Y allí estaba de nuevo, sonriendo tan hermosamente, tan delicadamente, tan dulcemente...
Tan sensualmente.
Joder, SeungMin ya no sabía qué clase de pacto con el diablo tenía que hacer para dejar de sentirse tan condenadamente atraído por su alumno más inocente.
Hwang Hyunjin.
Ese chiquillo era una bola de ternura y amabilidad, a los ojos de los demás.
Porque para SeungMin, Hyunjin no era más que una pequeña mierda provocadora.Con aquellas piernas largas y delgadas, aquella cintura estrecha que lo volvía loco, aquellos ojos achocolatados, aquellos labios rosaditos, aquella piel cremosa y sin imperfecciones.
Y ni hablar de ese culito que deseaba profanar hasta decir basta. Osea nunca.
Un gruñido brotó de su pecho cuando Hyunjin se agachó para recoge los colores que habían caído al suelo.
Otros alumnos lo vieron confundido, SeungMin les miró fríamente antes de cruzar las piernas para disimular la maldita erección que ahora tenía en sus pantalones de vestir.
Su ceño fruncido y su mandíbula apretada le daba un aire jodidamente sexy e irresistible. Pero por supuesto, ¡era Kim SeungMin! el profesor más sexy de la universidad privada de Seúl.
Al querer tener un nuevo comienzo y una mejor vida, SeungMin aceptó el puesto de profesor de arte en aquella universidad. Sin tener ni la más mínima idea de que se encontraría con el pecado hecho persona.
Hyunjin.
Joder, si tan solo estuvieran ellos dos solos no dudaría en nalguear su culito y besar aquellos labios tan hermosos.
"Control, Kim, mantén el control" se repitió mentalmente, su polla punzaba dolorosamente y él solo quería que la clase acabara para al menos darse un trabajo manual allí abajo.
El timbre de salida sonó y SeungMin suspiró aliviado cuando todos sus alumnos se levantaron y entregaron su hoja de examen en su escritorio.
Ya no tendría que aguantar a todos esos mocosos ridículos, por el momento.
—¿maestro Kim? —una maldición quedó en la punta de la lengua de SeungMin al escuchar la voz de su mayor delirio tras su espalda.
Consciente de que aún tenía una jodida erección creciente entre sus piernas, SeungMin decidió no confrontar de frente a su alumno.
— ¿qué desea, joven Hwang?— el silencio reinó y SeungMin tembló al sentir unas manos recorriendo su cintura hasta llegar a la parte delantera de su pantalón, lugar donde dieron un apretón a su creciente bulto.
La dulce voz de Hyunjin se convirtió en lujuria pura y SeungMin gimió mentalmente al sentir las manos del menor acariciando su erección.
— Lo deseo a usted, profesor.
Hola! bienvenidos a otra adaptación! toca seungjin uwu, bueno, desafortunadamente la autora dejo wattpad pero aún así la adaptó y doy sus créditos