Con el viento a tu favor

Amándote o teniendo que esperar

Por las noches suelo mirar al horizonte de mi ventana y me hace volver, enloquecer, porque solo la oscuridad de la noche rima con lo profundo de tu ser.

Las personas van y vienen, lo mismo de siempre. Algunas solo buscando placer y luego desaparecer, otros en cambio solo quieren un cómplice a su merced.
Quizás, me dije, tan solo quizás haya alguien que rompa nuevamente mis neuronas, alguna persona tan imperfecta que coincida perfectamente con mis imperfecciones, cuya mirada grite tan fuerte en mi silencio hasta tal punto que me haga estallar los huesos. Pero ¿Qué puedo hacer? Es como buscar una aguja en un pajar, una gota de aceite en el mar, un grano de mostaza en un trigal.
Jamás me ha cabido en mi corto razonamiento que quizás esa persona ya la haya encontrado y que quizás la vuelva a ver. Hay cosas del corazón que la razón no podrá nunca llegar a entender.
Oh querido corazón tonto, lo has vuelto a hacer, has caído en la ilusión de que va a volver.

¿Cómo sucedió? No lo sé.
¿Por qué pasó? No tengo idea.
¿Cuándo ocurrió? No podría decirlo con claridad.

Es todo una manifestación monocromática que tiñe mi memoria en una escala de valores.
Un color pido, algo que resalte, algo que distinga entre todos mis recuerdos, algo que impregne con su presencia mi memoria. Pero no, todo es completamente igual.
Las mañanas son iguales, la misma rutina de siempre, el mismo traje, el mismo trabajo, los mismos compañeros y hasta los mismos chistes absolutamente todos los días.

Nuevamente me levanto por la mañana camino al trabajo, exactamente igual como todo el año pasado. En la oscuridad de la noche, cuando el sol recién aparenta amanecer, veo a las flores preparándose para su oficio de embellecer el camino que las personas van a recorrer. Pequeña flor, dime tu secreto ¿Cómo haces para ser tan pequeña y tan bella? Aún así, si eres pisoteada tu dulce aroma no se pierde. Cuéntame aquello que ocultas.

-Ya he llegado- murmuré por lo bajo mientras abría la puerta del laboratorio y me cambiaba a la ropa de trabajo.

-Vaya cara que me llevas, has dormido bien?-
-Si, descanse muy bien. Solo estoy un poco cansado-
- Cómo así? ¿Y eso a que se debe?-
- No sé, es la misma rutina todos los días. Siento que me falta algo-
-Bueno, de ser así, a todos nos falta algo y no me estoy quejando. A mí por ejemplo me falta un cubata y unas buenas vacaciones en el Caribe-
-Si- contesté con una media sonrisa para finalizar la charla e irme a comenzar el trabajo.
-Espera!- grita la rubia desde el fondo- prepara bien tu sala que mañana vienen los inspectores y el jefe de la empresa-
-el jefe?- le pregunté.
-Si, hubo un cambio de dueños durante el año y el jefe ha pedido exclusivamente venir aquí de manera presencial-
-Sabes a qué hora exactamente?- le pregunté.
-A eso de las 10:00-
-Y sabes quienes vienen?-
-Se que son distintos a los del años pasado-
-Vale, vale- suspiré.
-Ahora ve a tu sala que dicen que el nuevo jefe es más estricto que el anterior-

Sin emitir ningún tipo de ruido, sino en cambio hice una mueca de disgusto y fui en rumbo a mi área.
La ligera ilusión que me encargue de cuidar y custodiar por todo el año se rompió y duele más de lo que imaginaba.

—————

La mañana se pasa rápido: unos cuántos papeles, controlar formularios, chequear que todos los medicamentos estén correctos, las drogas en su lugar, etc.
Hasta que un ligero golpe en el vidrio de mi puerta interrumpe mis actividades:

-Buenas-
-Pero que susto madre mía! Me cago en la leche!-

Su risa no muy estruendosa, más bien armoniosa y silenciosa, erizó mi piel. Reconocería esa risa hasta en el fondo del abismo, esas pequeñas carcajadas que se encargaban de aparecer en mis sueños pero esta vez estoy despierto. Es él, definitivamente ha vuelto.

-Focus?- dije dándome vuelta ilusionado.
-Asi es- contesta mostrando esa sonrisa de lado que tanto he anhelado volver a ver.
-Que haces aquí?- pregunté bastante confuso.
-Vine un poco antes para recorrer la ciudad-
-Osea que mañana te irías?-
-No, me he dado unos días libres y quedo por una semana-
-Como así?-
-Si, ha sido un año de locos. Ahora soy el nuevo jefe-

Curiosamente el hilo de esperanza que tanto estaba amenazando con romperse se mantuvo firme y ahora es mucho más fuerte.

-Vaya, veo que te ha ido muy bien-
-Si, igual quería unas vacaciones y decidí volver- dijo tomando asiento.
-Y qué haces aquí?- dije aún confuso por su presencia.
-Que ya te lo he dicho hombre!-
-Pero, aquí aquí-
-Terrible, es que eres el único al que conozco de la ciudad-
-Pero no era que no querías que te acompañe, que eres un lobo solitario, que estabas bien sin compañía y todas esas cosas?-
-Yo nunca dije eso!- me contestó con una risa entre medio- pero si así dices- siguió- voy solo-

Volteé a verlo de reojo y allí estaba sentado mirando por la ventada, fingiendo que mi presencia había dejado de existir por un instante, con su mentón apoyado sobre la palma de su mano y unos ligeros rayos de sol adornaban su cara resaltando mis más profundos sueños.

-No me dobles la apuesta que aquí el ofendido soy yo- dije en voz alta para llamarle la atención y cuando voltea a verme, le di la espalda.
-Estás ofendido?-
-Al principio no, ahora sí-
-Y si te doy el día libre, dejas de estar ofendido?-
-Puedes hacer eso?-
-Soy el dueño, claro que puedo!-
-Entonces si-
-Está bien, espera aquí-

Con su típica sonrisa se fue de la sala.

Un color he pedido y el destino me ha traído la blancura de su piel y la oscuridad de sus ojos.

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Acá la narradora.
Quería comentarles unos detalles que tuve presente a la hora de escribir esto:
-hay párrafos que están escritos exactamente igual al comienzo de los dos capítulos para dar a entender esa monotonía que estaba pasando Fargan pero cuando aparece focus todo cambia.
-Los títulos de los capítulos forman un poema.

Para el siguiente capítulo:
Salen juntos y pasan cositas.~

No quiero hacer mucho spoiler.

Besitos 💖🌼