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- ¿Pudieron desalojar?- pregunto Off aún sin abrir los ojos, temièndo ya lo peor.

- Me temo que no...- dice Singto preocupado por la reacción de su hermano.

Sigo se disponia a contarle a Off que no tenía que afligirse tanto, después de todo el lugar estaba completamente carente de vida, debido a la pandemia que se presentó en la clínica, una que arrasó con cada paciente e incluso el médico. Que el fuego se había llevado solo los cadáveres de los pacientes que aún no habían sido reclamados, el cuerpo y la pérdida material por supuesto, cuando Off se libero de su agarre transformándose de una manera asombrosa, el cambio fue en un parpadeo que lo dejo sorprendido.

Si bien Singto había visto cambios rápidos, nunca había visto uno en segundos, normalmente tomaba un minuto, tuvo algunos reclutas que les tomo un par minutos, pero su hermanito, Off, lo había hecho en segundos, sin mostrar signos de cambio siquiera.

-¿ Pero que rayos fue eso?- dijo Singto para si mismo, mirando como dos chicos que no reconocía se despojaban de sus ropas y llamaban su cambio, llendo tras su hermano- ¿Que le pasa a Off ?- le pregunta Singto a su padre que camino hasta estar a su lado.

- Una tontería- dice el Alfa Sompob- Te importaría decirme ¿ Que pasó aquí ?.

Singto deja de lado su preocupación por Off, para presentar su informe a su padre.

- Al parecer unos desterrados se ocultaron y aunque no se porque esperaron tanto, prendieron fuego a la clínica- explica Singto.

El Alfa Sompob sonrió, empezando a aplaudir fuertemente, prácticamente frente a el rostro de Singto.

- Así que no solo entraron, si no que se ocultaron y prendieron fuego... Excelente trabajo hijo- dice sarcásticamente el Alfa Sompob sin dejar de aplaudir.

Singto apretó la mandíbula, sus manos en puño sintiendo sus uñas muy bien recortadas clavarse en la palma de su mano.

- ¿ Por qué no aseguraste la zona?- dice el Alfa Sompob dejando de aplaudir, borrando su sonrisa, para poner una cara completamente sería pero con una sonrisa por dentro.

- Lo hicimos- dice Singto sintiendo su enfado crecer.

El Alfa Sompob lo sabía perfectamente, su hijo se encargaba siempre de revisar el lugar después de un ataque, pero también sabía cómo y porque los desterrados prendieron fuego.

Era simple si lo pensaban, era porque el así lo quería, el dejo entrar a los desterrados, les dio el combustible y los fósforos, el dio la orden.

Claro que no lo hubiera tenido que hacerlo si el maldito consejo no sospechara de el y su mentira al gardo de querer meter sus narices en el asunto mandando a alguien a investigar la pandemia que se inventó, lo cual sería peligroso, ya que a simple vista cualquiera que viera uno de los cadáveres sabría que no se trataba de una pandemia.

Más ahora el Alfa Sompob estaba tranquilo, podían venir e investigar todo lo que quisieran ya que no encontrarían más que cenizas para su informe. Aunque si el fuera el consejo no gastaría elementos a investigar sucesos tan tribales, ya que pronto necesitaran a todos sus elementos disponibles, tan pronto y su hijo marcará a Mook el iniciaría un fuego más grande que el que se vio en la pequeña clínica... Empezaría el fuego de la guerra.

- ¡Oh hijo mío!- exclamó el Alfa Sompob- Me da una tranquilidad infinita saber lo seguros que nos encontramos, haber puesto en tus manos nuestra seguridad ha sido la desición correcta - dice caminando al rededor de Singto-Porque mejor no abrimos las puertas y los invitamos a entrar- dice como si de un secreto se tratara desde atrás, sabiendo que era eso exactamente lo que había pasado.

IMPOLUTO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora