En la entrada del internado veraniego esta repleto de adolescentes entre 14 a 18 años, juntos con sus respectivos padre o grupos. Todos sonríen como Cony lo esta haciendo en este momento a todo aquel que la mire. Hay personas vestidas con una polera blanca, un silbato y pantalones cortos café claro junto con zapatos blanco que hace juego con la camisa. Ellos van de un lado a otro, dando indicaciones. Por lo que me contó mamá ellos deben ser los voluntarios que son los Intructores o coordinandores, son veinte de ellos que andan con una banda en el brazo de color azul y cada uno de ellos se hace cargo de un Clan de adolescentes.
Una chica baja de cabello negro se dirige hacia donde estamos nosotras, su sonrisa me produce nervios es demasiado enorme, por poco hecha competencia contra Cony.
Afirmo mi maleta y mi gran bolso como si alguien me lo fuera a robar. Si supieran lo que hay en la maleta de seguro me la van a querer robar. Sufrí mucho al traerla aquí conmigo, ya que mamá quería dejarla en casa cuando descubrió lo que había dentro, casi se convierte en una batalla campal.
—¿Ustedes son Constanza White y Georginna Hill? —dice la mujer baja al acercarse a nosotras.
—Si somos nosotras —dice Cony alegre casi brincando en su sitio.
La chica mira la carpeta que anda trayendo en su brazo izquierdo y le hace una clase de linea.
—Yo soy Hanna, voy hacer su coordinadora hasta que acabe el campamento. —dice con una sonrisa y me vuelve a mirar de una forma extraña —Por alguna razón te me haces muy familiar.
Yo sonrio al notar el motivo y miro a mi madre que esta detrás de nosotras mirando a Hanna con una sonrisa deslumbrante.
—Señora Rolin? —dice la chica mirando a mi mamá muy sorprendida.
—Solo llamame Monica. Al parecer te quedaste para siempre Hanna—dice mi madre muy feliz demasiado feliz. Sus ojos celeste brillan demasiado.
¿Se conocen? No me sorprende, creo que aquí todo el mundo conoce a Monica Rolin, por las anécdotas que contaba mi mamá en el auto, es muy famosa en el campamento, no me sorprenderia que le tengan un monumento. En realidad en estos momentos solo quiero ir al baño. Baño, baño.
—Como a estado? Usted no a cambiado en nada, sigue igual de joven—dice la coordinadora con tono de admiración
—ay por supuesto que no. —dice la señora Monica de forma modesta mientras baja su menton muy coquetamente —Hay personas que incluso me dicen que parezco una adolecente, en vez de envejecer rejuvenesco, puedo pasar desapersivida entre estos jovenes y nadie lo notara.
Hanna abre la boca de sorpresa para luego apretar sus labios mientras sonrie y asiente con la cabeza. La humildad de mi madre es sorprendente.
—¿como esta el señor Albert? —pregunta Hanna cambiando de tema. A un tema no muy convencional.
Mi mamá deja de sonreir, para colocar una expresión de incomodidad y me mira a mi, pero enseguida aparta la mirada. Cony se apodera de mi brazo izquierdo y no tiene la intencion de soltarme.
Mi madre trata de sonreir pero simplemente le sale una mueca. Como si la persona que contrala nuestras vidas se colocara de nuestra parte escuchamos la voz de otro coordinandor que llama a Hanna para que se apresure.
—Bueno. Bienvenidos al campamento Soul. —dice alegremente Hanna volviendo a su sonrisa brillante. —Siganme, le hare un pequeño recorrido por el lugar que va hace su casa en estos meses.
Nos despedimos de Mamá antes de seguir a Hanna. Me duele despedirme de ella, nunca habiamos estado separadas por mucho tiempo, somos ellas y yo contra el mundo. Veo como varios instructores están en algunos autobuses coordinando a los pasajeros de estos. Entre ellos veo una chica rubia muy delgada que baja del bus junto con otra chica de cabellera cafe. Atrás suyo baja un chico rubio que esta super rojo debe ser el hermano de la rubia por su parecido. La chica rubia mira hacia mi dirección muy sonriente y me saluda con un movimiento de cabeza, por alguna razón el hermano agacha mas su cabeza al ver el gesto de su hermana.
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Go My Way
Teen FictionGo my way. Seguire mi camino, no soy como él. Sin pensar todo lo que Ginna temía empieza en un campamento conociendo su autodestrucción o su salvavidas