Como Agua para Chocolate - Adaptación Yoonmin (Omegaverse)

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-No sabes como extrañaba la comida de casa, sobre todo mis torrejas de nata- el pelinegro estaba recargado sobre la mesa devorandose un plato de comida, ya habia pasado la hora del desayuno pero el seguía comiendo -Las revoluciones no serían tan malas si uno pudiera ir a diario a comer con su familia-

JiMin estaba preparando estas torrejas a petición expresa de Taehyung, pues era su postre favorito. Tenía mucho tiempo de no comerlo y quería hacerlo antes de dejar la hacienda, al día siguiente. Había pasado en casa sólo una semana, pero esto era mucho más de lo que había planeado.
-Cuando JungKook y yo nos volvimos a encontrar me contó cuando vino a la hacienda a buscarme- mientras el omega azabache untaba la cazuela donde JiMin vaciaría las natas batidas, no paraba de hablar -no sabes la nostalgia que me entro por tu comida-

Tenía tantas cosas que contarle que ni con un mes hablando día y noche podría agotar su conversación. JiMin lo escuchaba con gran interés. Es más, le daba temor que dejara de hacerlo, pues entonces le tocaría el turno a el. Sabía que sólo le quedaba el día de hoy para contarle a TaeHyung su problema y, aunque se moría de ganas de desahogarse con su hermano, tenía resquemores en cuanto a la actitud que éste tomaría con él.

La estancia de TaeHyung y su tropa en la casa, en lugar de agobiar de trabajo al omega menor de la familia Park, le había proporcionado una enorme paz.
Con tanta gente por toda la casa y los patios, era imposible conversar con Min YoonGi, ya no se diga encontrarse con él en el cuarto obscuro.

Esto tranquilizaba a JiMin, pues aún no estaba
preparado para hablar con él. Antes de hacerlo
quería analizar bien las posibles soluciones que
tenía el problema de su embarazo, y tomar una
determinación. Por un lado estaban el y YoonGi
y, por otro, estaba su hermana en total desventaja. Rose no tenía carácter, le importaba
mucho aparentar en la sociedad, seguía gorda y
pestilente, pues ni con el remedio que su hermano le dio pudo aminorar su intenso problema. ¿Qué pasaría si el alfa la abandonaba por él? ¿Qué tanto le afectaría eso a Chaeyoung? ¿Qué sería de BeomGyu?

-Ya te aburrí con mi plática, ¿verdad?-

JiMin parpadeo y se alejo de sus pensamientos aclarando su garganta -Claro que no Taetae, ¿por qué dices eso?-

-Nada más porque te veo con la mirada perdida desde hace un rato. Dime, ¿qué es lo que te pasa? Se trata de YoonGi, ¿verdad?- sin importar el paso de los años ellos dos seguían siendo hermanos y se conocían tan bien

-Sí - suspiro el pelicastaño dejándose caer en una de las sillas de la cocina

-Si lo sigues queriendo, ¿cómo es entonces
que te vas a casar con Namjoon?- pregunto lleno de curiosidad Taehyung, acariciando los cabellos de JiMin

-Ya no me voy a casar con él, no puedo hacerlo Tae.-JiMin se abrazó a su hermano y lloró en su hombro, en silencio.

TaeHyung le acariciaba el pelo con ternura, pero sin descuidar el dulce de torrejas que estaba sobre la lumbre. Sería una pena que no pudiera comerlo. Cuando estaba a punto de empezar a quemarse, separó á su pequeño hermano omega de su lado y con dulzura le dijo:

-Nada más déjame quitar esto de la lumbre
y ahorita sigues llorando, ¿sí?-

A JiMin no pudo menos que causarle risa que en estos momentos Taehyung estuviera más preocupado por el futuro de las torrejas que por el de él. Claro que esta actitud era comprensible,
pues por un lado TaeHyung ignoraba la gravedad del problema de su hermano y por el otro, tenía un gran antojo de comer torrejas.

Secándose las lágrimas, el omega menor retiró el mismo del fuego la cazuela, pues Tae se quemó la mano al tratar de hacerlo.

Prosiguió con el siguiente paso de la receta y
mientras dejaban enfriar las natas para poder
capearlas después, JiMin le confió a su hermano todos sus problemas. Primero le mostró lo inflamado que tenía el vientre, y cómo sus camisas y pantalones ya no le cerraban. Luego le contó cómo por las mañanas al levantarse sentía mareos y náuseas. Cómo el busto le dolía tanto que nadie se lo podía tocar. Y al último, así como quien no quiere la cosa, le dijo que esto tal vez, quién sabe, a lo mejor, lo más posible, era porque estaba un poquito embarazado.