Arsène Potter y un romance entre pociones y chocolates

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Harry Potter era el orgulloso propietario de un Atelier du Chocolat. En palabras llanas, Harry vendía chocolates. No los chocolates en barra que vendían en las tiendas al por mayor. Harry era chocolatero amateur que al final se especializó en ello de la misma forma y sacó su título muggle en Gastronomía y luego en Repostería. Harry vendía pequeños bocaditos de cielo sabor chocolate con rellenos que podían hacer pecar a un santo.

Harry Potter también era un mago de 27 años con un hijo propio. Dicho niño era la razón por la cual fue expulsado de su hogar (más bien, él salió de ahí, gritándole a sus padres que eran unos malditos hipócritas) luego de haberlo adoptado cuando se enteró que el pequeño sufría de licantropía.

Una historia dolorosa que Harry no contaba sin el convencimiento adecuado y solo bajo sus propios términos.

Como fuera, Harry Potter y su pequeño hijo de 8 años Arsène, vivían en la parte de arriba del Atelier y el pequeño era un ayudante habitual en la cocina de su padre. Sirius Black y Remus Lupin, los padrinos de Harry, habían dado el capital inicial del negocio y con frecuencia eran vistos tanto en la tienda como en la casa, así como sus pequeños "cachorros", Deneb y Suhail de 12 y 10, y su pequeña Izar, de 7 años.

Con todo y su pelea con sus padres, su separación de la familia y que era un padre soltero, Harry vivía una buena vida. Su negocio era prospero, su hijo crecía maravillosamente y algunas leyes para beneficio de los hombres lobo, estaban empezando a ver la luz dentro del Wizengamot gracias a los votos que tenía su padrino, Sirius Black, en dicho organismo.

Sin embargo, como en todas las historias siempre que algo está muy tranquilo, el viento del norte movía las cosas y ahora estaba soplando fuertemente, trayendo entre sus alas a alguien que vendría a trastocar la vida de Harry.

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Eran finales de mayo cuando Severus Snape llegó a Londres y odiaba todo en esta ciudad, que era caótica y sin sentido a su parecer. Si no fuera porque su mentor, amigo y padre en todo menos en sangre, Albus Dumbledore le había pedido de favor que lo ayudara a supervisar la apertura de la nueva sucursal de su exitosa empresa conjunta de pociones, Severus Snape podría haber estado experimentando en su trabajo base: publicar nuevas pociones que él mismo creaba.

Severus Snape era el pocionista más joven en un siglo y un prodigio en la materia. Cuando era joven, conoció a un hombre lobo y por estar investigando, casi fue comido. Sobra decir que aunque el director Dippet (el director de Hogwarts durante su generación) había tomado todas las previsiones, nunca contemplaron la posibilidad de que un curioso y demasiado inteligente para su bien, alumno muy terco, fuera en busca del peligro activamente.

Gracias a ese casi fatal encuentro, fue que Severus retomo un proyecto fallido de Damocles Belby, un pocionista anterior a su generación que había hecho un intento de una cura de licantropía. Severus logró obtener un arreglo intermedio, creando la poción matalobos. Evidentemente, Severus no tomo el crédito del ensayo original, pero el señor Belby insistió en que Severus tomara crédito como participe al 50% de la poción.

Severus no pudo negarse a la petición del hombre y más cuando este le presentó al alquimista Albus Dumbledore con quién logró obtener su dominio de pociones y con quién luego estableció un negocio que a la postre se convirtió en su empresa de pociones. Albus era su CEO/Alquimista/Socio comercial mientras Severus se dedicaba a experimentar con pociones diversas y publicarlas en diversas revistas.

Actualmente, Severus y Albus habían decidido abrir una sucursal en Londres, luego de que habían tenido un éxito rotundo en Escocia. Londres sería su primer "piedra" en Inglaterra y sabían que sería la apertura hacía el continente y quién sabe, quizás en unos años estarían abriendo sucursales en países tan lejanos como Brasil o Sudáfrica.

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