayúdame, dime algo.
Homosexual. La marca en su piel, la razón por la que había sido asesinado, hacían que Yunho sintiera ganas de vomitar. Y pensó en su novio, en su relación con Kang Yeosang y en lo terrible que se sentiría si algún día le tocara hallar su cuerpo sin vida.
Yunho cerró los ojos, se recargó en su sillón y comenzó a perder el conocimiento. Una brisa fría recorrió su cuerpo causando escalofríos, las cortinas de la ventana abierta se sacudieron ligeramente.
―Min... gi...
Un susurro bajo se oyó, tan bajo que no parecía real. Yunho se removió, y entonces, un fuerte viento azotó las cortinas y Yunho abrió los ojos con sorpresa.
―¿Mingi? ―repitió Yunho, confundido.
Nada se oyó por largos segundos y cuando Yunho iba a volver a cerrar sus ojos, ocurrió de nuevo.
―Así es, soy Song Mingi ―dijo alguien en un tono indiferente justo detrás de él.
Yunho se incorporó del sillón de súbito y volteó, pero no vio a nadie. Parpadeó con fuerza y se llevó una mano a la cabeza creyendo que estaba perdiendo la razón, ¡comenzaba a oír voces! El sueño le estaba afectando, mucho más de lo que creía. La cafeína en su sistema estaba obstruyendo la circulación del oxígeno para su cerebro, ¡debía ser eso!
―Aunque mis amigos... ellos me dicen... ―dijo esa voz, con una ligera paz que fue perturbándose al darse cuenta de lo que había sobre la mesa― me decían Mingki.
Yunho arrugó la nariz cuando vio una figura alta y encorvada junto a su escritorio, viendo las imágenes del caso con atención. Yunho se acercó a él lentamente y, tomándolo del hombro, le dio vuelta cuidadosamente.
―T... tú... ―Yunho enmudeció, su boca se secó y su cuerpo se sacudió en pánico.
La mirada de la víctima se llenó de tristeza y sus labios temblaron amenazando un inminente llanto. Su cuerpo se encogió y se estremeció, miró sus manos con incredulidad y luego volvió a ver a Yunho a los ojos. Moretones en su rostro comenzaron a aparecer, al igual que decenas de heridas en todo su cuerpo, pero no sintió dolor.
―Estoy muerto, señor...
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06022022
Olviden que el corazón de Mingi está vivo
Che yo estoy como donador de órganos y prácticamente de tooodo excepto mi piel, onda si me muero me puede vaciar, pero no sacar la piel, eso se queda. No le digan a mi mamá ajjajs
