· 𝐂𝐚𝐩. 𝟏: Conociendo a nuestros vecinos ·

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Eran las 3 de la mañana y los ruidos no cesaban, no era la primera vez que aquello sucedía y ambas estábamos hasta las mismísimas narices, pero aquella fue la definitiva. Con pijama y bata puesta subimos indignadas a hacer una visita a nuestros nuevos vecinos.

Hacía un par de meses que unos chicos se habían mudado al piso de arriba y desde entonces no parábamos de escuchar ruidos, sobre todo a altas horas de la noche. Al principio nos reíamos y hacíamos montones de teorías sobre ellos y su vida nocturna, pero últimamente nuestro sueño se vio alterado por ello y ya dejó de hacernos tanta gracia. Se les escuchaba mover muebles, gritar y hasta follar de tal forma que no era normal... así que cansadas ya de tanto alboroto, decidimos subir a ver si podían dejar de molestar.


- ¡Voy a reventarles el timbre si es necesario! ¡De aquí no me muevo hasta que alguien me abra la puerta! - Exclamó Sky bastante molesta.


La verdad que de las dos ella es la que se levanta más pronto, siempre se ducha por las mañanas, se maquilla y hasta desayuna, mientras que yo me levanto con el tiempo justo para ponerme mi delineador y bajar al bar que regentamos juntas, el cual suele abrir Sky.


- ... No, no, de aquí no nos vamos hasta que no abran – La verdad que aunque yo era un zombie en ese mismo momento estaba igual de molesta que Sky, así que no íbamos a despegar nuestro dedo del timbre ni aunque nos lo amputasen.


En ese mismo momento la puerta se abrió después de un buen rato, un chico de pelo negro y con una pequeña cicatriz debajo del ojo se asomó por la puerta sin entender que demonios estaba pasando, seguramente le acabásemos de despertar.


- Hola, somos las vecinas de abajo ¿Podéis dejar de hacer ruido? No somos quien para decir cuando podéis tener relaciones y cuando no, pero ¿Podéis hacer el favor de ponerle unos tacos a la cama o algo? - A pesar de que el tono de Sky era bastante molesto el chico no pudo evitar dibujar una sonrisa, no le culpo, visto desde fuera la situación era algo cómica.


- Y no es la primera ni la segunda vez, ambas madrugamos y no podemos dormir – Yo me había quedado algo más atrás de Sky, pero me acerque para que me pudiese ver bien la cara de pocos amigos que llevaba encima.


- Bueno ... yo ... Lo siento, le diré a mi compañero de piso que tenga más cuidado – El chico no sabía dónde meterse pero a su vez la sonrisa no se le borraba de la cara, la cual intentaba ocultar con la propia puerta.


- Oye, que no tienes que dar la cara por él ¿Eh? Si quieres yo me espero a que salga y le hablo cara a cara, que no va contigo la cosa, solo quiero que por favor tengáis mas cuidado – Miré a Sky en cuanto dijo eso, capaz era de soltarle una bofetada si salía el otro chico.


El muchacho se disculpó de nuevo y la cosa quedó ahí, amenazamos que si volvían a despertarnos a altas horas de la mañana nos veríamos obligadas a reventarles la puerta hasta que parasen y buenas éramos nosotras como para que ignorasen nuestra amenaza. Volvimos a casa algo más tranquilas tras ver que efectivamente habían cesado los ruidos y nos dirigimos cada una a su habitación a descansar, el despertador sonaría en cosa de 5 horas ya mi ya me entraba el sueño solo de pensarlo.

Al día siguiente abrimos como todas las mañanas, sin percance, recibiendo la prensa para los primeros clientes y sacando la bollería recién horneada, era una mañana bastante fresca y no había apenas gente en la calle, pero nuestro pequeño bar estaba lleno.

MIS ADORABLES VECINOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora