|Avisar de errores ortográficos, por favor. Gracias|
Capítulo +18
Lea
Estaba terminando de preparar el desayuno cuando sentí unos fuertes brazos rodearme por la cintura desde atrás. Pegó su pecho a mi espalda y sus manos se unieron en mi abdomen; escondió su rostro en mi cuello y a mis fosas nasales llegó el delicioso olor de su colonia.
-Huele tan bien- susurró Bruno con rostro escondido en el hueco de mi cuello.
-Estoy preparando café- sonreí y él rió.
-No hablo del café- dejó un beso en mi cuello y entendí su referencia.
-Oh, gracias... supongo- susurré. Me dio vuelta, dejándome atrapada entre sus brazos y la encimera.
-Que lindas se ven estás marcas aquí- halagó, refiriéndose a los chupones que adornaban mi cuello.
-Ni el maquillaje pudo taparlas- rodeé los ojos y él rió nuevamente- ¿Qué te causa tanta gracia?- me crucé de brazos.
-¿En serio te quejas de esas simples marcas? Mira mi jodido cuello cómo se encuentra- moví su cabeza hacia un lado con ambas manos y me sorprendí al ver marcas moradas adornando su cuello. Además de una marca rojiza causada por mis dientes.
-Eso no es nada- bufé.
-¿Segura?- preguntó y asentí, segura de mis palabras. Se quitó su camisa de correr y abrí mi boca sorprendida cuando vi mis uñas marcadas en todo su abdomen. Se dio vuelta y su espalda estaba repleta de largos arañazos rojizos.
-Joder- exclamé- ¿Duelen?- pregunté mientras mordía mi labio inferior. Avergonzada.
-No duelen, solo arden un poco- dijo, refiriéndose a los arañazos- Si que estabas nublada por el placer- bromeó.
-Oh, cállate. Tengo el cuerpo lleno de marcas yo también- reí suavemente.
-Lo siento, cielo, no puedo controlarme. Mucho menos cuando se trata de tu exquisito cuerpo- sus palabras salieron con tanta naturalidad que un color carmín adornó mis mejillas-
-No hables tan así- susurré mientras miraba otro lado que no sea su rostro.
-Aún siento la calidez y estreches de tu coño en mi polla- mordió su labio inferior mientras me miraba.
-¡Bruno!- golpeé su pecho y él soltó una sonora carcajada- Eres un... grosero- exclamé por lo bajo.
-Ya, ya. Solo bromeaba, tranquila- respondió cuando calmó su risa- Ahora dame mis besos de buenos días- acercó su rostro al mío y relamió sus labios. Sonreí y enredé mis brazos en la parte posterior de su nuca, lo acerqué a mí y pegué mis labios a los suyos.
Muy a pesar de la conversación subida de tono que habíamos tenido anteriormente, éste beso fue un beso tranquilo, tierno y muy delicado. Sus manos se adueñaron de mi cintura y me pegó más a él. Adentró su lengua a mi boca y con mucho gusto correspondí a esa danza entre ambas lenguas.
-Iré a correr- avisó cuando nos separamos por falta de aire, recostando su frente en la mía.
-¿No desayunarás?- pregunté luego de dejar un beso en su mejilla.
-Comeré un poco de fruta y listo- sonrió.
-Bien- acepté de acuerdo.
Nos separamos completamente y él volvió a colocarse su camisa; se sentó en uno de los taburetes y se dispuso a comer dos frutas mientras que yo terminaba de preparar el desayuno.
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Lea [SUSPENDIDA]
RomanceLea es una doctora de veinticuatro años. Es una chica que no cree en el amor ya que siempre tuvo malas experiencias en todas sus relaciones, pero hubo una que la marcó profundamente. Los D'Angelo al verla supieron que ella sería su mujer. Están disp...