𝐏𝐑Ó𝐋𝐎𝐆𝐎

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Para Leyla su infancia había sido muy distinta de los demás niños, cosas como cuentos de hadas y príncipes azules no eran un sueño para ella, y no, no era que fuera algo que le interesara, si no que eran cosas tan bonitas que, por lo tanto, para ella eran inalcanzables. Así que prefería no creer ni tener la mínima esperanza en ellas para no romper más su magullado corazón.

Paso parte de su infancia y adolescencia leyendo sobre lo lindo que era el primer amor, pasaba sus noches sonriendo como una tonta mientras leía escenas de sus personajes favoritos. Cada noche se preguntaba si alguna vez ella podría sentir aquello que tanto leía; el nerviosismo de estar junto a la persona que le gustaba, el sentir sus ojos iluminarse ante su presencia, sentir esas mariposas en el estómago, si algún día podría enamorarse.

Cuanto más crecía, fue corto el tiempo que tuvo que pasar para olvidarse de aquello, se dio cuenta que aquello no sucedería. Con tan solo trece años vivía preguntándose si en unos cuantos meses siquiera seria capaz de sentir, sentir algo más que odio y dolor.

Habían pasado varios años desde aquello y hoy en día podía decir lo equivocada que estaba.

Porque aquel cuento de hadas había dejado de ser ficción y se convirtió en su realidad.

Los primeros días pudo sentir aquel nerviosismo cada que la mirada de Jason se encontraba en ella, estaba segura de que sus ojos se iluminaban y una sonrisa se formaba en su boca cada vez que lo veía, podía sentir no solo unas mariposas, si no un zoológico entero en su estomago cuando estaba con él, pero sobre todo... se había enamorado por completo de Jason Todd.

Se había enamorado de su sonrisa, de sus ojos, de su forma de ser, y hasta de sus demonios. Porque el había hecho lo mismo, a fin de cuentas no eran tan diferentes.

Tal vez su historia no había sido igual de dulce que en aquellos cuentos, habían pasado por muchas cosas malas, pero sin duda su historia superaba cualquier cuento. Su amor había nacido en la adversidad y cada día que pasaba se daban cuenta que eran el uno para el otro.

Después de toda la mierda que habían pasado parecía que, al fin, aquel brillante arcoíris que indicaba felicidad en su vida estaba saliendo. Eran piezas rotas que habían podido volverse a armar poco a poco.

— ¿En qué piensas? —la voz del pelinegro logró sacar a su novia de sus pensamientos. La pareja se encontraba en la cima de un edificio vigilando la ciudad, llevaban tiempo allí, así que, ante la falta de crimen, pasaban un lindo rato en pareja. Los brazos del pelinegro rodeaban su cintura desde atrás, los dos se encontraban viendo la ciudad desde arriba, sin embargo, la chica lucia absorta en sus pensamientos.

— En nosotros —respondió después de meditarlo unos momentos, la chica se dio vuelta en su lugar, quedando cara a cara con el pelinegro—. Me refiero a todo lo que ha pasado, toda la mierda que hemos pasado hasta llegar aquí. ¿Sabes? Si hace un par de años me hubieran dicho que estaría siendo una especie de superheroína y la novia de un chico que usa traje y una capa, me hubiera reído hasta llorar —Leyla soltó una risa ante la cara que él había puesto por su descripción, sin embargo, la risa duró poco, puesto que las manos de Jason pasaron de estar a un lado a hacerle cosquillas por todo su cuerpo.

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⏰ Última actualización: Mar 23, 2022 ⏰

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𝐓𝐖𝐈𝐒𝐓𝐄𝐑;; Jason Todd ².Donde viven las historias. Descúbrelo ahora