Imagine - Jojo's Bizzarre Adventure

𝐀𝐧𝐠𝐫𝐲 - 𝖦𝗁𝗂𝖺𝖼𝖼𝗂𝗈

*Está historia no busca romantizar la violencia, ni el sexo sin consentimiento, es meramente ficticio y para entretenimiento*
(Ayudaestoymuysola)
-Dedicado a la amiga que me motivo y pidio escribirlo-

Vivir con alguien como Ghiaccio era dificil, el chico de hielo no hacia nada más que quejarse, y soltar maldiciones por toda la casa, y a pesar de que procuraba mantenerme fuera de cualquier tipo de contacto con el, buscaba cualquier defecto para lanzar palabras altisonantes hacia mi.

La actitud del chico con lentes era pesima, por lo que Risotto decidió no llevarlo a su próxima misión, a pesar de que la habilidad de este era útil, la manera que reaccionaba cuando algo no salía como quería perjudicaría todo.
Giacchio, como era de esperarse, lo tomo muy mal.
-Maldita sea ¿Cómo se atreven esos imbéciles a dejarme aquí?- gruñó.

-Es un bebé llorón- pensé.

-Tu, maldita zorra, tráeme una maldita soda o juro que te parto el maldito trasero- grito Ghiaccio, dirigiéndome la palabra.

-Vete al diablo- me limite a decir.

-¿Que dijiste perra?- pregunto aún más molesto que antes.

-¡Lo que oíste! Es la misma maldita situación, estoy harta de que todos los malditos días te dirijas a mi con esas palabras, no soy ni perra ni zorra, así que vete al maldito infierno- grite armada de falso valor, para después dirigirme al cuarto donde me dormía, por miedo a la reacción del asesino de hielo.

-Maldita perra, me las pagarás- murmuró él asesino para si mismo.

...

El sol se oculto y decidí prepararme para dormir, justo cuando empecé a quitarme la ropa y me dirigía al closet para sacar mi pijama, una silueta conocida salió de el, provocándome un escalofrío.

-T... Tu qu... Tu que- titubee, pero antes de terminar, una de las manos de ese sujeto sé poso sobre mi boca.

-¿Dónde quedó tu valor ahora?- dijo burlón aquel chico.

Lo empuje, pero después me agarró del cabello y empezó a tirarme de la cabeza.

-Te quisiste pasar de lista, perrita, así que ahora pagarás.

Esas palabras resonaron en mi cabeza, no estaba segura de lo que iba a venir, pero si sabia que no sería algo bueno.

-Sueltame Ghiaccio, me lastimas- solloze.

-¿Crees que me importa?- grito.

Posteriormente me tomo del cuello y me lanzó a la cama y se postró sobre mi.

-Ghiaccio, no.

Desabrochó su pantalón, dejando salir su miembro. No sé si le excitaba el dominar, pero se encontraba erecto.
Se sentó en la cama apoyándose en el respaldo, aún tomando mi cabello y lo acerco a su miembro, sin decir ni una palabra.

Forceje pero fue en vano, la fuerza del asesino me superaba.

Metió su miembro a mi boca y empezo a mover mi cabeza, de manera vulgar y violenta.

Cualquier intento de safarme de ahí era inútil, y mientras más lo intentaba, más rápido movía mi cabeza.

-Agh, perra, se siente tan... Bien- comento, con pequeños gruñidos.

Una parte de mi quería que parara, pero otra parte de mi se empezaba a encender al escuchar los ruidos que salían de la boca de Ghiaccio.

-P... Para- dije, entre cortado.

Ghiaccio sorprendentemente paro.

-¡¿QUIEN CARAJO TE CREES PARA DECIRME QUE HACER?!- gritó.

Me abofeteo y me volvió a tomar del cabello, para levantarme de la cama.