🦁⃝⃒⃤Fred Weasley🦁⃝⃒⃤

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Algo no se siente bien. Te das la vuelta y buscas a Fred, pero no hay nada más que una cama vacía. Confundida, te sientas y miras hacia el baño. No hay luz encendida. Ni rastro de Fred. Ahí es cuando el aturdimiento de la mañana se aclara y la realidad te despierta como una ducha fría. Fred se ha ido. A diferencia del pasado, no ha corrido a la panadería a desayunar, no va a volver. Se ha ido para siempre.

Te dejas caer de nuevo en la cama y gimes. Respiras hondo y notas que su olor ya no llena tus fosas nasales. Su olor se ha desvanecido de las sábanas. Las lágrimas pican en tus ojos mientras tratas desesperadamente de encontrar un trozo de sábana que huela a Fred. Al darte cuenta de que has fallado y de la ridiculez de que olieras tus sábanas, las envuelves con enojo y las arrojas a los pies de tu cama.

El repentino deseo que Fred te consuele te abruma. Estar en sus brazos y hacer que pase sus dedos por tu cabello, besando ocasionalmente la parte superior de tu cabeza. Pero él no está allí para consolarte. Te envuelves con los brazos y te abrazas con fuerza mientras lloras. Tus brazos no se parecen en nada a los suyos, pero hay una especie de tranquilidad en ellos, es mejor que nada. Lloras y lloras hasta que las cosas empiezan a sentirse confusas. Miras el techo mientras tus sollozos se hacen más lentos. Finalmente, empiezas a sentirte más tranquilo y susurras - te extraño. - mientras una última lágrima se desliza por tu mejilla llena de manchas y te levantas de la cama de mala gana para comenzar el día.

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Pasas del dormitorio a la cocina para prepararte el té de la mañana. Llenas la tetera y la colocas en el quemador. Abres el armario y te pones de puntillas para alcanzar una taza. Fred solía molestarte poniendo las tazas más atrás en el estante para que no pudieras alcanzarlas. Luego bajaba dos tazas, una para ti y otra para él, y en broma exigía un beso a cambio de las tazas. Algo a lo que te complacería complacer cada vez.

A medida que repites continuamente las tareas rutinarias, tu mente vaga por las veces que compartiste esas tareas con él. Es casi como si fuera parte de tu rutina. Besarlo antes de ir a trabajar o prepararle una taza de té adicional cada vez que te preparas una. Los viernes por la noche eran tu noche de cita y siempre desayunabas en la cama los sábados por la mañana. Se convirtió en un hábito, una parte de su rutina. Echas de menos la comodidad de una rutina y el hábito de compartir eso con alguien que te importa.

La ausencia de Fred es desorientadora. Tu mundo da vueltas sin él. Siempre ha sido tu ancla. No importa qué, él estaba allí. Juntos o separados, podrían amarse incluso en los momentos más desafiantes. Siempre pueden confiar el uno en el otro y pedir ayuda o apoyo. Ahora él nunca está allí y no sabes a dónde acudir. Cada dirección es nueva. Cada giro es aterrador.

Ahora solo eres tú. Tú y un dormitorio casi vacío. Tú y una nevera casi vacía. Tú y una vida casi vacía. Un apretado bulto de tristeza envuelve tu garganta. Luchas por contener un sollozo que tan desesperadamente intenta escapar.

La tetera silba con fuerza, haciéndote saltar de la sorpresa. El susto mezclado con las emociones se desborda y caes al suelo mientras el sollozo gana y muchos más siguen su ejemplo.

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A veces puedes imaginar cuál sería su reacción exacta hacia ti. Cuando estás acurrucado en tu cama, tu cuerpo temblando por los sollozos, puedes imaginarlo extendiendo un brazo y jalándote hacia su pecho, besando la parte superior de tu cabeza una vez que te acariciarías en su pecho. Luego te acariciaba el pelo y te frotaba el brazo con el pulgar, como solía hacer.

A veces, cuando te ríes de un chiste, te das la vuelta para mirarlo. Antes de fijar la vista en un asiento vacío, imaginas sus ojos brillantes y una amplia sonrisa. Puedes imaginarlo echando la cabeza hacia atrás mientras coloca una mano sobre su pecho antes de doblarse de risa, como solía hacerlo.

Cuando tienes una idea para la tienda de bromas, buscas un trozo de pergamino para escribirlo antes de recordar que no podrás compartirlo con él una vez que llegues a casa.

Algún día dejarás de verlo en tu mente. Algún día dejarás de convencerte de que él podría volver de alguna manera. Nunca olvidarás a Fred, pero seguirás adelante. Esas cosas solo toman tiempo, solo tienes que esperar.

Es sorprendente la facilidad con la que loshumanos se acostumbran a algo, pero por el contrario, lo difícil que puede serperder ese algo.

One Shots De Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora