¿Realmente compatibles? [Mikannie]

~|Capítulo 6|~ [Mikannie]

Annie's Narration

El arte más hermoso es aquel irremplazable, ni el más talentoso pintor podría imitar a la perfección aquel lienzo natural que se pinta cada tarde en el cielo, ni la maquina mejor programada podrá jamás capturar toda la esencia de la luz de las estrellas justo a mitad de la noche, el arte más bello es aquel natural, nada jamás podrá igualar la belleza de poder ver un atardecer sentado en el tejado junto a tu alma gemela, los hermosos colores rojos y naranjas que se mezclan entre las nubes, pintando con cuidado y manteniendo la originalidad, el sol cada vez más escondido entre los montes a la distancia, el claro azul del cielo que cada vez se hace más oscuro, dando paso así a la penumbra de la noche, la tenue luz que la luna refleja, esa sensación tan efímera de que todo estará bien, los escalofríos recorriendo toda mi espalda a la luz de la luna, el frío viento golpeando contra mi rostro con fuertes ventiscas, aquella brisa que mueve con frecuencia mis rubios cabellos que tantas veces escuche que brillaban cual oro, las lágrimas que me obligan a cerrar los ojos, escondiendo aquellos orbes azules como el hielo, aquellas dos perlas que tantas veces derramaron miles de lágrimas de culpa y dolor.

Aquel cabello azabache que tantas veces deseé acariciar suavemente, tan sedoso y hermoso, el mismo que en mis pesadillas me atormentaba con las mismas palabras, con esa hermosa pero borrosa voz que siempre me llevaba a mi final, el mismo cabello que volaba libremente mientras me quitaba mi salida, ese mismo cabello que tantas veces estuvo tan cerca mío, el mismo que acompañaba siempre a aquella que me cuidaba cuando sentía que todo estaba perdido dentro de mis sueños, el mismo que acompañaba a aquella que me quito mi libertad y mi salida.

El arte no siempre podrá ser la cosa más pura e inocente, ¿Qué pasa si el lienzo que cada día se pintaba dentro de mi cabeza estaba manchado de sangre? aquel infinito lienzo que se extendía en mis pensamientos, el cual era pintado por una pálida y fría mano, aquella que sostenía el pincel compuesto de huesos, con pequeños cabellos blancos en la punta, totalmente manchados de sangre, justo ese que cada día le daba vida a mis pensamientos en un cuadro, que retrataba mis miedos con sangre en un poco de tela, justo ese cuadro que me hacía sucumbir cada vez que lo miraba, ¿Cómo puede tanto dolor quedar plasmado así? eso sería la cosa más acercada a la realidad que jamás vería, miles de cuadros que retrataban los rostros de cada una de esas personas que murieron por mi manos, pintados con su misma sangre, en un pasillo infinito que cada vez que llenaba más.

¿Cómo podían mis lágrimas hacer una diferencia? no importa cuantas pequeñas gotas saladas humedezcan la tierra, la persona en el ataúd jamás podrá volver, no se podrá despedir ni ver por última vez a aquellos seres queridos que se quedaron en este mundo, jamás importará cuantas veces me disculpe con aquellos cuerpos carentes de vida, nada cambiará.

El sonido del tacón en mis botas chocando con el viejo suelo de madera resonaba por todo el lugar, recorría los pasillos del lugar con la mirada en el suelo, la tormenta que se escuchaba fuera de las instalaciones no se comparaba a la tormenta de pensamientos en mi cabeza, dudando y peleando, tenía una misión y debía cumplirla aunque me costará la vida, ¿Pero qué si no estaba de acuerdo? estaba cansada de seguir matando a personas sin culpa como si de moscas se tratará, aquel frío y oscuro pensamiento parecido a una pesadilla recorría mi cabeza una y otra vez.

No podía dejar de ver aquellos rostros de personas que alguna vez maté, el sonido de sus gritos desesperados mientras pedían ayuda recorrían mis oídos una y otra vez sin parar, nombres de personas que jamás vi o conocí llenaban mis pensamientos, la borrosa imagen de aquellos que murieron aplastados bajo mis pies me atormentaba, mis manos llenas de sangre de aquellos que jamás tuvieron la culpa de el egoísmo de mi país llenaban de lágrimas mis ojos.

Me quede perdida en mis pensamientos durante un muy buen rato, no podía dejar de pensar en miles de cosas y a la vez en nada, desde la cosa más hermosa como lo es el arte, hasta la pintura más espantosa que llenaba mi mente, aquella pintada con sangre, todos esos revueltos pensamientos me mantenían alejada de la realidad, así fue hasta que choque con una alta y azabache figura, algo molesta si me lo preguntan.