💔Día de los corazones rotos💔

Acto 1

¡Todo es tu maldita culpa!

Bien, Stiles no estaba preparado para eso, bueno de cierta forma lo esperaba, llevaba meses soportando cierto sentimiento de que algo iba a pasar, no era un como las veces que estaba por enfrentar hombres lobos algas sedientos de poder, brujas que no resultaban ser brujas, demonios o espíritus antiguos, locas resucitadas por arte de magia y sin fin de seres a los que se había enfrentado, no, el sentimiento se asemejaba más a su vida antes de entrar al mundo de lo sobrenatural; verán el castaño llevaba meses saliendo con una chica que había conocido en un bar, rubia con raíces, de hermosa piel tersa, ojos de un azul parecido al de los zafiros y bueno porque no admitirlo con un buen busto y trasero. 

La había conocido en una fiesta cerca de donde trabajaba, un club nocturno, uno con el cual The Jungle no podría competir ni en cien años, en fin, ambos llevaban unas copas de más, nada grave, conectaron vistas y como por arte de magia fueron atraídos el uno al otro, bailaron, bebieron aún más, siguieron bailando y en algún punto de la noche ya no se encontraba junto a los demás cuerpos sudoroso y bailantes, ahora se encontraba en una habitación teniendo relaciones con una mujer a la que acababa de conocer. Al día siguiente ambos despertaron con una horrible jaqueca y con evidente sorpresa, uno por haber tenido un revolcon como si fuera un auténtico don Juan y la otra por despertar junto a alguien mas. 

Después de eso nada importante pasó, aunque en cierto punto de ese día intercambiaron números prometiendo llamarse para repetir, y a los tres días Stiles se encontraba contra en colchón de su recamara mientras era montado por aquella extraña de gran belleza. 

Las semanas pasaron y con ellas los encuentros de los dos y en cierto punto dejaron de ser salvajes y llenos de lujuria para dar paso a cierto deje de cariño y amor. No paso mucho para que los dos empezarán a salir, un simple desayuno en una cafetería, después comidas en los hogares de cada uno para finalmente hace unas semanas celebrar en un costoso restaurante su aniversario de tres meses. 

El chico de lunares no quería ilusionarse como siempre hacía, pero como era costumbre no pudo imaginarse comenzando a formar una relación más seria con la mujer, así que después de la cena tocó lo más tranquilamente el tema de empezar a vivir juntos, fue ahí cuando todo empezó a ir en picada. Los encuentros entre los dos eran cada vez más escasos, la misteriosa chica lo evadía lo más que podía, ya no desayunaban o comían juntos, desde ese entonces supo que algo iba para mal. 

Y es donde llegamos a este punto, a dos días exactos antes de la muy famosa fecha llamada "Día de los enamorados"

Llegaba cansado del trabajo así que sólo se quito su corbata y sacó en cuanto pasó por el umbral de la puerta de su departamento, cerró detrás de sí y tomó rumbo a la cocina, solo para sacar una cerveza de ahí y empezar a tomarla tranquilamente, se sentó en su sofá y encendió la televisión para ver cualquier cosa, la verdad poca relevancia tenía para el lo que pasarán por la gran cantidad de canales de paga que había contratado hace poco más de un año, justo cuando iba a apagar el aparato después de un gran rato viendo una película de hombres lobos - cosa que le causó gracia ya que lo que representaban en la cinta cinematográfica no tenía nada que ver con lo que el había estado viviendo desde sus 16 años - su celular vibró dentro de su bolsillo, perezosamente sacó el aparato y lo abrió, bien podría ser algo del trabajo, grande o no tan grande fue su sorpresa al ver un mensaje de la mujer con la que había estado saliendo, abrió el chat y lo único que decía fue un: "Terminamos", sonrió con amargura y contestó con un simple: "Bien". 

Apago el teléfono dejándolo sobre la mesa ratona de su sala, se volvió a sentar en el sillón pero ahora con sus manos cubriendo su rostro, ni corto ni perezoso sus ojos comenzaron a soltar lágrimas mientras hipidos salían de su boca, eso no estaba para nada bien 

S:¿Sabes que Stiles? Esto siempre ha sido tu maldita culpa, de nadie más, solo ha sido tu maldita y estúpida culpa - empezó a hablar consigo mismo descubriéndose el rostro y comenzando a dar vueltas por su hogar - primero tu estúpida obsesión por Lydia Martin, después tu intento miserable de relación con Malia, tu maldito enamoramiento de mierda por ese tipo - no quiso mencionar su nombre en caso de que por arte de magia como siempre apareciese  detrás de él - y ahora esto, eres jodidamente increíble Stiles, ¡NO! - se corto a él mismo - ¡es que no haz entendido que simplemente las relaciones no son para ti, pedazo de mierda! - un timbre comenzó a salir del mismo aparato por el cual lo acababan de terminar - ¡¿QUE?! - grito contestando a la persona del otro lado de la línea telefónica 

-Sería mejor que modele su tonalidad de voz Stilynski- perfecto, justo quien faltaba, reconocería esa irritante voz con deje de superioridad donde fuera 

S: Disculpe agente McCall - contestó con falsa tranquilidad - ¿que se le ofrece? - preguntó lo más sereno posible 

-La fecha del "asunto" se ha adelantado y yo sugerí a los superiores que esta vez te encargará tu ya que conoces bien el lugar- "lo que me faltaba, un maldito viaje de horas" pensó el castaño con los dientes rechinando entre ellos - así que ahora tu eres el encargado de aquello - 

S: ¿Cuando salgo? - pregunto tratando de contener su rabia creciente 

-Mañana mismo- se escucho por la bocina del celular pegada a su oído 

S:Bien - y en ese mismo instante la llamada fue colgada

Resulta que el "asunto" no era nada más ni nada menos que ir a Beacon Hills cada cierto tiempo y hacer un reporte a la central del FBI sobre qué todo estaba normal - o lo más normal que se podía en ese imán de lo sobrenatural - así que de mala gana apago de una vez por todas su televisor, y tomó su bo a su cuarto solo para hacer su maleta de viaje con todo lo necesario, ropa para unos días, para su suerte no debía ocupar su estúpido traje de estirado, como el había nombrado a su atuendo laboral, una vez con eso terminado esa tarea y viendo que pasaba de la una de la mañana puso su alarma y se tiro en su cama de mala gana, esperando conciliar así al menos alguna s horas de sueño y no verse como un muerto viviente dentro de unas horas. 

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