El aludido sonrió ladino al reconocer la voz de su mejor amigo y confidente: Lee Felix.
— Besa mi trasero, maldita perra— bramó en respuesta.
Felix se posó ante Hyunjin, con su cabello rubio brillante y rostro cincelado por belleza absoluta, sus ojos acaramelados, sus labios naturalmente rosados y finos y esas características pecas. Cuerpo constituido por una cintura estrecha y piernas largas y torneadas.
Sí, él podría ser considerado un príncipe.
— pero no tuya —dramatizó el mayor luego de peinar sus hebras doradas y acomodar las mangas de su buzo color índigo.
— Puta pero nunca a tus pies —soltó HyunJin con voz seductora y una sonrisa maliciosa.
Felix sonrió ladinamente y acarició la mejilla del mayor antes de halagar.
— Bien dicho cariñito —el menor tomó la mano del pelinegro y lo guió hasta la mesa más alejada del resto en esa gran cafetería — ahora ven aquí, cuéntamelo todo, ¿ya follaste con Kim-malditamente-sensual-moja-bragas-con-voz-de-actor-porno-sexy-y-bien-hecho-SeungMin?
Hyunjin rió por aquella descripción tan exacta de su maestro y humedeció sus labios antes de responder.
— No, aún no. Pero será más pronto de lo que pensé.
Las cejas de Felix se menearon pícaramente de arriba a abajo y HyunJin volvió a reír por su actitud.
— uy, he creado una perra mala— canturreó el pecoso – me siento orgulloso– susurró secando una lágrimas imaginaria – suéltalo todo.
HyunJin se cruzó de piernas y, ignorando las miradas que recibía de los demás alumnos, comenzó a relatar su plan.
– ya pedí las tutorías privadas, solo faltan unas palabras más y mi actitud inocente para hacer el resto – HyunJin relamió su labio superior al recordar el nerviosismo de su profesor de artes – ya deseo probar esa gran polla.
Felix tarareó y miró al menor con una sonrisa cómplice.
– ¿cómo sabes que es grande?
– le causé una erección – respondió orgulloso – por eso lo sé.
Felix suspiró y abanicó su rostro para darse aire.
– maldita mierda descarada, Hwang – el mayor se encogió de hombros – dime ya, ¿qué tan grande es?
HyunJin recordó nitidamente el grande y grueso bulto en los pantalones de Kim y mordió su labio inferior.
– lo suficiente para lograr que yo haga esto – susurró en respuesta.
Felix abrió los ojos como platos y jadeó en sorpresa.
– ¿estás seguro? – inquirió lentamente.
HyunJin asintió, totalmente convencido de aquello.
– mejor que nadie, Lixie – un suspiro orgulloso abandonó su pecho – el profesor Kim me hará hacer ahegao.
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