38 ~ ²/²

93 12 0
                                    


Quizás era el ruido de los carros de medicamentos siendo arrastrados por las enfermeras o los llamados a médicos a través del altavoz lo que me tenía nervioso, de alguna forma mi pierna se movía nerviosamente a espera de que la enfermera que nos atendió saliera con buenas noticias.

Estaba vagando en mis pensamientos cuando sentí como Kook tomó mi mano entrelazando nuestros dedos, suspiré calmándome al instante. Esos preciosos ojos me sonrieron con su particular brillo.

—  Jóvenes ya pueden pasar. – anunció la miss a quien seguimos inmediatamente.

—  ¿Cuál es su condición?.

—  El es un chico joven y fuerte. Estoy segura que pronto se recuperará totalmente por favor evitemos cualquier situación que le ponga bajo estrés.

Estuvimos de acuerdo con sus indicaciones. Cuando llegamos a su habitación la enfermera señaló su habitación frente a nosotros después con una sonrisa amable dio media vuelta retirándose.

Entramos a la habitación, viendo a Hyeon dormido en la camilla, su brazo canalizado con un medicamento. Su rostro lucia cansado desde mi posición, estuvimos mirándolo por cinco minutos realmente creímos que tendríamos que irnos pero segundos después el abrió sus ojos sorprendido de vernos ahí.

—  ¡Oh es-tan aquí!. – habló con voz ronca.

—  Hola Hyeon ¿Cómo te sientes?. – dije acercándome a el.

—  Ya se que me veo mal pero créeme estoy bien. – nos sonrió. —¿ustedes están bien?.

—  Gracias a ti lo estamos. – me acerqué para abrazarlo sin lastimarlo.

—  Lo siento Jimin, yo nunca quise lastimarte. – su sinceridad rompió mi corazón.

—  No tienes que decirlo, lo demostraste todos esos días que cuidaste de mi. – solloce limpiando mis mejillas.

—  Hasta llorando te ves lindo. ¿Ya te lo había dicho?. – asentí sonriendo.

—  Lo dijiste cuando estaba comiendo, cuando me curaste, cuando hablamos, cuando lloré y cuando use tu ropa. – enumere con mis dedos.

—  Pues no digas más, Jungkook no luce contento. – yo miré hacia atrás donde Kook nos miraba sin perder detalle.

—  Recuerdas cuando te dije que Jungkook era mi todo. – el volvió a sonreír.

—  Y tu recuerdas cuando te dije que los dos hacían una hermosa pareja. – yo asentí sin dejar de reír.

—  Par de aduladores. – fingió quejarse el. — Pero no tienen que hacerlo porque no estoy molesto en lo absoluto. – los dos sonreímos a sus palabras.

—  Somos amigos ¿verdad?. – cuestione con una sonrisa.

—  Por supuesto que somos amigos Jimin…. Y de ahora en adelante tu también lo eres Jungkook.

—  Cuenta con eso Hyeon. – dijo kook estrechando su mano.

Durante varios minutos hablamos sobre su recuperación y como lo había tomado su familia. Resultó que sus padres se arrepintieron de la barrera e indiferencia que habían creado con su hijo por culpa de un mal tipo. Me alegraba saber que ahora las cosas habían cambiado para el, porque merecía vivir más tranquilo y sin dejar de ser el.

—  La verdad no se como la policía no ha venido por mi. Supongo que mis padres no lo van a permitir, si hasta ahora no los dejan interrogarme no creo que lo hagan hasta que este mejor.

—  Le dije a los policías que fui yo quien disparo el arma.

—  ¿Qué hiciste que?.... ¿Jimin por qué hiciste eso?.

LÁGRIMAS DE ÁNGEL  𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍 |𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora