Una brisa fresca nos rozó el rostro, estaba atardeciendo y para otras personas un atardecer sería un momento el cual recordarías con alguien especial. Para ella y para mí fue todo lo contrario...
Ninguno decía nada, solo era silencio, como si el silencio dijera todo lo que sentíamos, pero no nos atrevimos a romperlo.
Pasaron unos segundos y lo rompió diciendo mi nombre, alce mi mirada para encontrarme con la de ella. El sol hacia contraste con sus ojos cafés que hacía que se vieran más claros.
Ella es preciosa, no sé cómo he podido soportar tanto tiempo sin decirle lo mucho que la amo, sin decirle que me encanta cuando se sonroja después de decir una tontería, o cuando me toma desprevenido y me abraza, aunque lo odie que lo hagan los demás, ella hace que lo ame, cuando me soba el pelo con sus manos o cuando dice una broma y se ríe antes de acabar, me rio no de sus chistes porque son muy malos, solo lo hago porque su risa de cierta forma hace que saque una solo para ella. ¿Por qué no podía decirle que estaba enamorado de ella?
Ya céntrate de una vez. Que tortura.
Mi mejor amiga me dijo que fuera a verla en las gradas de nuestro colegio. Dijo que necesitaba mi ayuda y quien soy yo para no dársela.
— sabes que no soy de hablar mucho de esto, pero... hay un punto donde si no te escuchas decírtelo a ti mismo te vuelves loco, y si lo voy a decir en voz alta una sola vez, al menos que alguien este conmigo para no tener que repetirlo.
Dramática y todo, pero estoy jodidamente enamorado de ella.
— ¿Qué sucede? — pregunte apoyando mis codos en mis rodillas.
— Que estupidez voy a decir... — no dijo nada unos segundos, creo que reconsidero lo que diría, pero al final hablo— me gusta alguien. De verdad me gusta alguien...y mucho.
Me quede un momento procesando las cosas. ¿qué? ¿ella estaba enamorada? Ella nunca, jamás me había dicho que le interesaba alguien, mucho menos que estuviera enamorada.
Una pequeña esperanza me invadió, y si...y si ella sentía eso por ¿mí?
No te adelantes. Mantén la cabeza fría.
Empezó a mover rápidamente su pierna de arriba abajo. Estaba nerviosa. Al notar que no decía nada se aclaró la garganta.
¿Pero qué demonios me pasaba?
Céntrate maldita sea.
— ¿te gusta alguien? — no idiota, te dijo que le gusta alguien y esa es tu mejor pregunta. ¿eres o te haces?
Ella puso una mueca de poca paciencia al escuchar mi respuesta. Eres un genio.
Tosí para disimular lo que dije y proseguí.
— Digo, no es que sea malo, claro que no, solo que...bueno no me lo esperaba y aparte tu nunca dices nada de lo que sientes, pensé que sería...
— Cállate.
Si mejor. Cállate.
Vale, estaba nervioso, y no supe disimularlo, pero ella estaba aún más nerviosa porque creo que no lo noto.
— Quiero llorar.
— ¿qué? ¿Qué ocurre? — susurré acercándome a ella.
— La vida es un asco. — de inmediato sus ojos de llenaron de lágrimas. Ella casi nunca lloraba.
No me atreví a decir nada, no quería que la pusiera peor y se fuera, muy pocas veces podía verla expresar sus sentimientos de esta manera. No podía echarlo a perder, así que continuo.
— Amo a una persona...o la odio, no lo sé, pero...por dios, fui una estúpida al creer que... que todo era real.
En el fondo sentí un crujido, ella amaba a alguien, y ese alguien no era yo.
Trate de no mostrar ni desilusión, pero ella era la que estaba mal, no podía ser un egoísta y pensar en mí. Tomo aire, ya tenía la voz entre cortada y la cara cubierta de lágrimas. ¿Pero quién te hizo esto?
Ella es la persona que más amaba en el mundo y ver que lloraba me rompía, me rompía ver su hermosa cara empaparse con lágrimas que alguien no merecía.
Dije su nombre y ella me miro, bajo la cabeza al instante y no pude no preguntar.
— ¿pero... qué fue lo paso?
Hubo un momento de silencio, y por un instante creí que no me diría. Pero entre sollozos hablo.
— Creí que — suspiro — creí que si le demostraba que estaba dispuesta a dejarlo todo por él.
No me digas que. No. Por favor no.
Con mi mano tome su mentón y lo alce delicadamente para que me mirara.
— ¿Te acostaste con él?
Tardó en responder, bajo la mirada y pensó. Se me partió el corazón en dos cuando vi que más lagrimas caían de su hermoso rostro
— Ojalá hubiera sido solo eso — susurró.
Sentí como se erizaban sus brazos con el contacto de mi abrazo. Delicadamente alcé las mangas de su camisa y no pude contener la furia que corría por mis venas al ver múltiples moretones y marcas de manos recientes en todo su brazo.
lo único que pensé fue que, por mi culpa ella estaba así, yo fuí el que permite que pasara eso. Y no hice nada para detenerlo.
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Relatos Cotidianos
Teen FictionUn asesinato? un misterio? un romance? tal vez las tres o tal vez un miedo, una risa, un odio. Relatos cotidianos, una serie de historias breves y variadas de todo tipo de genero. Tal vez bueno, tal vez malo. No lo sé, ¿ Por qué no lo averiguas tu?