Recuerdo la primera vez que la vi, las chicas de la ciudad siempre han sido muy movidas, liberales e independientes. Llegan de sus trabajos, van a la universidad y se han olvido que el hombre es el un hogar, se olvidaron que su mundo solo tiene que girar en torno a un hombre como siempre he dicho que ha debido ser , ahora son más libres, piensan por ellas mismas, hacen lo que le plazca y solo obedecen la voz interna que las llama que sean felices y que no se queden con las ganas de nada. Ella no, ella era la típica niña buena, iba de iglesia los domingos, el rosario con las viudas del barrio los sábados en la tarde, vivía con su abuela, huérfana de madre decía, cocinaba todos los días, siempre dispuesta con los vecinos para lo que necesitaban, bien mencionada con todos, jamás mal hablada, siempre encantadora.
No existía un pero que le valiera a nadie con esa mujer, era perfecta.
Pero ella era demasiado perfecta.
Apareció como un rayo y se fue como tal.
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Sara.
Teen FictionDice un viejo adagio' La mujer que cree en hombre no cree en Dios. ¿Qué pasaría si el hombre que no cree en la mujer, no está creyendo en nada? Solo diganle a Sara que vuelva