Capítulo Dos

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A pesar de que veía un poco tensa ella tenía una sonrisa en la cara, la hermosa sonrisa que a Thiago le encantaba. Podía ser que su cabello en ese momento estuviera corto y platinado, y su forma de vestir fuera más sofisticada, pero aún seguía siendo ella. La mujer más hermosa que había conocido en su vida y de la que se había enamorado perdidamente.

— ¿Mar? —preguntó aún sorprendido.

—La última vez que revise, sí— Mar se rio suavemente y Thiago se derritió de amor al volver a escuchar esa risa. — ¿Puedo pasar fratacho? No es que quiera hacer presión pero hace mucho frio afuera.

Thiago la dejo pasar, aun bastante sorprendió de que ella, la persona que había estado evitando por todos lados durante años, estuviera ahora parada en su casa y se caminara con bastante familiaridad por el lugar.

— ¿Paso algo? —Preguntó con cautela. Si ella estaba en su casa es porque debió pasar algo grave, no había otra forma de que ella hubiera aceptado ir voluntariamente hasta allá después de todo lo que paso.

—Sí, paso que hoy es veinticuatro de agosto y no respondiste ningún mensaje sobre si ibas a festejar tu cumpleaños. —Mar se dio la vuelta y lo miro con los brazos cruzados.

—No lo voy a ser, no quiero festejar.

—Eso está mal, nadie debería estar solo en su cumpleaños y menos el de cuarenta ¡no se cumplen cuarenta todos los días, tenes que celebrar! —intento animarlo Mar pero Thiago frunció su ceño.

— ¿Y quién te dijo que iba a estar solo? —en todos esos años se había asegurado de que ninguno de antiguos amigos, sobre todo Mar, supieran sobra su vida ¿Cómo es que ella se había enterado de su dirección y sobre cómo iba a pasar el día de su cumpleaños?

—Bruno—se encogió de hombros.

—¿Bruno? —Pregunto Thiago demasiado sorprendido y Mar asintió.

—Sí, le doy clases de boxeo y menciono que ibas a estar solo en tu cumpleaños porque él se iba de viaje con su novia, así que hablamos con los chicos para venir acá y celebrar. Pero todos ya tenían compromisos previos aunque me dieron sus regalos para que te los trajera, están en el auto. —le explico Mar.

— ¿Les das clases de boxeo a Bruno? —De todo lo que ella le había dicho, era a lo único que le había prestado atención. A pesar de que sabía que Bruno tomaba clases de boxeo (cuando se entero rapidamente pensó en Mar), su hijo nunca le había dicho en dónde o quien lo entrenaba. Y ahora entendía porque.

—Una vez di clases en el Mandalay y a él le gustaron, fue a mi gimnasio para que lo entraran y lo acepte.

— ¿Así nomás?

—Es un estudiante más Thiago, no suelo fijarme en sus historias personales cuando los entreno—Mar saco de su abrigo una pequeña caja roja y se la entregó a Thiago con una sonrisa. —Todavía no te lo dije, así que feliz cumpleaños Thiago.

Thiago sonrió por primera vez desde que Mar llego y tomo la caja, sin tocar la mano de ella. 

—Gracias Mar.

—No hay de que—fue hasta la mesa en donde dejo su bolso y saco de ahí las llaves de su auto. —Ahora espérame acá, voy por los regalos de los chicos.

Thiago estaba a punto de abrir la caja roja cuando un mensaje le llego a su celular. Cuando vio la notificación se dio cuenta que era un mensaje de Bruno, el que de seguro y sin que nadie se diera cuenta, había planeado todo.

Me imagino que tu regalo de cumpleaños ya llego...

Thiago negó con la cabeza.

Ya me parecía que algo te traías en manos cuando no me regalaste otro par de medias.

Solo voy a decir que no fue un accidente cuando mencione tu triste situación y que ¡las medias son el mejor regalo del mundo!

No es triste mi situación.

Y si son el mejor regalo entonces te voy a dar medias a partir de ahora.

No es triste mi situación
➥Si eso te deja dormir papá.

Y si son el mejor regalo entonces te voy a dar medias a partir de ahora
➥Las medias son el mejor regalo para un padre...

Solo disfruta de ese encuentro papá, se cuánto la extrañas aunque no lo digas. Vi los viejos videos y las fotos, nunca te vi tan feliz. Solo ella te hacia así de feliz papá, y yo quiero verte feliz.

Bruno...

Papá, Mar es genial y si está ahí es porque de verdad te quiere. Yo no la obligue a nada solo mencione una verdad. No te va a ser daño disfrutar junto a ella.

No vamos a volver, nos hicimos mucho daño y eso no se resuelve en una tarde.

Y no te estoy pidiendo eso, ni siquiera te estoy pidiendo nada. Te estoy ordenando que disfrutes de ese día y que por unas horas recuperes la felicidad que le falta a tu vida. Papá, vos cuidaste de mi toda mi vida, déjame devolvértelo de alguna forma.

Solo disfruta, pero no demasiado ;)

Y así sin más su hijo de desconecto y dejo de responderle los mensajes. Cuando Thiago dejo su celular, Mar volvió a entrar a la casa con una enorme caja llena de cosas. El cerró la puerta para que el frio no entrara a la casa y ella comenzó a sacar los regalos con mucha emoción.

Cuando Thiago la vio no pudo evitar acordarse de una situación bastante parecida que había vivido con Mar años atrás. Un día después de casarse—porque sí, estuvieron casados por dos años—Mar estaba muy emocionada viendo los regalos y acomodándolos sobre la mesa como lo estaba haciendo en ese momento.

Vaya que había pasado el tiempo. Hace años estaban tan enamorados y recién casados, y ahora era la primera vez que se veían después de mucho tiempo. La distancia que tenían el uno del otro era tanta, que incluso cuando Mar intentaba disimularla y hacer como si esa fuera otra tarde más que ellos compartían, se notaba

—Bueno perno, los regalos no se van a abrir solos y Tefi me pidió un video con tus reacciones, así que ¿venís?

Thiago asintió y se acercó hasta la mesa, manteniendo una distancia de más de dos metros de ella, y comenzó a ver los regalos con algo que no tenía hace mucho: ilusión.

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Yo sigo sin creer el gran apoyo que tuvo esta historia apenas la publique, ¡muchas gracias a todas! Me hacen muy pero muy feliz.

✔ Cuarenta ( thiaguella. )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora