"En la Virtualidad"

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Kaoru deja a Cara skate cargándose, suspira pesadamente, estaba sudando. Competir en S era realmente agotador, estar rodeado de todas esas personas, arder en celos cada vez que ve a Joe acompañado por mujeres despampanantes. Aprieta los labios y chasquea la lengua, molesto. Deja correr el agua en lo que se va desnudando, su imaginación se rebela contra él, siente un aliento cálido cocar en su nuca, una calidez húmeda posarse en esa piel sensible, manos callosas recorrer sus brazos... su pecho... el abdomen...

—Temperatura: treinta grados centígrados. Hora del baño —Carla interrumpe su fantasía, y lo agradece. Aún no era momento para tener ese tipo de pensamientos.

Al entrar a la ducha, el agua templada le golpea el rostro, tiene la esperanza de que eso barra los fragmentos de excitación que aún le siguen atormentando, pero no pasa. Sigue con la rutina, imaginando de vez en vez que no son sus manos quienes limpian su cuerpo, las que lavan su cabello con cuidado, que no es su aroma el que flota por todo su baño.

—Han pasado los 10 minutos correspondientes de ducha —vuelve a hablar Carla.

Gruñe, a veces odiaba ese aparato, siempre le interrumpía en los mejores momentos. Se enjuaga una última vez. Exprime su cabello antes de envolverlo en una toalla, se seca el cuerpo con otra, humecta su piel con crema y se pone encima un albornos. Calienta la cena que pidió a Kojiro por la mañana. Su mente vuelve a volar, preguntándose ¿cómo será tener a ese enorme gorila paseándose por su cocina? ¿Cómo será el que le enseñe a cocinar? Poniéndose tras su espalda, tomando sus manos para indicarle cómo cortar los alimentos. Chocando su enorme y caliente pecho contra su espalda, rozando sus nalgas con su...

—La cena está lista. Temperatura...

Silencia a Carla cuando abre el horno. El vapor de la pasta le golpea el rostro, se sirve un poco de vino y se sienta a la mesa. Repasa con la tableta Carla los pendientes que tenía para el día de mañana. Su mente se mantiene quieta y concentrada en lo que debe, no se cuela ninguna imagen indecorosa de Joe sin camisa, de Kojiro haciéndole cualquier cosa en distintas partes de su casa. Carla avisa que son las 21.45 pm. Deja los trastes en el lavaplatos conectado a su IA. Cinco minutos después, las luces de toda la casa se van atenuando, el lugar se sume en penumbras cuando llega a su habitación, donde la iluminación es perfecta para no dañar su vista pero tampoco para hacerlo tropezar.

Era el momento adecuado, el ambiente ideal. Toma sus recién creadas gafas de realidad virtual, se recuesta en la cama antes de colocárselas y ordena a Carla comenzar. Frente a él aparece su fantasía más intima, su secreto más profundo... Kojiro emerge frente a él, con esa estúpida sonrisa de galán. Le extiende la mano y Kaoru comienza a acariciarse. El Kojiro virtual le besa los labios, pasando a revolotear por su piel, sus enormes manos ahuecan cada centímetro de su anatomía, se siente tan real, pero él mismo sabe cómo se sienten las manos de Kojiro. No recuerda cuántas veces, durante su adolescencia, estuvieron experimentando, cuando peleaban y "accidentalmente" sus manos resbalaban a lugares que no deberían.

Se muerde el labio, ahogando el gemido que trepa por su garganta. Kojiro se aleja, se lame los labios. Su boca se mueve, pero no sale sonido. Kaoru no lo necesita, su cabeza le pone voz, conoce perfectamente el sonido y eso hace que su pene de un salto y sus entrañas se contraigan.

"¿Te gusta que te toque aquí?"

—Me gusta —gime con voz temblorosa.

El Kojiro de la realidad virtual serpentea bajo su albornos, una mano sobre su pectoral derecho, el otro acariciando sus muslos internos. Sus dedos se cierran sobre el tronco de su pene, aprieta, sube y baja. Suspira. Kojiro le besa el cuello, la clavícula, muerde su pezón y sigue descendiendo. Kaoru le sigue con la mirada, mimándose con sus propias manos.

"Virtualidad" - (Matchablossom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora