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Tomamos mates mientras charlábamos de cosas banales y cerca del mediodía me fui a mi departamento porque él tenía que juntarse con los hermanos para unos ensayos y entrevistas. Decidí pasar tiempo conmigo así que me pegué una ducha, me vestí y salí a almorzar. Paseando pasé por librerías y locales de música así que compré algunos libros que me llamaron la atención y vinilos para mi tocadiscos. Hablé con mi madre para ver si estaba en casa y pasar a verla, no veía a mi familia muy seguido porque vivía a mil con el laburo y estábamos lejos, pero la semana de vacaciones era ideal.

- ¿Todo bien má? – pregunté - ¿Estás en casa? Tengo unos días más de vacaciones y pensaba pasar a saludar un rato, si a papá le pinta y tiene ganas, hace un asadito – dije riendo – Buenísimo, ahora hablo con las otras dos estúpidas a ver si pueden ir también y los veo a todos juntos – dije refiriéndome a mis hermanas – Nos vemos en un rato.

Mandé mensaje al grupo que tengo con mis hermanas avisando lo de la cena/merienda y me confirmaron que caían tipo 19. Fui al departamento, dejé lo que había comprado, agarré un vino, los regalos y un buzo y salí. Tenía una hora de viaje y ya eran las 16. Puse a reproducir mis me gusta de Spotify y fui cantando todo el viaje. Estacioné en la puerta de mi antigua casa y bajé, mamá me abrió la puerta y me abrazó.

- ¿Cómo estás hija? Pasá – dijo haciéndose a un lado.

- Todo bien má, ¿vos? Pongo esto en la heladera – dije mostrando el vino.

- Dale. Todo bien también, ¿pongo el agua?

- Sí, porfa, muero por unos matecitos – dije sentándome.

- Pensé que tus vacaciones habían terminado cuando volviste de Córdoba – dijo armando el mate.

- No, me pedí las dos semanas que me debían y usaba esta para descansar y acomodar el depto, comprar algunas cosas. Sino nunca tengo tiempo.

- Ah, está bien Emi. ¿Cómo la pasaste en Córdoba?

- Re bien, recorrimos un montón. Cuando estemos todos muestro las fotos, saqué a lugares muy lindos. Tienen que ir con papá, hay unas cabañitas preciosas.

- Sí, ya vamos a ir seguro.

Estuvimos charlando hasta que llegó mi hermana mayor con Rocío, su novia.

- ¿Todavía no la dejaste? – le dije jodiendo a mi cuñada – Yo te sigo esperando.

- Ya se va a dar lo nuestro, Emi – dijo siguiéndome el chiste - ¿Cómo andás? – me abrazó.

- Todo bien, ¿vos? – pregunté mientras saludaba a mi hermana.

- También, todo bien. Estás quemadita.

- Colorada, diría yo – contestó mi hermana – Nunca lográs quemarte – la miré mal.

- Hago lo que puedo, reina. Estuve una semana en Córdoba, volví hace unos días. Les traje regalo – dije mirando a mi hermana – Aviso antes de que me apuñales.

- Yo no dije nada – dijo alzando las manos – Pero está bien – reímos.

- Ahí los bajo del auto, me los olvidé ahí – dije y los fui a buscar – Bueno, esto es tuyo má – le di el suyo, que era un mate con su bombilla y yuyos – Para Rochi – le entregué un buzo que decía "Córdoba" y una tote bag que tenía pintada las sierras – Y para Sabina – le di las cervezas regionales. Me agradecieron con un abrazo y mamá arregló el mate justo cuando mi hermana menor entraba con mi papá.

- Hola estúpida – me dijo – Te dignaste a aparecer.

- Callate tarada – contesté – Ojalá pudiera venir más seguido – nos abrazamos.

- ¿Cómo andás Emilita? – preguntó mi papá abrazándome.

- Todo bien, ¿vos viejo?

- También, todo bien.

- Me alegro, les traje regalitos de Córdoba – dije dándoles las cervezas, había comprado cerveza para todos porque mi familia amaba escabiar.

- Gracias – dijeron y me abrazaron.

- ¿Y Fran? – le pregunté a mi hermana.

- Termina de laburar y viene, se le complicó un poco hoy.

Tipo 18 vino mi cuñado con facturas, le di su regalo y nos acomodamos en la mesa de manera que todos pudiéramos ver la tele ya que iba a pasar las fotos. Amábamos ver fotos de vacaciones en familia, no sé por qué. Transmití la pantalla y empecé a pasarlas, pero olvidé que habíamos sacado fotos con los chicos y que yo tenía bocha de selfies con Guido. Apareció la primera: todos en la parrilla a la que fuimos a almorzar.

- ¿Y esos? – preguntó mi mamá.

- Yo los conozco – contestó Cielo, mi hermana menor – Son los de airbag, ¿no? ¿Qué hacen ahí?

- Los conozco por laburo y como estábamos todos en Córdoba porque ellos tocaron ahí, nos juntamos – dije tratando de sonar convincente.

- Qué buena onda – dijo mi cuñada - ¿Los fueron a ver?

- Sí, me pasaron entradas y fuimos, alto show dieron.

- ¿Y el rubio qué onda? – preguntó mi cuñado que siempre sacaba la ficha.

- ¿Qué onda con qué? – dije poniéndome nerviosa.

- Con vos – dijo mirándome - ¿Ya salen?

- Ay, nada que ver – dije colorada – Soy amiga de los tres, son buena onda – dije pasando la foto. No dejaban de aparecer selfies con Guido haciendo caras raras y la última era una en la que estábamos en el fondo de la foto, hablando muy cerca y él tenía su brazo por encima de mis hombros.

- Uy, sí, re buena onda – dijo mi hermana mayor – Somos amigos – me burló.

- Basta, no voy a hablar de esto – dije colorada desconectando mi celular.

- ¿Cómo se llaman? – preguntó mi mamá.

- Gastón, Patricio y Guido.

- El novio de Emi es Guido, má – dijo Cielo.

- Dejá de decir giladas – dije todavía colorada – Cambiemos de tema por favor.

Por orden de mi madre dejaron de molestarme, papá empezó a preparar el fuego y yo me puse a hacer la ensalada con mamá.

- Sólo voy a decir que es muy lindo, nada más – dijo y se fue.

Comimos entre anécdotas, preguntas por el laburo y demás. Cerca de las 23 decidí pegar la vuelta a casa para no volver tan tarde. Saludé a todos y me subí al auto. De camino a casa pasé por una heladería y me compré ¼ de helado de flan para bajonear en la cama mirando la tele. Estacioné el auto en la cochera, agarré mis cosas y subí a mi departamento. Puse unos minutos el helado en el freezer mientras me descambiaba, me pegué una ducha rápida y lo volví a agarrar. Ya en la cama puse Criminal minds, amaba esa serie y había decidido verla otra vez. Cuando vibró mi celular me sorprendí, porque eran casi las 2am y nadie me hablaba tan tarde. Era un mensaje de Guido.

"Morocha, ¿estás?"

"¿Qué pasó bombón?" pregunté.

"Recién llego, quería saber cómo estuvo tu día. Perdón que no te hablé en todo el día"

"No pasa nada Gui, estuvo tranqui, fui a ver a mi familia. ¿El estudio qué onda?"

"¿Cómo andan mis suegros? Jajaja todo bien por suerte, estuvimos ensayando y sacando algunos temitas nuevos que dejamos afuera del disco"

"Jajajaja ya quisieras. Qué bien eso eu, ¿puedo escuchar algo?"

"No, me matan los otros dos, lo siento mucho. Bueno hermosa, voy a dormir que estoy detonado. Descansa"

"Descansa Gui"

Apagué la tele y me puse para dormir. Pensaba dormir hasta tarde, no tenía nada que hacer a la mañana y estaba muerta de cansancio. 

IntoxicarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora