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Heeseung solo tiene sus manos en su cabeza, está estresado, todo estaba mal, las cuentas, las firmas y sabía muy bien quién era culpable de todo eso

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Heeseung solo tiene sus manos en su cabeza, está estresado, todo estaba mal, las cuentas, las firmas y sabía muy bien quién era culpable de todo eso.

Jamás debió aceptar a esa chiquilla, no importa si era hija de uno de sus socios, hizo todo mal y ahora él tiene que resolver y llamar a todos para disculparse.

Levanta su mirada, para ver otra vez a la chica que está sentada frente a él, mirando el celular como si no hubiera  cometido el peor error de su vida.

“Deja ese celular” La chica suspira y deja el celular para mirarlo. “Una última vez, ¿Por qué todos estos papeles están mal?”

“Ya le dije, no lo sé, yo solo hice lo que mandó” Contesta y vuelve a agarrar el celular.

“¡Deja el puto celular!” Ya perdió toda la paciencia. “Acabas de arruinar uno de los mejores proyectos, ¿sabes como lo hiciste?, por estar pendiente a ese puto celular, pero no te preocupes, tendras todo el tiempo para el, estas despedida”

“No puedes despedirme”

“Si puedo y le dices a tu padre que el contrato con su empresa ya no existe, ahora ¡Lárgate!”

La chica se para rápido y camina hacia la puerta. Heeseung vuelve a mirar los papeles, tiene que arreglar todo en una semana, aunque sabe que puede hacerlo, aun esta el enojo en el.

Escucha como la puerta de su oficina es nuevamente abierta, no necesita ver a nadie en estos momentos.

“Fuera de mi oficina”

“¿Así tratas a tu esposa?” Heeseung rápidamente levanta su mirada y lo ve. “¿Me tengo que ir?”

“Cariño…” Heeseung se para de su asiento y camina hasta donde está el chico. “Lo siento, solo… lo siento amor, pasa”

El chico camina hasta el asiento donde Heeseung estaba antes.

Heeseung cierra la puerta con un pestillo y camina hasta donde está su esposo.

Lee Sunghoon, su linda esposa, casados desde hace 2 años, aun sin hijos por decisión de los dos.

El pelirrojo se para frente al chico que está mirando los papeles en el escritorio, separando unas cosas.

“Cariño…” La voz de Heeseung sale en un susurro, pero suficientemente audible para que su esposa deje esos papeles y gire con la silla para poder mirarlo. “Amor…”

“De rodillas” La voz de Sunghoon suena firme, suficiente para que Heeseung caiga de rodillas frente a él con la cabeza mirando hacia el suelo. “Mirame”

Entonces él puede ver los pequeños rastros de lágrimas en los ojos del mayor, listos para desbordarse en cualquier momento.

“Sunghoon…”

“Ya estoy contigo” El pelinegro lleva sus manos hasta la mejilla del hombre para darle una leve caricia, haciendo que Heeseung recueste su rostro en la palma de sus manos, cerrando los ojos y pequeñas gotas cayendo. “¿Que paso?”

𝙱★𝚜𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora