Thoma miró de reojo a su señor Ayato. Por año nuevo habían estado saltándose un poco las rutinas alimenticias del clan.
No eran nada del otro mundo, un buen balance de frutas, pescado y carne.Pero...durante una fecha tan especial, ¿Quién come sano? Exacto, nadie. Y el clan no sería el único de todo Inazuma que lo hiciese.
Las mesas se llenaron de grandes pollos asados, pavos rellenos, huevos cocinados de mil formas, papas fritas, salsas exóticas, pescados carísimos...cosas que Thoma jamás pensó que vería siendo que viene de una familia humilde de Mondstad.
La boca se le hacía agua y, a pesar de saber que tenía un estómago sensible, se propuso a probar cada uno de los platillos.
Los malestares no se hicieron esperar, cosa que no le sorprendió. Otra cosa que tampoco le sorprendió fue su repentina subida de peso. Puso unos cinco kilos de más, su cuerpo no cambió mucho pero podía sentirlo.
Normalmente no le daría importancia y hasta se reiría del pequeño rollito en su barriga, pero recordó a su señor... El era muy superficial y estricto y cree que un buen clan está lleno de hombres delgados y fuertes, cosa que Thoma ahora mismo no parecía.
Para una persona normal todo terminaría en "son solo cinco kilos" pero para el Kamisato esos eran "los grandes cinco kilos que humillaran al clan"
Un escalofrío recorrió su columna cuando él hombre en el que tanto pensaba se acercó sin previo aviso.
"Parece que alguien subió un poco de peso...¿Uh?" No podía entenderlo...¿¡Por qué ellos sí se veían como siempre!?
"¡M-mi S-señor! Jeje, que sorpresa...¡pues sí! Resulta que subí unos pocos de kilos pero no es nada que no se arregle con un poco de ejercicio y vuelta a la rutina-"
"Tsk...hay formas más rápidas de hacerlo, ¿No crees Tho~ma?" Casi parecía que se estaba burlando de él.
"¿Otra forma? Pues...haciendo ejercicio, bebiendo agua y comiendo equilibrado debería bas-"
"Bebe agua bla bla bla bebe agua bla bla...suenas como una de esas adolescentes que dejan cartitas lindas en la puerta para hacerme sentir bien pero solo dan pena ajena. El agua no te va a ayudar...tienes que echarlo todo"
"¿E-echarlo...?"
"Vomita. Deja de comer, solo vomita hasta que no tengas nada más que echar. Vomita hasta que te duela. Así perderás ese asqueroso peso que agarraste y te volverás a ver bien y esbelto..."Al principio pensó que era una pésima idea. Sabía que las personas que perdían peso dejando de comer luego lo recuperaba, y muy rápido además.
Aún siendo consciente de que sería inútil quiso darle un intento solo porque su maestro se lo pidió.Se dirigió al baño y se inclinó sobre el inodoro y frotó su estómago. Estaba algo dolorido, no le sentaba bien comer tanta cantidad y tan diverso pero eso sería ahora una ventaja.
Siguió masajeando y concentrándose en vomitar. Por algún motivo no terminaba de cuajar la sensación."¿Thoma? ¿Estás ahí?" Llamó Ayato
"S-si, señor...estoy intentando lo que me dijo pero es algo difícil..." Ayato suspiró ante la inocencia de las palabras de su sirviente.
"Déjame entrar, te voy a ayudar"
Thoma le quitó el seguro a la puerta y Ayato pasó con una sonrisa
"¿Como me vas a ayuda-?" La pregunta fue cortada por un agarre firme en su cuello. Con la otra mano movió el cerrojo para asegurar la puerta y con una mirada perversa metió sus dedos en la boca de Thoma. Normalmente pensaría que es sexy por lo que había leído en mangas y revistas pero las caricias en su lengua se tornaron violentas, haciendo movimientos bruscos y dolorosos que desgarraban su garganta y le asfixiaban.Rápidamente empezaron a darle arcadas. Su estómago se retorcía y tras un par de eructos comenzó a vomitar sobre las manos de Ayato, que parecía darle igual.
Siguió dándole arcadas hasta que ya no podía respirar y empezó a atragantarse. Agarró la mano de Ayato pero no tenía fuerza.Al principio se sentía mejor porque su estómago ya no tenía que esforzarse pero al rato empezó a suplicar que parase con la poca voz que sonaba a través de los dedos manchados del Kamisato.
Lágrimas caían por su rostro enrojecido, suplicando piedad.
Finalmente lo soltó, pequeñas gotas de sangre caían sobre la taza del baño y cuando miró el desastre notó que había bastantes partes rojas con mal aspecto..."Al rato vuelvo, no hemos terminado"
"Sí, mi señor"
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2
FanfictionEn sencillos pasos Ayato le enseña a su sirviente Thoma cómo perder unos kilos de más