Ladron

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En uno de los suburbios mas caros de Tokio, las armas fueron cargadas bajo las miradas, y las manos expertas de los hermanos Haitani, y los compañeros en la seguidilla de crimenes que habian azotado a las familias mas ricas de la ciudad, el terror de las familias mas acomodadas del sector.

Con un historial impecable de casi treinta atracos, nunca habian sido atrapados incluso cuando sus delitos habian ocupado cada televisor, y cada noticiero, y es que nadie podia ver mas alla de las mascaras negras y los profundos ojos que se escondian detras de ellas en cada uno de los robos, ni siquiera la policia.

Su record casi se fue a la mierda esa noche.

Ran y Rindou Haitani, con veintidos y veinte años respectivamente, apenas podian recordar como habian terminado alli, ocultos detras de las mascaras negras, y con las armas en las manos, sin embargo ya no importaba, por que en ese momento, sus mentes solo estaban concentradas en el robo que estaban a punto de efectuar, no habia espacio para errores, por estos podrian terminar con ellos.

Habian revisado cada plano de las casas, cada salida en caso de que la policia llegara antes de tiempo o las alarmas sonaran, cada calle para el escape, y el plan, como siempre, no tenia fallas, como ellos tampoco podian tenerlas en ese momento, por que un solo movimiento equivocado, o un disparo en el lugar incorrecto significaria la perdida de todo lo que habian conseguido.

Su historia, y como habian terminado ahi no era sacada de una película, no había un pasado tormentoso que los había llevado al mundo en que estaban hundidos, solo había un hecho desafortunado que, por mala suerte, les tocó vivir, y las equivocadas decisiones que tomaron entonces, y que los empujaron al camino en que estaban, un error que habían cometido y decidido por si mismos.

Su infancia había sido en un feliz hogar donde su amorosa madre había llenado el vacío de un padre ausente, y trabajado duro cada momento de su vida, tomando cada golpe que esta podia dar por la felicidad, y la educación de sus hijos, hasta el día que enfermó.

Ran y Rin, con solo veinte y dieciocho años, lucharon con todas sus fuerzas contra el destino frente a ellos, enfrentando la dura realidad del mundo en que vivían, un lugar donde el dinero era el dueño de todo, y donde la esperanza para su madre tenía un precio fuera del alcance de sus manos, viendo en ese momento la crueldad de la que ella los habia protegido.

Las puertas se cerraron para ellos, todas y cada una, las plegarias no funcionaban más, y tuvieron que conseguir la esperanza en otro lugar, demasiado lejos del cielo, y de la luz, en un lugar donde pronto el moverse en las sombras de la noche se volvió su rutina, y pedir perdón una costumbre de cada mañana.

Los robos fueron cada vez mas necesarios, cada vez mas grandes mientras los medicamentos aumentaban su frecuencia y su precio, y cada uno fue la salvacion de su madre, al menos, por un tiempo. Por que aunque habian querido engañarse pensando lo contrario, solo estaban robando y comprando tiempo, uno que, un año despues, termino.

Los ojos de su madre se cerraron, y ya no volverian a abrirse jamas, y con el dolor de su alma, ellos vieron como se marchaba, viendo tambien como ya habian tomado un camino sin retorno, ya era demasiado tarde para huir, por que una vez que esa tentadora oscuridad te alcanzaba, te envolvía hasta consumirte por completo.

Cayeron en el abismo y un vicio que no pudieron dejar aunque lo intentaran, los consumio su propia ambicion, las armas entraron en el juego, y tomaron gusto por el dinero que, aunque facil, estaba manchado por el crimen, y la sangre de quienes se cruzaron en su camino, una que jamas abandonaria sus manos.

Los muchachos que habían sido, se habían perdido, dejando atrás solo una sombra borrosa, nada más que un vestigio de lo que fueron.

Ran aún recordaba el día gris en que su desesperación lo había llevado hasta ahi, su cuerpo temblaba por el frío de la mañana, y con marcas del desvelo en su rostro entrado en una de las tiendas de su ciudad, con el arma sujeto firmemente entre sus manos, y en el bolsillo de la chaqueta, dolorosamente fria, consciente del peligroso terreno en el que estaba, ignorándolo y continuando adelante al ser incapaz de encontrar otra salida para las personas que amaba.

Hypnotic [Ran y Rindou x Sanzu] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora