OLIVIA
El vuelo era larguísimo , pero no de estos de siete horas ni nada parecido o dieciséis horas, no. El vuelo duraba unas veintidós horas aproximadamente y yo ya tenía ganas de morirme. Era como estar un día entero sentada con personas que no conoces y dormir mal. Al menos la comida era buena y me tocó la suerte de tener al lado a Liam.
Estuvimos varias horas hablando de películas, durmiendo, comiendo, escuchando música y hablando de cosas, no muy interesantes, o eso fue hasta que el me preguntó:
-¿Oye y tú tienes novio o algo? Porque irte desde Londres hasta Australia no se hace así por así.
-Ya, la verdad es que nunca se me hubiese ocurrido algo así-dije mientras recordaba como sucedió la idea.
El se quedó mirándome unos instantes sin entender muy bien lo que pasaba así que respondí a su pregunta.
-La verdad es que hace tres días si que tenía novio pero ahora... el caso es que he venido con una amiga mía que va algunos asientos más adelante.- dije mirando entre las cabezas hasta encontrar la de Hannah- Mira ,es aquella.
Señalé donde estaba sentada-o dormida- y me giré hacia Liam.
Él tenía la mirada clavada en esa melena rubia y de sus ojos se le notaba un destello de... no se...felicidad, aprecio, atracción, culpabilidad...
-Si quieres te la presento - dije con una sonrisa picarona cuando el volvió a clavar sus ojos en mí y noté como sus mejillas se llenaban de un rosa rojizo.
¿Se había ruborizado por Hannah?
-Ehh, bueno...sabes qué , da igual. Total seguro que al salir del avión no nos volvemos a ver- dijo con una mueca triste.
-Mierda es verdad-susurré.
Entonces le cogí el móvil y le escribí mi número de teléfono.El me dedicó una sonrisa de boca cerrada que no llegó a sus ojos,pero lo entendía.Era triste separarse de unapersona con la que apenas unas horas ni conocias y que ahora puede que confíes más que en tí mismo.
Las horas en el avión cada vez eran menos y nosotros hablábamos de vernos en alguna parte para saber qué ha sido de nosotros.
Y por fín, pasadas unas veintidós horas respirando el mismo aire que otras veintemil personas llegó la hora de aterrizar.Liam me ayudó a bajar la mochilita y esuvo con nosotras en la recogida de maletas.
Lo que más me llamó la atención, es que a Hannah también conseguí notarle un brillo en sus ojos cuando hablaban, hablaban mucho y sonreían, se miraban...
Y era muy extraño porque Hannah era caos y él tranquilidad, ella era un atardecer y él un amanecer,ella era tantas cosas y tan pocas a la vez y él tan pocas cosas y tantas a la vez.Dos polos opuestos que una vez se encuentran lo únco malo que pueden hacer es separarse.
Al despedirnos con un abrazo muy fuerte nos fuimos directas a la salida y joder que calor, que era ¿verano?
Todo olía distinto, como a ciudad con tranquilidad y alboroto. La gente se despedía o se reunía con sus familiares y había decenas de personas al rededor nuestra en crocs, si si, en crocs.
Cogimos un taxi para que nos llevase desde Melbourne hasta Bayron Bay y mientras más nos alejábamos de la ciudad , se empezaba a notar un ligero olor a playa, a calma, a comida de puestos de esos de carros, a Australia.
Y ahí se me vino a la cabeza.
-¿Te ha gustado Liam, verdad?-pregunté a Hannah que estaba mirando por la ventanilla.Ella se giró hacia mí y al principio noté un poco de decepción en su mirada , pero luego la cambió por una mirada de despreocupación y dijo:
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El último verano
Teen FictionOlivia viaja a Byron Bay junto con su mejor amiga después de que su vida se haya ido al traste, con el propósito de tener el mejor verano de sus vidas. Un verano perfecto. O al menos hasta que conoce a Ethan, su nuevo profesor de surf al que parece...