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CandyRockRommate

Puta, qué ofertón. Yo gano esta apuesta sí o sí. Aunque la verdad es que no me preocupo, con ese culo abismal y esos labios... no me jodan. Esos labios están más gorditos que mi pene. ¡No, retiren eso!

¿Se lo imaginan dándome una mamada? Yo no puedo así. No me interesa si no soy el que le quitó su linda virginidad, pero seré el único que se lo haga bien. Ya está. Será mi reto personal follármelo hasta hacerlo babear y desmayarse y que llegue corriendo a chuparme la polla al día siguiente pidiéndome más.

— ¿Yoongi? — Hablando del rey de Roma.

Despego la vista de la computadora que tengo para ver al chico chicle quien tiene una tímida sonrisa en sus labios. Me quito los lentes que coloco en la mesa.

— ¿Qué pasa? — Pregunto.

— Oh, antes que nada... te ves bien de lentes. — Dice cálido a lo que yo sonrío. Carraspea su garganta. — Bueno... tú me comentaste que tus amigos vienen y toda la cosa.

— Aja.

— Hice unos bocadillos p-pero, ¿ellos toman alcohol? — Pregunta sonrojado, yo levanto ambas cejas. — Digo, tengo unas diez botellas de todo pero solo probé vino una vez.

— Toman como si no hubiese un mañana, así que estará bien. — Le sonrío y él asiente. — Ten. — Le doy un poco de dinero que toma con la boca abierta. — Gracias.

— S-supongo que de nada. — Balbucea y observa a mis costado. — ¿Puedo sentarme?

— Adelante. — Me arrimo un poco a la izquierda para que se siente.

Chico chicle se sienta a mi costado y se inclina un poco hacia adelante para ver lo que estoy escribiendo. No es nada fenomenal, solo ayudo a Jungkook con una tarea que le dejaron. Jimin lee atentamente y no pasa mucho hasta que su mugroso gato se va a sentar en sus piernas para acurrucarse en un maullido.

— Hasta donde entiendo, no te llamas Jeon Jungkook. — Ríe el chico chicle viéndome.

— Nop. Es un favor que le estoy haciendo. — Contesto agarrando de nuevo mis lentes y volviéndomelos a poner. — Ya sabes, es domingo y día libre.

— Ya. — Asiente y siento que se pega más a mí. — Y... ¿a qué hora llegan tus amigos?

— Quedamos a las ocho, entonces llegarán a las diez.

Jimin me observa perplejo a lo que yo río.

— Es broma. Son muy puntuales, así que entre ocho y ocho diez de la noche estarán tocando a la puerta. — Contesto acomodando nuevamente la computadora en mi regazo.

— Ya. — Él vuelve a asentir y comienza a frotar la punta de su nariz con su manita. — Y... ¿crees que les agrade? E-es decir, ya sabes.

— Supongo. — Alzo mis hombros. — Son chicos fenomenales y desmadrosos. Les agradarás seguramente aunque piensen que eres raro. Pero te querrán.

Él frunce su boca y comienza a acariciar a su gato. Suelto un suspiro. Yo finalizo el párrafo que estoy haciendo rápidamente y dejo la computadora en la mesa de enfrente. Volteo hacia Jimin que sigue acariciando al gato y se lo arrebato para colocarlo en el suelo.

— ¿Por qué me lo quitas? — Pregunta haciendo un puchero.

— Perdón. — Le digo apretando sus manos cuando se las tomo.

— ¿Por qué te disculpas? — Pregunta suavemente ladeando su cabeza.

— Por ser tan idiota contigo.

Candy Rock Rommate |YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora