(1). ''No es tan malo como parece''

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¿Has sentido el verdadero pánico? Es decir haces una cosa que te advierten que no hagas y tu sabes que los resultados son feos pero cuando lo vives realmente te das cuenta que es mucho peor de lo que te imaginas.

Eso es lo que estoy viviendo.

—No tomes el camino del Instituto Danger, Gwendoline.— mi madre lo repetía todos los días antes de dirigirme a clases. 

Lo hice, y ahora estoy delante de uno de esos chicos de cabello rubio, sin imperfecciones que parece un maldito Dios, si no hubiera sabido que es del Instituto Danger posiblemente no me habría afectado mucho su presencia. 

—Gwendoline.— me estremecí, el no puede saber mi nombre, peor aún como lo dijo, con una sonrisita en la cara.

—¿Sabes mi nombre?— mi voz sonó seca, cualquier persona con el grado de inteligencia de estos chicos sabría que estoy asustada.

—Hubo un tiempo en el que iba a tu instituto, en tu mismo nivel para ser claro.

—¿Uno...— me aclaré de la garganta para eliminar el tono asustado. — ¿Uno del instituto Danger en mi instituto?

—¿Instituto Danger? Vaya mierda. Sé que ustedes piensan que somos jodidamente malos y no se que más.— soltó un suspiro.— Pero Gwen todo eso es falso, somos un instituto normal, incluso puedo asegurar que el tuyo es más peligroso que el mío.

—Mientes.

—No, Gwen.

—Mi nombre es Gwendoline.

—Bien.

Sin decir nada más se giro hacia la entrada de su instituto.

—¡Espera un momento!— se giro nuevamente hacia mi con una sonrisa en su rostro demostrando que hice exactamente lo que el quería, me estremecí involuntariamente.

—Dime.

—¿Por qué el pueblo le tiene tanto miedo a tu instituto?

—Sé la historia pero no puedo contártela, no estamos programados para eso.— dijo con burla.— Alguien del pueblo debe hacerlo. 

—Esto me deja más en dudas.— el solo se encogió de hombros.

—Tu mamá seguro te prohibió venir por aquí Gwen, vuelve a tu instituto.

—No puedo volver.

—¿Por qué?

—Si no llegué a tiempo van a hacer una investigación de donde estuve...— baje la mirada.— si se enteran que estoy aquí me matan. — No lo decía para asustarlo pues dudo que uno de estos chicos sientan siquiera miedo, pero era la realidad si llegaba tarde al instituto llamarían a mi madre para averiguar donde estuve, y mi madre ni nadie del pueblo mentiría cuando la policía esta involucrada.

—¿Lo de matarte fue una broma verdad?— negué con la cabeza.

Nuestras miradas se encontraron y pude ver sus ojos azules mirándome sin emociones. 

Sus ojos eran lindos pero no me demuestran nada, son como un océano, no tienen fin y te puedes ahogar con ellos si no sabes nadar. Con suerte, aprendí a nadar de pequeña, así que este chico no me intimida en absoluto.

Cerré los ojos por unos segundos mientras pensaba en una solución eficiente y así librarme del problema que tenia encima pero en mi pueblo no importa tu reputación,  si tienes tatuajes, si eres infiel en mi pueblo la única forma de discriminarte es si entras en la calle del Instituto Danger.

Danger: Amor o peligro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora