Jeny les pide de favor que si les gusta lo que leen me regalen su preciado voto y asi, escribir con más pasión ya que asi sabre que hay personas que disfrutan leer mi historia
KEYLA
— la abuela salió de la habitación hecha una furia no podía creer que aunque su nieta fuera yo aún prefería defender a Antonio
— el simple hecho de preferir a su marido antes que a mí, me lastimo de una manera diferente, no fue un dolor físico, pero dolía muy adentro de mi
— nunca fuimos la viva imagen del amor entre abuela y nieta, sin embargo, pensé que me tenía algún cariño, pero ya me quedo claro que esa bruja no siente nada por mi
— poco después de que la anciana saliera Eber se retiró y caí en cuenta
— la anciana lo había echado por estar de mi lado ¿tendrá lugar a donde ir?, pensé
— consulte con mi madre y ella ya tenía la solución más increíble del mundo, ya que eso también la había dejado preocupada
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— y hay estábamos mi madre y yo paradas frente a la pequeña casa del capataz, al tocar nos abrió una señora que no pasaba de los cuarenta años y bastante hermosa con su cabello oscuro en una cola alta y sus ojos tan azules como el mismo cielo
— señora Ducelia, señorita Keyla, buenas noches, pasen por favor - nos invitó
— buenas noches, Claudia, ¿dónde esta Eber? - pregunto mi madre una vez adentro
— está en su habitación - respondió el señor que se encontraba tirado en el sofá el cual era una versión más antigua de Eber tenía el mismo cabello rojizo y los ojos aceitunados tal cual los de Eber
— ¿supongo que están al tanto de lo que a pasado? - soltó mi madre en forma de acierto y pregunta a la vez
— no, solo me dijo que se tenía que ir, que la señora lo había echado, sin embargo, no me quiso dar más explicaciones - fue la respuesta de la señora Claudia
— ¿tiene algún lugar donde llegar? - pregunte algo impaciente
— no se preocupen, ya me las arreglaré yo - contesto Eber a mi pregunta saliendo de una habitación al fondo, con una tierna sonrisa
— queremos que vengas con nosotras - soltó mi madre sin rodeos
— la cara de Eber fue una auténtica obra de arte
—¿Cómo? - fue su respuesta con un ápice de confusión
— lo que oyes Eber, mira en casa necesitamos un chofer y tenemos muchas habitaciones vacías tendrás un techo, comida y trabajo aparte que de alguna manera fue culpa nuestra que la bruja de mi madre, bueno que la señora Gladys te echara - esto último mi madre lo dijo con clara tristeza
— y partimos hoy mismo en exactamente quince minutos -me apresure a decir viendo mi muñeca vacía
— no... nose que decir ¿gracias? ‐ dudo Eber en responder
— gracias, muchas gracias no es por nada, pero Eber maneja muy bien y hará un excelente trabajo - dijo la copia más envejecida de Eber
— si, gracia señora Ducelia no sabíamos a donde iría gracias a usted no me preocuparé tanto por mi muchacho - soltó seguidamente Claudia agarrando una de las manos de mi madre
— ¡Genial! - exclamé tratando de sonar lo más entusiasmada que pude, lo cual era difícil teniendo en cuenta todo lo que había pasado hace unas horas
— mamá se quedó en la pequeña sala de estar mientras yo acompañe a Eber a por sus maletas
— ¿oblígaste a tu madre a aceptarme en su casa?, porque si es así, no te preocupes ya podre conseguir otro trabajo - fue lo primero que soltó al entrar a su habitación- y además... - le corte de inmediato
—No, ella fue la de la idea y la verdad las ideas de mi madre son increíble - traté de forzar una sonrisa
— no hagas eso - fue lo único que dijo después de mi respuesta
— ¿hacer qué? - pregunte claramente confundida
— eso -me señalo la cara - forzar tus sonrisas, si no te sientes capaz de sonreír simplemente no lo hagas no te presiones, lo que acaba de pasar no es nada fácil de llevar, calabacita - al finalizar solo me abrazo y yo correspondí gustosa
— ¿calabacita? Hacía mucho no me llamabas así - repliqué, acordándome del esa vez hace mucho tiempo que nos pusimos apodos ridículos
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— mira te pareces a esto - un pequeño Eber gritaba mientras se acercaba a mí con una pequeña calabaza - fue lo mas parecido que encontre , ya que no encontre nada que convinara con tus ojos
— ¿y eso es bueno o malo? - una pequeña keyla le preguntaba - y tú te pareces a esto - continúe mientras sostenía un tomate
— a partir de ahora te llamaré calabacita - el me susurro en el oído
— y yo te diré tomatito
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—¿Recuerdas aquella vez cuando nos comparábamos con vegetales? - la voz de Eber me saco de mis pensamientos
—Recuerdo cada momento de ese día mi distinguido tomatito - repliqué para que luego ambos nos riéramos a carcajadas de aquel recuerdo y esta vez no forze ninguna sonrrisa
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—¿Ya están listos para dejar este lugar, el cuál alberga a la bruja más odiosa de todo el universo? -pregunto mi madre una vez estuvimos en el carro para volver
—¡SI! - gritamos Eber y yo al unísono
— a por cierto tenemos compañía - dijo mi madre - dejaremos a la bruja, pero nos llevaremos a alguien que también esta bajo sus hechizos
— al término de las palabras de mi madre Eber paso al asiento del copiloto y la puerta derecha de atrás se abrió, dando paso al ser más repulsivo de este mundo, era Antonio
— ¡MAMÁ! - grité desesperada para que mi madre se diera cuenta y lo echara inmediatamente
— que pasa Keyla silencio, Antonio nos acompañara y vivirá con nosotros
— ¡No! ¡Eber por favor haz algo te lo suplico! - volví a gritar esta vez hacia el chico que me había salvado de la misma persona momentos antes
— ¡Calla! No seas exagerada Keyla no te hará nada o almenos no lo haría si no llevaras esa clase de ropa puesta, pequeña zorra - las palabras de Eber me atravesaron cuál daga en el pecho
— puse mi vista en la ropa que traía, llevaba un vestido negro entallado, era mi vestido favorito el cual lo había visto totalmente normal, hasta este momento
— Eber tiene razón, si te vistieras como debe vestirse una señorita, esas cosas no te pasarían con esa ropa pareces una puta - esta vez era la voz de mi madre, mientras los de adelante criticaban la ropa que llevaba puesto, Antonio estiraba el brazo para así alcanzar mis muslos
— esto no podía estar pasando de nuevo y las únicas personas en las cuales confiaba me habían metido en el mismo espacio con aquel ser repugnante
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Mi pequeña princesa, que sera de ella
Por favor , si les gusta voten por esta historia y asi saber que pasara con nuestra pequeña Calabacita
Jeny dice, hasta la próxima
Les mando un apapacho mis cuchirrumi
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NORMAL - Jeny Lopez Gonzales
Teen FictionEste es el ultimo año de preparatoria para Keyla Valder Como cualquier adolescente solo ruega por no sentarse al lado del tacho de basura Tiene dos amigos los cuales han sido su mas grande apoyo en todo