Dia de perros.

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Entre sus sabanas aglomeradas unas con otras de se encontraba cierto vampiro con el ceño fruncido, estaba enojado desde ya hace más de una hora.

¿Y como no estarlo?

El concierto que le tomo tiempo hacer fue arruinado por la presencia de ese "princeso de quinta", lo arduo e incansable que fueron los ensayos para él, le terminaron dejando una marca notable en su orgullo por no haber podido ni mínimamente haber tocado una cuerda de su guitarra con entusiasmo en el escenario.

Sus ojos rojizos captaron el brillo de su celular, 23, 26, 27, etc. cada vez más mensajes y llamadas entraban de manera constante sin ser respondidas en absoluto.

Estaba fastidiado y frustrado por el hecho que su amiga se pusiera del lado de ese príncipe por mero interés y necesidad de sentirse querida por alguien que le ha dejado más que claro el simple hecho que no la va a amar ni en un millón de años.

Le abruma el ver como ella se degrada por alguien tan básico y poco saludable como un príncipe con los humos tan subidos como él. Le dolió ver como ella le daba la razón ante todo sin considerarlo a él.

Ni siquiera estaban cercas de su estúpido Reino para tener el derecho de parar su evento, alegando ser demasiado ruidoso y pesado para sus ciudadanos.

¿Desde cuándo le importan?

Dio un suspiro de frustración y resignación apagando ese celular, fijando su vista al techo con la intención de calmarse un poco.

Ciertamente en su mente ya estaba la idea de abandonar un rato a la pelirrubia, después de todo, no tenía ánimos ni de verla en pintura actualmente.

Miro hacia un lado de él, justo en el mueble logro apreciar su reloj, marcaban las 2:34 am, aún era temprano.

Con la esperanza de respirar un poco de todo aquello que lo molestaba, hizo sus sabanas aun lado y se levantó con el interés de salir.

Y así lo hizo, tomo su camisa abotonada de cuadros rojos con negro y salió por la puerta principal dejando su celular atrás sin meras intenciones de volver por él.

Salió con un ligero vuelo de aquella cueva donde se encontraba su casa topándose con el aire frío que le brindaba aquel cielo nocturno.

Pensó a donde ir desde lo alto mientras admiraba la luna con algo de inquietud.

¿Ir a visitar a su madre?

Na, Ni aunque lo asfixiaran con una cuerda.

¿Y grumoso?

No quiere otro malentendido con alguien tan desesperante como él.

En ese momento, cierto nombre de un par de príncipes le llega a la mente descartando completamente al primero gracias a su enojo, pensando por inercia al príncipe flama, ambos se llevaban de maravilla desde ya hace tiempo, hacerle una visita no le vendría mal.

Desde hace ya un tiempo deseaba hablar con él.

El rey vampiro se movió de manera libre por el viento apreciado las vistas que la altura le daba a presenciar nuevamente hundiéndose entre sus pensamientos en el trayecto repasando las múltiples ocasiones que le ha tocado despejarse la cabeza con otros por culpa del príncipe dulce o por los impulsos tan bajos de su ahora ya no tan segura amiga pelirrubia.

Eso no es de extrañar, considerarla ahora una conocida más que una amiga cuando lo único que hace ella es siempre pasarle las quejas cada que se topaban, "el príncipe aquello","el príncipe esto" etc.

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⏰ Última actualización: Sep 05, 2023 ⏰

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