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La terapia de Taehyung consistía de un encuentro cada semana durante la tarde para así no interferir con sus horarios laborales, luego de cada encuentro, era costumbre que reflexionara durante horas sobre lo abordado. Si bien en un principio se había mostrado reacio a ahondar en detalle acerca de lo que le ocurría, de sus preocupaciones y demás, ahora asistía a cada reunión de terapia más activamente, habiendo ya visto algunos cambios favorables desde que había comenzado, el poder levantarse de la cama todos los días e ir a trabajar, consumir todas las comidas diarias así como la medicación que necesitaba... Pequeños logros que en su conjunto, sumaban muchísimo y él lo sabía.

Era consciente acerca de que el cambio era visible incluso para los demás, por más que aún tenía mucho que sanar y que no era el mismo hombre de antes... Probablemente nunca lo volvería a ser y Taehyung no estaba muy seguro de si eso era algo positivo o negativo.

Esa tarde de lunes luego de su terapia, había decidido ir hacia la cafetería a la cual usualmente frecuentaba, prestando atención en su camino para no chocar con nadie tal y como había sucedido hacía dos semanas, cuando por estar distraído había acabado en el suelo con un hombre amable pero al parecer un poco torpe frente a él. Recordaba aquel episodio con humor y Taehyung sabía que ambos se habían dicho sus nombres, más él no había prestado la suficiente atención como para recordarlo. Al menos le había quedado un recuerdo anecdótico de aquella situación.

Con aquel pensamiento en mente, una vez que estuvo en la cafetería pidió un té de rosas helado, no pedía aquella bebida porque el sabor fuera excepcional ni nada por el estilo, pero le parecía muy bonito el color que se veía del té a través del gran vaso de vidrio, con los hielos dando un bonito detalle. Él era de ese tipo de personas, de las que disfrutaban de aquellos pequeños detalles visuales que le generaban cierta satisfacción. No le importaba que el clima no acompañara a las bebidas heladas, al menos dentro de la cafetería se encontraba cálido.

Se ubicó en una mesa para dos, posicionada a un lado de las ventanas que daban a la calle, desde esa posición podía observar el cielo, el cual se encontraba completamente nublado indicando que la lluvia llegaría más pronto que tarde. Sacó su celular del bolsillo de su abrigo, haciendo una pausa de al menos un minuto, dubitativo antes de desbloquear la pantalla. La psicóloga le había sugerido que quizás ya era momento de dejar de seguirlo en las redes sociales, al fin y al cabo era una persona que ya no formaba parte de su vida en ese mismo momento y teniendo en cuenta que le afectaba negativamente cada vez que veía algo suyo, no era para nada ilógico.

Él sabía que la psicóloga sólo lo había sugerido para que él pudiera planteárselo, pero ahora no se lo podía quitar de la cabeza. Si hacía eso, no habría ninguna otra cosa que lo continuara uniendo a él. Era algo que sabía que le hacía daño, pero al mismo tiempo le costaba hacerse a la idea de finalmente admitir que ya no formaba parte de su vida actual.

Un suspiro escapó de sus labios, un poco cansado de sus propios pensamientos.

"Quisiera un café latte, con crema por favor" oyó a alguien realizar su pedido, era una voz que le resultaba familiar y por eso captó su atención, pero no pudo asociarla a un rostro en específico hasta que desvió la mirada de su celular hacia aquella persona.

Se sorprendió al encontrar allí al hombre con el que había chocado dos semanas atrás. Lo inspeccionó con la mirada, su ropa era oscura, llevaba un saco amplio que lo cubría casi hasta los pies, también llevaba unas zapatillas grises que eran lo único claro en su atuendo y le parecieron curiosas ya que se veían un poco viejas y desgastadas. Llevaba además consigo un maletín negro que colgaba por una larga correa de su hombro izquierdo hasta su cadera.

Up no More | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora