venganzas mortales

52 1 0
                                    


la luna brillaba acompañada de los postes de luz de la calle, caminaba rápido arrugando fuertemente las tiras de la mochila, la lluvia mojaba la acera haciendo mis movimientos más torpes, mire hacia atrás otra vez para verificar si el hombre que me seguía todavía estaba ahí, el alivio fue inmediato al notar que este ya no se encontraba

Finalmente llegué a mi destino, una bodega abandonada en el medio de la cuidad con cuidado abrí mi mochila y saque las bolsas plásticas, me acerque al hombre encadenado a la pared de la bodega y le retire la cinta de la boca

-tranquilo este va a ser tu ultimo día aquí- le dije con sinceridad, le acerque las bolsas y le libere una mano para que disfrutara la comida que había en ellas. Espere a que el hombre terminara la comida y le amarre de nuevo la mano que tenía libre

Unas horas después la gasolina brillaba en el suelo de la bodega, me dirigí hacia la salida pero antes de salir hable

-tu hermano me estuvo persiguiendo, pobrecito aun tiene la esperanza de encontrarte, no te preocupes se verán pronto- dije mientras la cerilla caía a la gasolina y yo salía del lugar, simplemente se lo buscaron, no debieron querer delatarme 

microcuentos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora