Esta es la historia donde Idara tiene que aparentar ser una adolescente normal y corriente de 17 años, pero jamas imagino que la llegada de un chico mortal se le vuelva mas difícil ocultar su verdadero ser ante sus ojos.
Espero les guste...
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4am, a esta hora de la madrugada todas las personas están durmiendo esperando a que termine de amanecer para que los adultos se vallan a trabajar y preparar a los niños para que vallan a la escuela.
¿Yo? estoy sentada en el techo de mi casa viendo el amanecer, es relajante el silencio que hay, pero lo que me esta empezando a inquietar es la picazón y ardor que tengo en mi garganta, es como si un montón de hormigas estén caminando de arriba hasta abajo sin parar y lo único que quiero es saciarla con sangre, pero para mi desgracia se me acabo el de reserva la semana pasada y lo que no me esta ayudando para nada es escuchar los corazones de mis vecinos latiendo con tanta tranquilidad, de un momento a otro me empece a imaginar que tan satisfactorio seria la sangre de mi vecina Lorena, ella conlleva una vida saludable, se alimenta bien así que me imagino que sabría deliciosa pasando por mi garganta.
Sin siquiera darme cuenta ya estaba enfrente de ella viéndola dormir, había entrado por la ventana de su habitación y justo ahora estoy escuchando su corazón latiendo con tanta tranquilidad que me causo mas sed.
Estaba a punto de lanzarme encime de ella cuando escucho unas botellas de vidrio caerse y romperse afuera en la calle, cuando me acerque a la ventana pude observar a un adulto balancearse y apoyarse en la pared, entonces deduje que era un borracho sin futuro y me puse a pensar, nadie extrañarían a alguien que se la pasa tomando sin sentido alguno, así que con la poca fuerza de voluntad que me quedaba me di media vuelta y salte por la ventana de mi vecina para irme corriendo hacia el callejón donde el borracho acaba de entrar, cuando llegue pude observar que estaba bajándose el cierre del pantalón para orinar, que asco-pensé mientras lo observaba, pero algo que me gusta hacer cuando voy a comer es el drama a la hora de cazar, me gusta ver como mi presa busca desesperadamente un refugio seguro donde estar, así que mire a mi alrededor para ver con que lo puedo asustar, al bajar la cabeza pude ver unas botellas de vidrio así que las tire haciendo ruido, me escondí y pude ver como brincaba de su sitio y escuchar como su corazón salto para empezar a latir como un tambor haciendo que la sed me cegara, corrí para estar detrás de el y agarrarle de los hombros asiendo que se volteara de forma brusca y le sonreí lamiéndome los labios haciéndolo temblar del pánico.
-Adiós-le canturrie
Me lance a su cuello tapando su boca con mi mano para que no haga ningún ruido y no despertar a nadie, el resto se los dejo a la imaginación.
Al terminar de esconder el cadáver en unos contenedores de basura que habían hay, me fui directo a mi casa a darme un baño y poner mi ropa a lavar lo antes posible. La sangre es difícil de quitar.-pensé
