Capítulo XXVIII: The End (Part I]

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Tres meses después:

Sia;

Sonreír era algo que no hacía mucho últimamente. Eran limitadas y exclusivas mis sonrisas. Creo que los únicos capaces de hacerme sonreír son Stefan y Christopher. Que esté sonriendo ahora viendo a Stefan sobre la cama jugando con mi hijo sin saber que los estoy observando, es una prueba de ello. Hoy se cumplen tres meses exactos de mi accidente, de la muerte de James y por último, y considerado los más importante: Mi pequeño príncipe ha cumplido sus cinco meses de nacido.

—¿Por qué me ves así? —cuestiona Stefan cuando se da cuenta de mi presencia. Me encojo de hombros y le regalo una sonrisa, sonrisa que él me devuelve. Sin duda, él es...

—Te quiere mucho. —le digo lo que ya sabemos. Christopher se ha acostumbrado tanto a él que me asusta. No culpo a mi hijo por hacerlo, porque es realmente sencillo querer a Stefan. Él ha estado conmigo cada día desde que salí del hospital. Le cambia el pañal, le da el biberón, juega con él y una que otra vez lo he escuchado cantarle para que se duerma.

—¿Cómo no quererme? Soy maravilloso. —presume y ruedo los ojos.

—Humilde también. —agrego y él ríe.

La habitación se llena de silencio, y sus ojos grises detallan mi rostro, sus dedos rozan mi rostro y acomoda unos mechones rebeldes que tenía fuera del moño alto que intenté hacerme. Se acerca un poco a mí y deposita un beso en mi frente. Solo Dios sabe el inmenso autocontrol que ha tenido Stefan estos meses. A pesar de todo lo que sentí el día en que James me secuestró, todavía no le he dicho que quiero ser más que una amiga o algo así.

—Te amo, Sia... —susurra acelerándome los latidos del corazón y logrando que una sonrisa se plasme en mi rostro de forma involuntaria.

—Debo ir a ver a Elijah hoy, ¿puedes creer que quiere a Christopher después de que se negó a verlo todas estas semanas? —es la respuesta que lo doy, hace una mueca de disgusto ante la mención de Elijah, como las veces anteriores, se aparta y sale de la habitación con un muy despierto y juguetón Christopher en brazos.

¿Qué estoy haciendo? Dejo escapar un suspiro, termino de vestirme y salgo de mi departamento con Christopher y su pañalera. Sería demasiado pedirle a Stefan que me llevara a ver a Elijah. La mansión de Elijah aquí en New York, es un poco más grande que la de Las Vegas. Penny me abre la puerta con una sonrisa; pero no paso por alto lo cansada que se ve.

—Pero si es el bebé de la abuela. —le dice a Christopher, él en cambio está muy concentrado en meter su puñito en su pequeña boca. Lleva un mameluco que Stefan le regaló, es de color azul y tiene un dibujo de un caballero.

—¿Cómo está? Me sorprendió que me pidieras que viniera con mi hijo. —le digo, ella deja escapar un suspiro.

Los últimos meses han sido difíciles, aunque yo no he venido a ver a Elijah, he sabido por Penny que llama de vez en cuando para saber de mi hijo, que el suyo sigue desquitando su frustración e impotencia con todo el que se le ponga de frente. Arrugo el entrecejo y camino dentro de la casa. Ver a Penny y no solo escucharla, me deja claro lo mucho que le ha afectado esta realidad de Elijah. Está muchísimo más delgada y tiene ojeras.

—Él no me pidió que te llamara, ni siquiera te menciona a ti o a mi nieto; pero aunque no lo haga sé que los tiene muy presente. Tiene una foto de ambos colgada en la pared, y se la pasa viéndola todo el día. Yo... —comienza a llorar y no puedo evitar sentirme mal por ella. No me creo capaz de fingir que la disculpo por haberme permitido enamorarme de alguien que solo quería lastimarme.

Sia... [Libro #1] [Saga bebé] +18✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora