5. GHOSTING

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Ghosting

Era una noche pacífica y encantadora. Los sonidos típicos de los animales nocturnos se escuchaban a distancia. La luna estaba hermosa y llena, con muchas estrellas a su alrededor. Helmut estaba sentado en el balcón de su habitación, observando la luna con lágrimas en sus ojos, mientras su dedo derecho no paraba de marcarle y marcarle a James, su novio. Ya había pasado una semana desde que Barnes no pasaba a su casa o le marcaba, o dejaba un mensaje. Helmut no tenía idea del por qué James se había ido de tan derrepente.

Los dos primeros días en que no tuvo señales de su novio, Zemo fue a su casa preocupado, pero se encontró con la imagen de una mujer de bienes raíces mostrándo-y en posibles trato-la casa a una pareja. Helmut se acercó y le preguntó a la señora del paradero del antiguo dueño, pero esta simplemente contestó diciendo que le había regresado las llaves y el dinero del mes de renta.

No se cansó de llamar y llamar, de mandar mensajes y más masajes. Trató de buscarlo en todas las partes posibles, pero no había señales del ojiazul. Las llamadas dejaron de entrar, diciendo que aquel número ya no se encontraba en existencia. Los días y semanas pasaron, y Helmut se sentía tan solo y vacío, se sentía tan confundido; James lo había dejado sin dejar un mensaje o carta, se fue sin explicaciones. Helmut pensaba y pensaba sobre que había hecho mal para hacer que Barnes se fuera de tal forma, pero él no había sido culpable de nada, muy poco veces discutían, eran la pareja perfecta, pero James decidió terminar con eso.

Los días, semanas, meses y años pasaron. Y Helmut aún no superaba del todo a su James.

Después de que Barnes se fuera, Helmut continuó practicando su actividad favorita. Todas las noches, sin falta, aunque a veces ni siquiera hubiera señales de aquel satélite natural, Helmut salía a su balcón y veía las estrellas y aquel cielo de azul oscuro. Muchas veces se rompía a llorar, recordando sus momentos al lado de Barnes, recordando que esa actividad era su favorita.

-Hola, James-Helmut se sentó, mientras dejaba una taza humeante de té sobre el borde del barandal de su balcón.

-¿Cómo has estado?-su mirada estaba fija en aquella enorme luz redonda.

-Yo he estado bien...Intento estar bien. Hoy fue un gran día, tuve muchos pacientes...Los más pequeños lloraban cuando les checaba la respiración-río al final de la oración.

-...Espero que tú también hayas tenido un buen día. ¿Sabes? Me gustaría saber en qué trabajas ahora.

Observaba la brillante luna llena, esperando que James estuviera ahí, del otro lado, también hablando con él; Porque lo amaba con tanta fuerza e intensidad, que aún no lo podía dejar ir.

-¿Por qué te fuiste?...Solo...Solo quiero saber por qué.

Por otro lado, en Rumania para ser precisos, eran ya las 3 de la madrugada. Se observaba una bonita luna. Un hermoso lobo negro se acercó a la orilla de un acantilado, para finalmente, transformarse en un atractivo hombre de cabello largo y barba negra.

-...¿cómo estás, dulzura?

Los hermosos ojos azules del hombre observaban la luna.

-Se que ya te he dicho esto, pero...Perdón.

James se sentó al borde del acantilado.

-tuve que irme...No podía dejar que vieras esto. No quería hacerte daño y no podía decirte la verdad...¿me creerías? Claro que no.

-pero te amo, aún te amo...No he dejado de amarte. Por eso me fui, porque te amo demasiado.

Barnes se había ido lejos de Zemo porque había presentado cambios distintos en su cuerpo. Se había presentado como hombre lobo y era demasiado salvaje en su forma de licántropo. Temía hacerle algún daño irreparable a su florecita, por lo que lo mejor fue irse sin decir nada.

-Se feliz...Ama de nuevo. Yo estaré feliz por ti. Me es suficiente hablarle a la luna.

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En el capítulo de hoy, este Bucky con este Zemo

En el capítulo de hoy, este Bucky con este Zemo

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ANGSTRUARY 2022 (WinterBaron)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora