Capítulo I.

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Nayeon revuleve la sopa dentro de la olla para que no se pegara. Suelta un suspiro alto, tocando la parte baja de su espalda. Hoy, después de las clases tuvo que volver de pie desde la preparatoria, que esta en el centro y ella vive en su pequeña casa del norte.

Niega con la cabeza, echandole un poquito de agua a la mezcla. Recuerda como era su vida hace 3 semanas, antes de venirse a vivir con un alfa que gracias y sabe su nombre. Cuando vivía con sus padres, todo era diferente. No eran ricos, vivia bien, pero como era hija única, todos los regalos iban a ella. Cuando le dijo a su madre [beta] que estaba en espera, ella le dijo que estaba bien, que ella tenía la última decision, sobre quedarse o irse con el alfa responsable.

En Corea del Sur era así, como una costumbre. Cuando el alfa dejaba en estado a un omega, ella o el debia llevárselo y arreglárselas solos. Nayeon estaba decidida a quedarse con sus padres, y disfrutar de las comodidades que ellos le darían a ella y a su bebé. Pero no, Tzuyu llegó una noche diciendo que la omega (ni siquiera se acordaba de su nombre) se iría con ella, porque el cachorro que llevaba dentro era suyo. Los padres de Nayeon la vieron confiable y dejaron a su hija ir con ella. La omega nunca se quejó.

Ahora deseaba haberse quejado, pero estaba tan aturdida que nada salió de sus labios, solo empaco su ropa en una pequeña maleta y con la misma bajo.

Nayeon sabe que Tzuyu se la trajo a su casa por una razón. Y no era por el bebé, ni porque ella era su omega, no. La simple razón por la que estaba aquí, ahora, era porque si la alfa no lo hubiese hecho, su ego de dominante hubieran sido dañado, y se hubiera sentido humillada.

Vuelve a negar, no pudiendo creer que tan tonta fue. Osea, el cortejo de Tzuyu fue el más vergonzoso. Un día, la puerta de la casa de sus padres fue tocada, Nayeon la abrió, encontrándose con cierta alfa ahí parada, con la cara más sería y mirada sin titubear.

"Puedo ayudarte en algo?" Nayeon había preguntado, con medio cuerpo escondido detrás de la puerta, solo viendo como la más alta asentía.

"Quiero que me ayudes en mi próximo celo" dijo, tendiendo una caja de chicles de menta. Los ojos de Nayeon brillaron. Eran sus favoritos. Ella amaba los chicles.

"Esta bien, creo ¿Cuando es?" pregunto tomando la Caja entre sus manos.

"El próximo sábado" y con eso, se dio la vuelta, caminado lejos de la casa.

Tzuyu era una alfa que estudiaba en la misma escuela que ella. Compartían clases pero Nayeon nunca creyó que supiera de su existencia porque, bueno, nunca volteaba a verla. Solo hablaba con sus dos amigas Dahyun [alfa] y Chaeyoung [beta.]
Ella era una alfa muy cerrada solo con sus cercanos podía entenderse bien.

Ellas duermen en la misma cama, porque en realidad no hay otra. Hay noches en las que Tzuyu se va a la sala o simplemente se queda lo más alejada de ella.

Y, mierda. Nayeon es una omega embarazada, necesita el calor de un alfa más que nunca, de su alfa. Ni siquiera sabía si Tzuyu era su alfa en verdad.

Cuando ve que la sopa esta lista, apaga la hornilla. Toma un cucharon y sirve un poco en su plato hondo. Se sienta en su silla y suspira. Esta otra vez sola, pero no se queja, porque Tzuyu estaba trabajando. O al menos es lo que ella le dijo.

Da su primera cucharada, quemando su lengua. Rápidamente para aliviar el dolor, toma un sorbo de su jugo de uvas, natural. Porque a Tzuyu no le gustaba que tomara cosas sintéticas, por el bebé.

Oye la puerta abrirse, el tintineo de las llaves siendo colgadas en su lugar y unos pasos firmes. La figura grande de Tzuyu aparece en el umbral, con el cabello algo húmedo y la sudadera manchada... de sangre.

𝚅𝚎𝚗 𝙰𝚚𝚞𝚒, 𝚈 𝙰𝚖𝚊𝚖𝚎 - 𝙽𝚊𝚝𝚣𝚞 - 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora