CAPITULO 5

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Jeny les pide de favor que si les gusta lo que leen me regalen su preciado voto y asi, escribir con más pasión ya que asi sabre que hay personas que disfrutan leer mi historia

KEYLA

— la abuela salió de la habitación hecha una furia no podía creer que aunque su nieta fuera yo aún prefería defender a Antonio

— el simple hecho de preferir a su marido antes que a mí, me lastimo de una manera diferente, no fue un dolor físico, pero dolía muy adentro de mi

— nunca fuimos la viva imagen del amor entre abuela y nieta, sin embargo, pensé que me tenía algún cariño, pero ya me quedo claro que esa bruja no siente nada por mi

— poco después de que la anciana saliera Eber se retiró y caí en cuenta

— la anciana lo había echado por estar de mi lado ¿tendrá lugar a donde ir?, pensé

— consulte con mi madre y ella ya tenía la solución más increíble del mundo, ya que eso también la había dejado preocupada

— y hay estábamos mi madre y yo paradas frente a la pequeña casa del capataz, al tocar nos abrió una señora que no pasaba de los cuarenta años y bastante hermosa con su cabello oscuro en una cola alta y sus ojos tan azules como el mismo cielo

— señora Ducelia, señorita Keyla, buenas noches, pasen por favor - nos invitó

— buenas noches, Claudia, ¿dónde esta Eber? - pregunto mi madre una vez adentro

— está en su habitación - respondió el señor que se encontraba tirado en el sofá el cual era una versión más antigua de Eber tenía el mismo cabello rojizo y los ojos aceitunados tal cual los de Eber

— ¿supongo que están al tanto de lo que a pasado? - soltó mi madre en forma de acierto y pregunta a la vez

— no, solo me dijo que se tenía que ir, que la señora lo había echado, sin embargo, no me quiso dar más explicaciones - fue la respuesta de la señora Claudia

— ¿tiene algún lugar donde llegar? - pregunte algo impaciente

— no se preocupen, ya me las arreglaré yo - contesto Eber a mi pregunta saliendo de una habitación al fondo, con una tierna sonrisa

— queremos que vengas con nosotras - soltó mi madre sin rodeos

— la cara de Eber fue una auténtica obra de arte

—¿Cómo? - fue su respuesta con un ápice de confusión

— lo que oyes Eber, mira en casa necesitamos un chofer y tenemos muchas habitaciones vacías tendrás un techo, comida y trabajo aparte que de alguna manera fue culpa nuestra que la bruja de mi madre, bueno que la señora Gladys te echara - esto último mi madre lo dijo con clara tristeza

— y partimos hoy mismo en exactamente quince minutos -me apresure a decir viendo mi muñeca vacía

— no... nose que decir ¿gracias? ‐ dudo Eber en responder

— gracias, muchas gracias no es por nada, pero Eber maneja muy bien y hará un excelente trabajo - dijo la copia más envejecida de Eber

— si, gracia señora Ducelia no sabíamos a donde iría gracias a usted no me preocuparé tanto por mi muchacho - soltó seguidamente Claudia agarrando una de las manos de mi madre

— ¡Genial! - exclamé tratando de sonar lo más entusiasmada que pude, lo cual era difícil teniendo en cuenta todo lo que había pasado hace unas horas

— mamá se quedó en la pequeña sala de estar mientras yo acompañe a Eber a por sus maletas

— ¿oblígaste a tu madre a aceptarme en su casa?, porque si es así, no te preocupes ya podre conseguir otro trabajo - fue lo primero que soltó al entrar a su habitación- y además... - le corte de inmediato

—No, ella fue la de la idea y la verdad las ideas de mi madre son increíble - traté de forzar una sonrisa

— no hagas eso - fue lo único que dijo después de mi respuesta

— ¿hacer qué? - pregunte claramente confundida

— eso -me señalo la cara - forzar tus sonrisas, si no te sientes capaz de sonreír simplemente no lo hagas no te presiones, lo que acaba de pasar no es nada fácil de llevar, calabacita - al finalizar solo me abrazo y yo correspondí gustosa

— ¿calabacita? Hacía mucho no me llamabas así - repliqué, acordándome del esa vez hace mucho tiempo que nos pusimos apodos ridículos

— mira te pareces a esto - un pequeño Eber gritaba mientras se acercaba a mí con una pequeña calabaza - fue lo mas parecido que encontre , ya que no encontre nada que convinara con tus ojos

— ¿y eso es bueno o malo? - una pequeña keyla le preguntaba - y tú te pareces a esto - continúe mientras sostenía un tomate

— a partir de ahora te llamaré calabacita - el me susurro en el oído

— y yo te diré tomatito

—¿Recuerdas aquella vez cuando nos comparábamos con vegetales? - la voz de Eber me saco de mis pensamientos

—Recuerdo cada momento de ese día mi distinguido tomatito - repliqué para que luego ambos nos riéramos a carcajadas de aquel recuerdo y esta vez no forze ninguna sonrrisa

—¿Ya están listos para dejar este lugar, el cuál alberga a la bruja más odiosa de todo el universo? -pregunto mi madre una vez estuvimos en el carro para volver

—¡SI! - gritamos Eber y yo al unísono

— a por cierto tenemos compañía - dijo mi madre - dejaremos a la bruja, pero nos llevaremos a alguien que también esta bajo sus hechizos

— al término de las palabras de mi madre Eber paso al asiento del copiloto y la puerta derecha de atrás se abrió, dando paso al ser más repulsivo de este mundo, era Antonio

— ¡MAMÁ! - grité desesperada para que mi madre se diera cuenta y lo echara inmediatamente

— que pasa Keyla silencio, Antonio nos acompañara y vivirá con nosotros

— ¡No! ¡Eber por favor haz algo te lo suplico! - volví a gritar esta vez hacia el chico que me había salvado de la misma persona momentos antes

— ¡Calla! No seas exagerada Keyla no te hará nada o almenos no lo haría si no llevaras esa clase de ropa puesta, pequeña zorra - las palabras de Eber me atravesaron cuál daga en el pecho

— puse mi vista en la ropa que traía, llevaba un vestido negro entallado, era mi vestido favorito el cual lo había visto totalmente normal, hasta este momento

— Eber tiene razón, si te vistieras como debe vestirse una señorita, esas cosas no te pasarían con esa ropa pareces una puta - esta vez era la voz de mi madre, mientras los de adelante criticaban la ropa que llevaba puesto, Antonio estiraba el brazo para así alcanzar mis muslos

— esto no podía estar pasando de nuevo y las únicas personas en las cuales confiaba me habían metido en el mismo espacio con aquel ser repugnante

                                   ♤

Mi pequeña princesa, que sera de ella

Por favor , si les gusta voten por esta historia y asi saber que pasara con nuestra  pequeña Calabacita

Jeny dice, hasta la próxima

Les mando un apapacho mis cuchirrumi

NORMAL - Jeny Lopez Gonzales Donde viven las historias. Descúbrelo ahora