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Eran las siete de la mañana y...

—¡Agh!¡Mierda!.

Un muy malhumorado Louis se quejaba del despertador que empezaba a sonar a esas horas de la mañana, como cada día el despertador sonaba a las siente en punto ya que Louis tenía que ir a la universidad.

Pero ese día en definitiva quería tirar el aparato contra la pared para que dejara de molestar.

Y para empeorar todo alguien empezó a tocar la puerta de su habitación, pero que culpa tenía su nana del malhumor que cargaba Louis esa mañana.

—Pequeño, debes levantarte ya o se te hará tarde, te dejé el desayuno preparado en la mesa tal y como a ti te gusta cariño.

Louis no respondió al llamado en su puerta asi que Mari, quien cuidaba de el desde niño, siguió insistiendo, y la verdad era que esa era la única manera de sacar a Louis de la cama.

—Hijo... se te hará tarde y luego te enojaras por no poder prepararte a tiempo, y recuerda que pueden regañarte si llegas tarde a la universidad—y como Louis seguía sin responder Marie procedió a abrir la puerta, siempre lo hacía, ella y su madre eran las únicas que podían entrar cuando quisiesen—Voy a entrar cariño—abrió lentamente la puerta encontrándose con un desastre de habitación; ropa y zapatos tirados por el piso, también había una almohada cerca de la mesita de noche y Marie supuso que la uso para apagar el despertador, como siempre, y cuando lo vio enredado entre sabanas hasta la cabeza lo supo. Louis había ido de fiesta y probablemente bebió hasta el agua del jarrón.

—Nana no quiero ir a la universidad hoy, me duele horrible la cabeza—dijo Louis con la voz ronca y pastosa—En serio no me siento bien como para siquiera salir de la cama—y por mas malhumorado que se encontrase, Louis jamás le hablaría de mala manera a su nana, ella lo cuidaba siempre, lo comprendía y siempre lo apoyaba en todo, el en serio le tenía un gran aprecio a su querida nana Marie—Porfa nana.

—Lou, cariño, debes ir y lo sabes perfectamente, no puedes faltar solo por una borrachera, eso no entra en los justificativos de ausencia.

—Lo sé nana pero en serio siento que me está por salir el cerebro por los oídos, si me dejas dormir juro que encontraré una justificación creíble—dijo todavía con voz amortiguada ya que seguía bajo las sábanas y Marie supuso que también tenia la cara pegada a la almohada.

—¿Quieres te recuerde tu última justificación creíble muchacho?—dijo en un tono de burla.

—Sé que ir al funeral de un gato no fue tan buena idea pero... es que...—escucho que su nana empezó a reírse—!Nana! ya te había dicho que estaba bajo presión y bajo presión mi cerebro no funciona del todo bien, y deja de burlarte de eso.

—Perdón Lou—dijo Marie entre risas— Es que cada vez que lo recuerdo no puedo evitarlo, y eso que tu eres alérgico a los gatos—ella empezó a reírse con mas ganas y eso contagió un poco a Louis e hizo que saliera de debajo de las sabanas, asomando solo la cabeza para intentar darle una mirada de reproche— No sé como se lo han creído los de la universidad siendo que en tu ficha están todas tus alergias—Marie dio un respiro para mirar a Lou y vio su mirada acusadora—Bueno cariño, ya no me reiré, lo prometo, bueno, al menos no enfrente tuyo.

—Bueno ya, creo prefiero levantarme antes que oír tus burlas hacía mi persona—intentó sonar serio pero su nana sabía perfectamente que no lo decía de mala manera.

—Esta bien cariño, ve a darte una ducha y baja a desayunar, te dejaré una pastilla con un baso de agua en la mesita para cuando salgas del baño.

—Gracias nana.

—No es nada pequeño—y con eso procedió a salir de la habitación asi Louis empezaba a movilizarse.

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⏰ Última actualización: Mar 09, 2022 ⏰

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Lost in your forest [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora