SU IDA.

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El día siguiente, fue el funeral de Sherry, saber que estaría en esa caja para siempre me mataba,.. mis lágrimas caían a montones mientras pequeños sollozos se me escapaban. Al lado mío estaban sus amigos y, por su puesto, Polnareff, quien no sentía vergüenza por hacer su tristeza notoria.

― No te preocupes hermana mía ― decía apretando los puños ― Juro que te vengar ― empezó a llorar con más intensidad, una sensación de impotencia devoraba todo mi ser, no pude hacer nada más que abrazarlo ― Jasmin, estarás ahí para mí siempre, ¿no? ― me miraba con los ojos rojos.

― Oh, Jean, tanto Sherry como yo estaremos siempre para ti ― y en ese momento, no pude evitar estallar en lágrimas, la extrañaría mucho.

Luego de que el funeral terminara, me fui a mi casa en taxi, miraba la ventana de forma melancólica, cuando llegue a mi casa me acosté boca abajo en mi sofá, por alguna razón, toda Francia se escuchaba silenciosa, y eso que París suele ser muy ruidoso incluso en aquellos días de lluvia dónde ni siquiera se puede salir.

Sonó el teléfono, deje que sonara, no quería mover ningún músculo, pero cambié de opinión y finalmente atendí cuando por décima cuarta vez sonaba.

― Lo estoy escuchando ― dije mientras masajeaba mi sien, aquel "ring ring" seguía sonando dentro de mi cabeza ― ¿Aló? ― volví a hablar después de haber solo escuchando una agitada respiración.

Inmediatamente corté la llamada, ¿qué tal si era un pervertido? y, ¿como obtuvo mi teléfono?.

Todos los días estoy sola en casa, pero especialmente hoy, todo se sentía tan solo y silencioso, como si yo fuera el único ser en la tierra.

Sonó otra vez el teléfono.

― Lo estoy escuchando ― dije y deseaba que no volviera a ser el chico de recién.

― Jasmin... ― era Jean, su voz hizo que me diera escalofríos ― ¿Puedo quedarme allá unos cuantos días? ― dijo con una voz entrecortada, estuvo llorando.

― Amm,.. por supuesto ― Luego de decir eso, cortó la llamada, obviamente, él la pasaba peor que yo, pues se trataba de su hermana,... y por lo que escuché, planea vengarla.

Pocos minutos pasaron para que escuchara que alguien tocaba la puerta, abrí, y sin decir nada, Jean me empujó y entró, no pensaba quejarme por eso. Me acerqué a él y empecé a sobarle la espalda.

― Jean, tu puedes quedarte todo lo que quieras,... puedes pedirme todo lo que quieras,.. yo estoy aquí para servirte, mi casa es tu casa ― dije con una sonrisa melancólica.

― Muchas gracias Jasmin, en serio te necesito ahora,.. me siento tan solo, no creo superar la muerte de mi hermana... ― me abrazó.

― No te preocupes, para eso están los amigos. Mientras nosotros estemos juntos, Sherry laterá en nuestro corazón ― Jean me abrazó más fuerte, me quejé un poco pero el seguía apretando, sobé su espalda.

...

Todo estaba tan tranquilo, y sentía tanta melancolía,... Jean me dijo que en unos días se iba a Egipto pues iría con sus amigos, así que me quedaría sola por unos dos meses, o eso pensaba yo.

Los meses pasaban y no había rastro de Jean, sentía tanta soledad, cada mañana me cegaban las lágrimas. Ya no tenía ni a Sherry ni a Jean, ¿que iba a hacer?, era un sentimiento tan aburrido y triste, no quería hacer nada.

Trabajaba de mesera en una cafetería cuando un hombre rubio, hicimos contacto visual y el me regaló una sonrisa. Este hombre fue a sentarse y yo lo atendí.

― Bienvenido, buen día, ¿que se le ofrece señor? ― dije bajando mi mirada a la libreta en mis manos.

― Si, quisiera un café Jasmindijo confiado.

― ¿Perdón?, lo siento, no servimos ese café aquí ― aquel hombre me miraba con cara sarcástica.

― ¿En serio no lo captas, my lady? ― dijo y luego de unos segundos entendí el mensaje, debió haber leído mi etiqueta que decía: "je suis Jasmin"

― Um,.. lo siento, las reglas dicen que,.. no podemos salir con los clientes. ― mentí, ¿que clase de regla era esa? por suerte se la creyó.

― En ese caso, deme un expresso y un croissant anoté.

― De inmediato ― dije y me alejé.

Mientras más me acercaba a la caja de muestra más veía las caras pícaras de mis compañeros. ― ¿En serio dice eso en las reglas? ― me decía sarcástico.

― Cerrá el culo. ― respondí ― Un expresso y un croissant dije sacando la hoja de la libreta y poniéndola en la mesa.

Unos cuantos minutos después, le entregué su pedido a ese hombre.

― Muchas gracias Jassie dijo con un tono coqueto, hice una mueca de desagrado ― Te dejaré propina, linda ― guiñó el ojo, yo me alejé incómoda.

― ¿Quién se cree es? ― dijo Chlóe.

― Seguramente es otro mujeriego, no te preocupes, no le haré caso ― dije volteando a ver a ese tipo ― ¿Pero que podemos hacer? sería una pérdida de dinero si se lo decimos al jefe, me dijo que me daría propina. ―

Finalmente ese hombre se fue, antes de irse me miró, se sacó el sombrero y guiñó el ojo otra vez. Rápidamente fui hacia la que era su mesa y agarré su propina.

― ¿Cuánto te dio? le mostré el dinero ― ¿¡1,600!? ¡Está loco! ― gritó en susurros.

― No me importaría que vuelva y me coquetee de nuevo ― dije entre risas. ― Pero mira, dejó algo ― le mostré una nota.

― "Nos vemos mañana en la Torre Eiffel a las 17:30 ;) " ― dijo Chlóe leyendo la carta ― ¿Y piensas ir? ― me miró incrédula.

― No, pero me dejó 1,600 euros, así que... ―

― Tu no irás porque hoy y mañana te quedarás en mi casa.

...

perdón xddd

⊹،̲،JOJO'S: Jean Pierre PolnareffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora