Water: Camino hacia el mar

✨La mudanza. 1/4✨

Quien lo diría, vivir en un mismo lugar por tantos años y de un momento a otro todo cambia drásticamente, «sé que sueno como un niño pequeño que tiene miedo de dejar su hogar, pero...no es como si quisiera iniciar una nueva vida en un lugar que no conozco, dónde las personas tratarán de socializar conmigo...que molesto», piensa el joven con molestia mientras empaca sus cosas. «Tendré que salir a caminar para poder adaptarme, probar nuevos lugares, pedir indicaciones y bla bla bla...¡Tendré que hacer todo de nuevo! Otra vez...cómo siempre». Deja escapar un suspiro desanimado.

Los padres de Ross estan terminando de recojer las últimas cajas y pequeñas cosas que irían con ellos en el auto, ya que, todo lo demás esta en sus respectivas cajas listas para ser trasladadas al camión de la mudanza; pasaron algunos minutos y el ya esperado camión llegó junto con los empleados, los cuales, empezaron a subir las cajas con la ayuda de Ross.

El castaño de puntas azules, se encuentra ayudando con las últimas cajas apiladas en el patio, cuando de repente la voz de su madre se escucha a lo lejos haciendo que el joven enfoque el lugar de donde proviene la voz.

—¡¡¡Ross cariño!!! ¿¡¡Puedes venir, necesito que me ayudes a levantar unas cosas!!? —Grita manteniendo su voz dulce y calmada.

—¡¡Está bien, ya voy!! —Le responde al instante dejando todo de lado para ir con su madre.

Al llegar a la sala, Ross es sujetado de la muñeca por su madre que lo guío hasta la puerta que lleva al sótano.

—Vamos será rápido. —Esboza una sonrisa ladina.

—Como digas ¿Dónde están las cajas? —Pregunta apresurado girando la perilla de la puerta, para después, bajar con cuidado las escaleras.

—¡Están detrás de la estantería en el sótano, si avanzas un poco más las verás! —Grita para asegurarse de ser escuchada.

—¡Vale!

El sótano es iluminado por la luz que se cuela a través de las ventanas pequeñas que están en cada esquina, dándole una facilidad a Ross para dirigirse al lugar que le indico su madre, sin embargo, al llegar, no pudo encontrar lo pedido; el joven busco durante varios minutos, pues, no tenia intenciones de decepcionar a su madre, empero, tuvo que desistir despues de pasar unos minutos sin encontrar nada habiendo recorrido todo el sótano.

—¡Mamá! —Llama frustrado.

—¿¡Si!? —Responde casi al instante.

—¿¡Dónde están las cajas!? No las veo...

—Están detrás de la estantería ya te dije.

La mujer comienza a bajar las escaleras con lentitud con el ceño fruncido.

—¡Ya busque y no las veo! ¿¡Estás segura de que las dejaste aquí!? —Se queja agotado.

—Sí, ya te dije, solo no buscaste bien. —Mia a su hijo a los ojos con enfado—. Están detrás de la estantería, que por cierto hay que deshacerse de ella...está muy vieja y gastada...

Ross pone los ojos en blanco y deja que su madre busque por su cuenta mientras observa victorioso su inminente fracaso.

—Ves, te dije que estaban a-

El joven de mechas azules guarda silencio y contiene su sonrisa triunfal al ver el rostro completamente desconcertado de su madre.

—Ves, te dije que no estaban. —Recalca con felicidad.

—Pero ¿como? yo las dejé aquí. —Pregunta par sí misma confundida.

—No sé, tal vez alguien más las tomo...

Ross le resta importancia a la situación y le busca la solución más lógica para convencer a su muy confundida madre que aún se esfuerza en descifrar lo ocurrido.

—Eso no, pues los trabajadores están en el jardín delantero y tu padre está en el cobertizo... —Aclara con seguridad en sus palabras—. ¿Qué habrá pasado? Yo las dejé acá y pues he sido la única que ha bajado aquí hoy, aparte de ti claro...    

Ross comienza a pensar junto a su madre en la respuesta a la situación, todo parece muy confuso y complicado envuelto en una delicada e imperceptible capa de misterio que tensa con rapidez  el pacífico ambiente que portaba el sótano.

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