SOLO UNA NOCHE

430 31 3
                                    

En aquel momento ninguna de las naciones podía asegurar quien fue el que tuvo la idea de ir a ese club para tener una improvisada fiesta después de la reunión. Lo más probable es que hubiera sido Dinamarca siendo secundado y apoyado fervientemente por Estados Unidos y Prusia, pero eso en realidad no importaba.

Las luces de neón apenas e iluminaban la pista de baile repleta por las naciones que bailaban embriagadas de ánimos y de alcohol, dejando a un lado sus preocupaciones como representantes de toda una nación y decidiendo actuar como humanos comunes que tienen una noche de juerga hasta el amanecer. Algunos hablaban y reían en pequeños grupos, gritando para hacerse escuchar, mientras que otros se dejaban llevar por el ambiente y se mostraban cariñosos con otras naciones a las que juraban odiar.

Otras simplemente observaban todo con una sonrisa tranquila, disfrutando de la música que tronaba en sus oídos y la de la cerveza fría que se mantenía en su mano, intentando recomponer su respiración después de una ronda de baile con sus naciones hermanas justo como era el caso de México el cual en aquel momento se encontraba descansando en un banco alto cerca de una ventana polarizada que permitía ver el brillante y vivido paisaje nocturno, pero que impedía que cualquier curioso pudiera ver a las naciones desde afuera de la edificación.

México respiró a bocanadas, aún soltando alguna risa extasiada y bebía de la botella sin miramientos hasta que por su vista periférica observó a alguien sentarse a su lado. No podía importarle menos, podría ser cualquier nación que estaba buscando un lugar en donde descansar y México lo único que quería era volver a la pista de baile para pulirla con sus pasos atrevidos y quizá hacerle ojitos a alguna nación para tener un poco de diversión extra aquella noche, así que de manera resuelta dejó su botella de cerveza en la mesa más cercana a él y se levantó de un salto, queriendo irse de vuelta a la aglomeración de cuerpos bailando apretujadamente, sin embargo alguien lo detuvo. Una mano caliente se posó en su antebrazo, deteniendo su andar sin demasiada fuerza.

Fue entonces cuando México volvió la mirada a aquella nación que se había sentado junto a él y ahora lo detenía, dándose cuenta que era España, ni más ni menos, que con una sonrisa que pretendía ser abierta pero terminaba teniendo un deje de timidez y vergüenza, le miraba con sus dos orbes verdes brillando de manera psicodélica.

Algo en el pecho de México se removió. Era algo que siempre le pasaba cuando veía a España y jamás había intentado comprender que era aquello que le llenaba el pecho. Podía ser odio o resentimiento ardiendo por sus venas; podría ser perdón y entendimiento; podría ser ternura y, ¿por qué no?, amor, pero pensar en eso requería demasiado tiempo y esfuerzo que México no estaba dispuesto a dar, así que solo se limitó a mirar a España, alzando ligeramente una de sus cejas negras y retrayendo su propio brazo lejos del agarre de la nación ibérica, pero este, ni corto ni perezoso, se levantó del banquillo y lo volvió a retener aún sin aplicar ninguna pisca de fuerza. Tomando el valor, España se acercó su boca al oído de México y le habló fuerte y claro para hacerse oír.

- ¿Bailamos? – le preguntó dejando que su aliento caliente chocara con la piel morena de México. La nación americana quiso decir que no y alejarse de ahí, pero antes de que pudiese rechazar la invitación su mirada se desvió ligeramente al fonde de la habitación en donde vio que Polonia y rusia, que en la mañana se juraban la muerte, ahora se besaban sin ningún recato, Un poco más allá Bélgica le susurraba algo al oído a Japón quien al instante se puso rojo, y aprovechando el desorden y que nadie estaba prestando atención, Argentina se llevaba a Noruega a un lugar más apartado mientras el nórdico le acariciaba sin pena la espalda baja.

México tragó saliva.

¿Qué más daba?

En la mañana todos le podrían echar la culpa al alcohol, aunque era cierto que México rara vez se emborrachaba y en aquel momento España, a juzgar por el olor de su aliento, apenas y había tomado gota de alcohol.

SOLO UNA NOCHE [SPAMEX|ONESHOT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora