Todos tenemos debilidades, cierto.
Ese día que papá me lo contó, entonces supe que jamás había tenido una debilidad, a una persona. Porque no siempre son objetos o acciones.
A veces son ocasionales, otras llegan para quedarse, se vuelven eternas y como se disfruta de ellas, ¿no?
Tengo una debilidad, y sin importar quien llegue o que pase, esa podría ser mi debilidad eterna y sin haberla tocado antes.