Emma
Que guapo te ves mi amor - digo con lágrimas en los ojos mientras acomodo la solapa de su traje
-Gracias preciosa - me sonríe nervioso
- Sigo sin creer que te me cases - añado deteniéndolo lo más que puedo - te dije que la chica ideal llegaría
- Lo sé, pero ¡hey! no llores, aunque me case, siempre serás mi mejor amiga, y algún día la madrina de mis hijos
-Eso si, me veré en la obligación de malcriarlos - le sonrió una vez más, acariciando su mejilla
-Bien, aquí voy, deséame suerte chula
- Santiago - lo detengo, reuniendo el valor para dejarlo caminar al altar y no volver jamás
- ¿Está todo bien? - me mira con preocupación poniendo su mano en mi hombro.
Y ahí en la sacristía lo beso, mis labios juegan con los suyos que están quietos, mientras mis manos suben a su cuello y lo atraen a mi, mientras las lágrimas caen dándole un sabor salado al beso, el por fin reacciona poniendo sus manos en mi cadera, me separa.
-Que carajo te pasa - sueña dolido y molesto - estoy a minutos de casarme, si alguien nos vio estoy muerto.
-¡Perdóname! No podía dejarte ir al altar sin besarte una última vez - sollozo - Está tendría que ser nuestra boda, no la de ella .
-¡No me jodas! - sonríe maquiavélicamente - Yo te ame, te pedí que estuvieras conmigo, y no lo quisiste, te llevo amando años, y ahora que encuentro alguien vienes con esto, el día de mi boda - se toca la sien con la voz rota, apunto de llorar.
- Escúchame, es todo lo que te pido - trato de tocarlo pero el se aleja, rompiendo mi corazón - Te he amado desde el primer día que te vi, cuando entraste con tu cabello revuelto y esa sonrisa nerviosa, éramos niños, y aún así no pude amarte más. Mientras más te conocía más me enamoré, tu risa, tus chistes cada parte de ti me enloquece, tanto que temí perderte. Jamás podría hacerte daño, incluso si eso implica verte caminar al altar con ella. Y si ¡Soy una egoísta de mierda! - suelto llorando, mientras el se acerca más a mí - no debí hacer esto el día de tu boda, pero no puedo ver cómo te casas con ella -niego mientras una lágrima resbala por su mejilla, la cuál seco con mi dedo - mi niño hermoso, te amo, y quiero que seas feliz, que tengas a una familia y alguien que te ame, aún que yo no pueda formar parte de eso - termino - bésame, bésame una última vez, como tantas veces lo hicimos, déjame soñar, aunque sea un minuto más, el último minuto antes de entregarte a ella.
Su cabeza se acercó lentamente a mi, mientras su mano se colocaba en mi cintura, viendo hacia mis labios terminó el espacio en un beso cargado de amor, pasión e intensidad, pero a la vez tierno, sus labios jugaban lento contra los míos, con ese peculiar sabor a sal.
- Me tengo que ir - dijo separándose - ella está por llegar, no la puedo dejar - termino limpiando sus ojos
- Lo se, ella no lo merece, anda ve - lo ánimo, sonriendo con el corazón roto - fue un gusto conocerte
- Te amo, siempre te amare - me terminó, dando un último beso
- Te amo más Batman - sonreímos - Me iré, no te preocupes, te dejare ser feliz- termino tomando mi bolso y saliendo de la iglesia, mientras la marcha nupcial inicia, con Verónica entrando en un precioso vestido blanco, lista para casarse con mi mejor amigo.
ESTÁS LEYENDO
Santiago Y Emma
PovídkyExisten diferentes tipos de amor, algunos de ellos duelen, otros mueren y algunos sencillamente existen