Todos conocemos a Jimmy o a Mr. Beast, bueno, algunos. Pero lo que no esperaba es que le regalara una casa a mi papá y eso terminara con que nos de un regalo a nosotros también. El día de mi cumpleaños número 18 se convirtió en mi día favorito de to...
-Despierta, tienes que desayunar- me susurraron al oído provocando que abra los ojos un poco, encontrándome con la linda cara de Karl -Buenos días- saludo acomodando un poco de mi cabello detrás de mi oreja y yo solo sonreí sin levantarme de la cama
-¿Qué hora es?- le pregunté con la voz ronca
-Van a ser las 10:00 am- dijo mi amigovio -Ya levántate, tengo que cambiarte el suero y tú tienes que desayunar- ordeno y yo solo asenti tomando asiento en la cama mientras él me toma mi mano para quitarme la aguja y, así, poder cambiarla por una nueva con otra bolsa de suero tirando a la basura la anterior.
Después me trajo el desayuno en una bandeja de madera donde había un vaso con jugo de naranja, un plato con Hot-cakes, unas fresas y una rosa roja. -¿Una rosa?- le pregunté con la ceja levantada y una pequeña sonrisa
-Para alegrar un poco tu día- dijo con un lindo tono cariñoso. Yo solo agradecí y empecé a comer mientras el me cuenta lo que va a hacer en el día. Siempre hace lo mismo, dice que es para que no me preocupe por él ni me asusté por si le pasó algo.
No se los dije, pero como mi familia salió del país, ya no tenemos maneras de contactarlos así que me quedo con Karl en su casa hasta que me sienta mejor y pueda irme para volver a trabajar y así conseguir, por lo menos, un departamento donde vivir. Karl almacenó mis cosas porque no quería que mi familia lo vendiera, sintió que no era correcto. Han pasado dos semanas desde que pude salir del hospital, y casi un mes desde que toda la familia Mr Beast se enteró de que yo era quien le dono los riñones a Jimmy. Se lo merece, y no me arrepiento de nada.
Desde que Karl me dijo que me quedara a vivir con él se ha comportado más cariñoso, lindo y tierno conmigo, no se porque. Siempre me lleva la comida a la cama, me consuela cuando tengo pesadillas y ya no puedo dormir, me da más besos un poco apasionados, etc, etc. Ese tipo de besos no me molestan, honestamente, hasta me dan ganas de llegar a más de ese tipo de besos. Hay veces en las que escucho ruidos algo raros en su habitación y eso provoca que me excite y me toque hasta el orgasmo. Es casi todos los días, se siente bien.
Me siguió contando lo que hará hoy y después me dio un beso apasionado para marcharse con la bandeja de madera, pues ya había terminado de comer. Siento que quiere llegar a más, pero le da pena o miedo. Y no lo culpo, yo estaría del mismo modo que él si estuviera en su lugar.
[...]
Ya han pasado varios días y por fin puedo salir de la cama. Hace poco Karl y yo fuimos al hospital y me dijeron que mis nuevos riñones están bien, que mi cuerpo los había aceptado con éxito.
Le he dicho a Karl que me estate buscando un departamento para ya no molestarlo, pero él dice no lo molesto, sino que le agrada el que esté con él. Así que llegamos al acuerdo de que me quedaré a vivir con él en una habitación diferente, pero si yo trabajo en un nuevo lugar pues perdí mi empleo de peluquera en una estética.
Vengo regresando del trabajo de peluquera cuando escucho ruidos raros provenientes del piso de arriba así que subo y sigo el sonido, viene del cuarto de Karl. Lo escucho gemir, lo que hace que me moje un poco. Ahora lo escucho gemir mi nombre, lo que hace que me moje más. Escucharlo hacer eso me excita demasiado, así que me metí a mi cuarto rápido y cerré la puerta con seguro. ¿Por qué me excita?
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Me recargue contra la puerta y empecé a acariciar mi clítoris sobre la tela de mi calzón, sintiendo rico. Empecé a hacer círculos sobre este provocando que jadeé.
Aún escucho los gemidos de Karl. Así que hice a un lado la tela y empecé a tocarme más, sintiendo más rico. Al sentir que no hacia el mismo efecto que antes lo hice más rápido, haciéndo que suelte jadeos un poco más fuertes.
No dejo de escuchar los gemidos de Karl. Ahora meto un dedo en mi, moviéndolo lento, esperando el mismo resultado que antes, pero no así que lo hago más rápido y siento más placer que antes. Me tapo la boca para que Karl no me escuche gemir del placer. Después meto otro y siento aún más rico. Los muevo rápido. Entran y salen, entran y salen.
Empiezo a sentir calor así que me quitó la ropa hasta quedar completamente desnuda contra la puerta de mi habitación, aún escuchando los gemidos de Karl diciendo mi nombre. Me vuelvo a meter los dedos mientras me siento en el piso y abro más mis piernas para tener más acceso a mi entrada. Lo hago rápido sintiendo mucho placer mientras acaricio y aprieto mis pechos, me siento desesperada.
Karl no deja de gemir haciendo que yo valla al cajón de la cómoda junto a mi cama y de el saque un dildo. Me senté en el piso recargando mi espalda contra la pared, metiendo todo el dildo en mi haciendo que casi suelte un gran gemido, pero lo alcance a retener. Lo empecé a mover rápido para sentir placer, y así fue. Seguí metiéndolo y sacándolo mientras que con mi otra mano movía bruscamente mi clítoris para terminar rápido. Aún escucho los gemidos de Karl al otro lado de la pared.
Me imagino a Karl frente a mi embistiendome sin piedad alguna, lo que hace que mis movimientos sean más bruscos. Empiezo a escuchar los jadeos y los gemidos de Karl más largos y disfrutables, lo que hiso que del mismo cajón sacará un vibrador. Lo puse sobre mi clítoris y seguí sacando y metiendo rápido el dildo. No pude aguantar más y solte un gran gemido que estoy segura escucho Karl, pero no me importa así que sigo masturbandome.
No pare hasta que llegue a mi deseado orgasmo, escuchando un último gemido por parte de Karl. Aún no estoy satisfecha. ¿Y si voy a su cuarto y le digo que follemos? No, no iré.
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