Confession Call ○ Kookmin ○

02

Llevaba al menos unos 15 minutos mirando las baldosas blancas que cubrían la pared de mi baño, mientras el agua caliente caía sobre mi cabeza y recorría mi ahora consciente cuerpo.

Taehyung me sugirió que desayunara y tomara una ducha para tratar de recordar lo que había hecho la noche anterior. No dude en hacer caso a esa recomendación, colgué el teléfono y camine hasta el cuarto de aseo por una escoba y un recogedor. Si no levantaba el desastre de vidrios de inmediato, era capaz de olvidarlo y provocar un accidente.

Luego de limpiar y llevar la basura hasta el cesto, corrí a mi habitación con el teléfono en mano para dejarlo sobre el soporte que tenia en mi mesita de noche, me quité la ropa sudada, entré al baño y vi mi rostro en el espejo. 

Santa madre de los borrachos. 

Mi cara estaba hecha un asco. El maquillaje se había corrido, tenia lagañas en los ojos y rastros de baba bajando por las comisuras de mis labios. Me introduje en la ducha y me dispuse a remover la suciedad y el olor a vodka de mi cuerpo. 

Momentos después me encontraba saliendo del baño con una toalla alrededor de mi cintura y mis recuerdos igual de borrosos como antes de entrar. Camine hasta mi closet, me coloqué unos boxers y mi hoodie rosa favorito; el cual tenia la frase Lachimolala, debajo de la imagen de un pollito con audífonos negros. No tenia idea de que significaba, pero lo amaba. 

Salí de mi habitación rumbo a la cocina dispuesto a prepararme un sandwich, pero antes de que pudiera abrir el refrigerador, un pequeño objeto brillante sobre el desayunador llamó mi atención. Me acerqué para tomarlo, dandome cuenta que era un colgante. La cadena era de plata y en lugar de un dije, tenia colgada una púa de guitarra con algo grabado en brillantina morada: JK.

Esa dos letras trajeron absolutamente todos y cada uno de los momentos de la fiesta a mi mente.

(⊙_◎)----- Flashback -----(⊙_◎)

La pista de baile estaba llena, pero eso no me impidió colarme entre el gentío y encontrar el lugar perfecto para divertirme. Sin duda ser pequeño tenia sus ventajas. Me terminé lo que quedaba en la botella del licor ruso y la arrojé a alguna parte mientras el DJ cambiaba de canción. 

La reconocí de inmediato. Era una de mis canciones favoritas para hacer la limpieza en casa.

Automáticamente mis caderas se movieron al ritmo suave y sensual de la música. Estaba seguro que el alcohol era el causante del calor que comenzaba a subir por mi cuerpo, así que mande todo al carajo y baile como nunca antes. Pase lentamente mi mano derecha desde mi cabeza hasta llegar al cierre de mis pantalones, mientras que la izquierda estaba sobre mis caderas, las cuales movía tentadoramente en círculos. 

A pesar de estar borracho, era consciente de que había varios pares de ojos sobre mi. Pertenecían a chicos desconocidos, que si bien tenían a su pareja de baile junto a ellos, preferían enfocarse en el espectáculo que mi cuerpo creaba. Estoy seguro que le guiñe a más de alguno al mismo tiempo que mi lengua recorría mis regordetes belfos.

Un fuerte pecho se pegó repentinamente a mi espalda, gire mi cabeza para ver de quien se trataba. Solo recuerdo que era alto, pelirrojo y atractivo. Decidí disfrutar del cuerpo que se movía al mismo compas que el mío, ladeé mi cabeza para dejar expuesta la nívea piel de mi cuello y casi de inmediato los labios del desconocido comenzaron a lamer y a dejar besos sobre ella.