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 Fragmentos

Abro los ojos, pero aun así parece que sigo en un sueño, uno interminable.

Miro hacia abajo, mis pies están hundidos en el agua hasta mis pantorrillas. Luego miro a mi alrededor, el espacio no ha cambiado; blanco y pareciese ser infinito, a cada paso que doy se extiende más y más. No sé en donde estoy, pero no me siento perdido, tan siquiera no ahora.

Escucho pasos y chapoteos, como si algo estuviera cayendo en el agua constantemente y sin parar. Me dirijo hacia el origen de esos sonidos.

¿Es eso una persona, es algo más, es mi imaginación?

Solo quiero encontrar a alguien, a algo, lo que sea. Sigo caminando sin rumbo. Solo el sonido que mis pies hacen al chocar contra el agua rompe el silencio de aquel lugar, no cálido, pero no helado. Mis ojos se cierran por un momento.

Estoy cansado y no parece que vaya a encontrar algo pronto, ni siquiera sé lo que estoy buscando.

Me obligo a abrirlos y buscar una salida, mi lado racional aun funciona.

Delante de mí está una cascada, miro a los lados, parece estar ensanchándose al igual que el espacio.

El agua que cae es cristalina, quiero probarla. Me acerco más y veo mi reflejo en ella; soy yo, pero no soy yo, me reconozco, sin embargo no sé si la persona del reflejo me reconoce a mí. ¿Soy él o él soy yo? ¿Somos el mismo? Sus ojos fijos en mí y los míos fijos en él.

Trato de tocarlo pero mi mano atraviesa la cortina de agua y siento una corriente de energía pasar desde las yemas de mis dedos, a mis brazos para después recorrer todo mi cuerpo. No se siente mal, solo es extraño, es más como un sentimiento que aún no logro identificar.

Alejo mi mano de nuevo y me sigo observando.

Mis ojos son completamente negros, ni un solo color además de su obscuridad esta en ellos, mi cabello se ve casi blanco, como un rubio platino bien cuidado y mi piel se ve más blanca de lo normal, y pareciese como si una fina tela me cubriera aun cuando puedes ver detrás de ella con facilidad.

Bajo la cabeza para poder observarme a mí mismo. Aún llevo mis jeans y una camisa roja de los Diniduns 583, era lo mismo con lo que me había ido a acostar. No.

Yo no recuerdo haberme ido a acostar, ni siquiera recuerdo haber llegado a la casa ese día.

¿Qué día? ¿Noche?

Mi piel era blanca con tonos de rosa, no del pálido que tomo luego de haber dormido más de 12 horas una noche del sábado debido a que no dormí durante toda la semana por exámenes y mi tendencia masoquista de estudiar una noche antes, tampoco del pálido que veo en el espejo por las mañanas, muy temprano y recién levantado cuando la sangre aun no llega a mis mejillas, no del pálido que la figura delante de mí me mostraba

Y mis ojos. La cosa ni siquiera tenía iris, o como se llamara esa parte blanca, todo se veía negro, como si remplazaran mis ojos con dos bolas de billar.

Eso no era yo, pero sabía que era yo. O lo seria.

"Faustus"

Escuche un nombre, voltee a los lados, pero parecía venir de ningún sitio en particular.

"Faustus"

Repitió la voz, cada vez más cerca.

Las facciones de la cosa cambiaban con las mías, mi mirada estaba hipnotizada en aquellos ojos negros. Y de repente vi un destello de luz en ellos, no una luz en sí, pero una imagen, una que no me reflejaba a mí, era alguien más, tenía cabello negro y una chamarra de cuero.

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⏰ Última actualización: Feb 07, 2022 ⏰

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